Fakboi casi se pierde el anuncio de los ganadores del Festival Nuevas Bandas. Los integrantes de la agrupación caraqueña guardaban sus equipos cuando, desde la tarima, dijeron que ya tenían los resultados. De allí que la noticia los tomara por sorpresa. No entendían nada de lo que pasaba a su alrededor. «¡Ganaron!», les decían todos. «Pero ¿no ganó Cunaguaro?», preguntaban los músicos confundidos. «¡Ganaron los dos!». Gritos, saltos y felicidad absoluta.
El anuncio tomó por sorpresa a la agrupación que integran Israel Payares (voz), de 22 años de edad; José Díaz (guitarra), de 24; Luis Paredes (bajo), de 23; y Antonio Speranza, de 24, porque los organizadores del festival habían dicho que los resultados se conocerían luego del show de la banda invitada, Capitán Mostacho. Pero los planes cambiaron por la lluvia intermitente que cayó sobre la ciudad aquel sábado, tanto en el show de Fakboi como en el de otras agrupaciones, y que atrasó todo. «Era un momento en el que era difícil procesar la información. Estábamos llegando a la tarima y escuchamos nuestro nombre. No sabíamos qué estaba pasando, saltamos la reja y fue como ‘qué pasó aquí’. Escuchamos nuestro nombre y después el de Cunaguaro y fue como ‘Ok, qué pasó’ y nos dijeron: ‘ganaron ustedes y Cunaguaro'», recuerda el guitarrista.
«Creo que uno tiene esa expectativa de estar esperando y viendo la tarima o escuchando el resultado, pero en la realidad no siempre es así. Para nosotros fue totalmente lo contrario. Llegamos y recibimos el comentario de último minuto», agrega José Díaz sobre el anunció que los tomó totalmente desprevenidos, pero que los llenó de mucha satisfacción por todo el trabajo y esfuerzo que habían hecho para llegar hasta ahí.
La banda siempre quiso ganar. Tenían, entre ceja y ceja, un objetivo: ganar, pero participar participar ya era un logro para ellos. «Siempre fue un sueño para nosotros porque todas las bandas que nos gustan vienen de ahí. Y, bueno, logramos participar después de tantos años de trabajo y gracias a Dios ganamos», dice Israel Payares.
Para lograrlo, la banda se preparó con mucha anticipación. Ensayaban todos los días e hicieron un arduo trabajo de preparación mental para la final del Nuevas Bandas, pues era el público más grande ante que el que se presentarían. «Teníamos la expectativa de que iba a haber gente, pero no sabíamos lo que sería hasta que lo vimos. Por eso, creo que es muy importante la parte mental por lo que quieres proyectar. No puedes proyectar tu mensaje de la mejor manera si estás asustado o si tienes alguna duda. Entonces, nosotros trabajamos mucho la parte mental, además de la técnica, que siempre ensayamos y nos lanzamos ahí nuestra rutina porque eso también disciplina», explica Luis Paredes, quien añade que algo que los ayudó en este proceso fue incorporar a su rutina de ensayos ejercicios teatrales. «Nosotros tenemos una dinámica como de personajes. Nos gustaba pensar lo que que queríamos proyectar a la gente y, de vez en cuando, en los ensayos nos mirábamos al espejo, veíamos nuestras expresiones corporales y practicamos ese tipo de cositas», añade el bajista, que asegura que adoptaron esa dinámica luego de ver el show de Desraizada, ganadora del Festival de Música Urbana, en el que también participaron y obtuvieron el premio a Artista Revelación. «Eso me impactó mucho y creo que es algo que queremos hacer; aunque no conocemos mucho de teatro, lo intentamos».
Todos los integrantes de Fakboi vivieron su show con mucha emoción pero también nervios. Por la lluvia, que retrasó todo, su presentación se acortó. En vez de tocar cinco canciones, fueron sólo cuatro. No había mucho tiempo. Subieron rápido a escena, prepararon sus equipos y comenzaron. «La energía estaba por los aires, obviamente hubo momentos de tensión. Minutos antes era como ‘Dios mío, vamos a estar ahí’, pero una vez que subimos fue como sacar toda nuestra energía y darle con todo. Recuerdo que estábamos nerviosos porque los equipos estaban haciendo un poquito de ruido, pero ya cuando estaba enfocado hacia el público, incluso con los lentes empañados pude ver el movimiento de la gente entendí lo que estaba pasando. Así como el público tenía esa energía, nosotros se la devolvimos», cuenta Díaz. Y así fue. El show de la agrupación fue uno de los favoritos de la jornada por su estilo disruptivo, su sonido y sus letras.
Aunque casi todos los integrantes de Fakboi se conocen desde que eran adolescentes, el proyecto comenzó con Israel como solista. Más adelante se unió Luis Paredes, que conoció al vocalista en 2020, durante la pandemia de covid-19. «Cuando nos conocimos estaba tocando bajo y me dijo para ayudarlo a montar un live de su proyecto. En ese momento, éramos Israel y yo con dos personas que ya no están», dice el bajista, que también estudió saxofón durante nueve años.
Más adelante se unieron al grupo José y Antonio, quienes como el vocalista tuvieron una primera banda llamada Indigente, pero se disolvió. «Nos conocemos desde hace un reguero de años, casi 10 años. Israel, José y yo nos conocimos en la academia de música en la que estudiábamos. Allí comenzamos a componer canciones juntos y todo fue evolucionando hasta que decidimos tener una primera banda, pero que por la universidad, escuela, trabajo no continuó», explica Antonio Speranza.
Además de Fakboi, todos los integrantes de la agrupación se dedican a la música en diferentes ámbitos. Antonio e Israel dan clases de batería en la academia World Music Caracas, donde se formaron; José estudia Comunicación Social y se encarga de las piezas audiovisuales del proyecto y Luis estudia Producción Musical. Además, todos son músicos de sesión. «He dedicado gran parte de mi vida a tocar batería y ahora me siento muy cómodo diciendo que estoy viviendo de esto, estoy viviendo de la música, que ha sido mi sueño desde el principio», afirma Antonio.
La banda describe su estilo musical como fusión rock, aunque no les gusta encasillarse. Hacen diferentes estilos. Desde baladas, jazz hasta metal y urbano, pero todo con base rock. «Somos una mezcla de muchas cosas. Somos una ensalada mixta. Todo está influenciado por el rock», explica Israel. Precisamente, esa fusión de géneros les permite –aseguran– llegar a distintos públicos y adaptarse a cualquier tipo de show. «Nuestro sonido es curioso y puede que le llegue a todo el mundo de la misma manera o quizá algunas canciones le lleguen a un tipo de gente, mientras que otras a otro tipo de público. Creo que más que buscar encasillarnos, queremos formar parte de varios géneros y varios aspectos de la música», dice Antonio.
Sobre la referencias musicales de Fakboi, el vocalista asegura que son muy variadas. Escuchan bandas como Rage Against the Machine, Limp Bizkit y Pantera, pero también Willie Colón y Rubén Blades. «Todos esos años mientras nos formamos también nos nutrimos de muchísima música y, poco a poco, todo eso fue quedando. De los artistas nacionales, crecimos escuchando toda la movida del VRock como Viniloversus, La Vida Boheme, Okills, Los Mesoneros, Charliepapa. También nos encanta Bad Bunny. La idea siempre fue aplicar todos esos conocimientos en lo que hacemos. También escuchamos música urbana tipo rap, trap y reguetón», detalla.
Su experiencia en el Festival de Música Urbana (FMU) fue lo que motivó al grupo a participar en el Nuevas Bandas. «Esa primera participación en el FMU nos puso en el mapa como banda. Luego de eso fue como ‘si ya nos montamos aquí y tuvimos un sonido diferente’, pensamos ‘oye, vamos a darle’ y, en efecto, nos inscribimos. Pasamos esa primera selección y entramos al circuito de la Región Capital», dice Luis.
El triunfo de Fakboi en el Festival Nuevas Bandas generó críticas. Hubo quienes aseguraron, a través de redes sociales, que está edición del concurso fue una cita más del evento, organizado por Félix Allueva, en la que sólo «se premió a hombres por ser hombres», mientras que hubo otros que consideraban que solo debía haber un ganador. Ante los comentarios negativos, la agrupación considera que dieron un buen espectáculo y –aseguran– están conscientes de que es normal que no a todo el mundo les guste su música. «Para nosotros es nuevo esto de los comentarios y, obviamente, los negativos que van dirigidos hacia uno, por más que uno quiera controlarlo, afecta. Pero nos dimos cuenta de que a la gente realmente le gustó el show y estamos felices con el resultado, porque siento que todas las bandas ganamos por la oportunidad que nos dieron de presentarnos ante tanto público. De hecho, mi novia fue al show y me dijo ‘mira, me encantó esta banda, la empecé a seguir’. Yo creo que eso pasó con todas las agrupaciones y es algo bueno que tiene este festival», dice Israel.
Y agrega: «Cuando empiezas a hacer música hay un hecho que tienes que aceptar: hay gente a la que le va a gustar y gente a la que no. Es algo que no solo pasa en la música, sino también en el arte. Sí, hay razones que no comparto porque leí comentarios del tipo ‘que raro, el Festival Nuevas Bandas premiando hombres solo por ser hombres’. No estoy de acuerdo con eso, porque siento que es algo más del nivel como músico y del espectáculo que brindamos, no tiene nada que ver con ser hombre o mujer».
La banda considera que el simple hecho de participar en el festival ya es un gran reconocimiento. «No hay premiación, mucha gente piensa que por tener el título de ganadores del Nuevas Bandas somos famosos y realmente todos ganamos solo por participar. No hay un premio más allá del reconocimiento y ese reconocimiento es con base en el criterio del jurado y a lo que vivió el público, porque el feedback que recibimos creo que es, incluso, más importante que el criterio del Nuevas Bandas, que también apreciamos, pero nuestra mira está en el público, en lo que generamos en las personas» asegura Luis.
A los integrantes de Fakboi no les incomoda que no a todos les guste su proyecto. «A mí me alegra saber que no todo el público está a favor de cierto tipo de música. A mí me parece perfecto que a algunos les gusten más otras bandas u otro tipo de música, que les guste la variedad. No es una escena totalmente rock porque hay cosas urbanas, caribeñas y eso es buenísimo, es lo que le da ese sabor a la música venezolana», añade José. De hecho, la banda terminó siendo fan de otros grupos. «Estamos súper de acuerdo con el veredicto de Cunaguaro, porque realmente lo que hicieron estuvo increíble. Le venimos siguiendo la pista desde el primer circuito y nos parece que hacen muy buena música, también estamos con los muchachos de Laurence y las muchachas de Nomásté. Para mí también son muy importantes las conexiones que hagamos con todos que, además, nos han tratado súper bien. Fue un ambiente de mucha solidaridad y más que una competencia fue un espacio para juntarnos y hacer música entre todos. Eso es lo lindo del festival», asegura Israel.
La agrupación considera que sí es posible dedicarse totalmente a la música y trabajar en construir una carrera; sin embargo, están conscientes de que lleva tiempo y esfuerzo. «Creo que lo más importante para llegar a tener una carrera musical es, primero que nada, prepararse, estudiar, saber bien hacia dónde vas, qué quieres hacer, si quieres tener una banda, ser solista o músico de sesión y basándose en eso trabajar, porque siempre las oportunidades llegan. A veces uno siente que no pero hay que estar ahí, poquito a poco, a paso de hormiguita, hasta que llegue el momento y cuando pase tienes que estar listo. Por eso, es necesaria la preparación y el estudio», dice Antonio.
En el proceso también es necesario ser realista, porque vivir de la música –asegura el vocalista– no necesariamente significa ser famoso. «Uno aspira siempre a pegarla, ser reconocido a nivel de músicos grandes y esa es la mayor dificultad, porque es algo que no puedes controlar por el simple hecho de que hay muchísimas personas en el mundo haciendo música. No todos podemos ser Bad Bunny porque no todos podemos tener los números que tiene. Pero lo que siempre digo es que hay demasiadas maneras de vivir de la música, no solo tienes que aspirar a ser músico y pegarla con tus canciones, nosotros por estamos dando clases y repartiendo ese conocimiento, quién quita que tal vez podamos ser productores. Hay demasiadas maneras de vivir de la música. Creo que la mayor dificultad es esa, tener ese factor de suerte que te tocó, este es tu momento», dice.
Fakboi cuenta con un disco, Suicidio, y un EP, Furloko. Además, están trabajando en otro EP y dos proyectos como agrupación: uno de reguetón y otro de metal, bajo otro nombre. «La idea es hacer distintas cosas con una misma sazón y que le gusten a todo el mundo. Sobre el otro proyecto, es algo más enfocado a un tipo de público, que es lo que nos gusta hacer desde chiquito», dice el cantante. Además, buscan un lugar para grabar sus canciones. «Queremos grabar en un buen estudio unos temas que tenemos, pero no tenemos cómo, ni sabemos dónde», dice Antonio. En las próximas semanas, la agrupación también tiene un par de presentaciones: una el 1° de septiembre en Trolly, en Las Mercedes, y otra el 18 de agosto como parte del Da Under Fest, en Teatrex El Bosque.
De su experiencia en el Festival Nuevas Bandas, la agrupación se lleva, además de muchas amistades nuevas, la satisfacción de que sus años de trabajo dieron frutos. «Saber que vamos por el buen camino, por el camino correcto, me llena de mucha felicidad y eso es lo más lindo que me llevo de este festival, aparte de las conexiones que hicimos porque también es todo un mundo de conexiones como todo. Siento mucha emoción por todo, por la banda, por lo que hemos logrado y por lo que hemos trabajado», asegura Israel.
Para el futuro los integrantes de Fakboi sueñan con verse como sus ídolos, tocando hasta mayores y viviendo de la música. «Me gustaría llegar a ser como Metallica. Me gustaría llegar a viejo y seguir tocando la batería con los muchachos y poder hacer shows más grandes y, con el favor de Dios, no parar de hacerlo. Siento que esto ya trascendió y no es solo un hobbie o algo de muchachos, creo que es algo para toda la vida», dice Antonio. «Nos visualizo como parte de un grupo que marca una pauta en toda esta historia de ganadores del Nuevas Bandas que siguieron ahí, siguieron dándole, que se hicieron un nombre y que dejaron una marca en toda esta escena», agrega José.