Hay momentos en que las circunstancias conspiran para dar lugar a situaciones mágicas, en las que los lugares cambian sus fisonomías y se convierten en ámbitos imposibles (puramente imaginados), en las que las conexiones entre diversos elementos físicos, perceptivos e intelectuales se potencian entre sí desencadenando diversos relatos y brindando múltiples posibilidades de experiencia. Esa situación mágica, extraordinaria, ocurre en la instalación de la obra en video Lluvia (2iPM009) (1) de Magdalena Fernández que se realizó en la Cisterna subterránea (2) del Buffalo Bayou Park de Houston, en la que una “imagen en movimiento” (un video sonoro abstracto) se apropia de un espacio arquitectónico y logra producir un evento dialéctico que, por una parte, devela la magnificencia de la compleja estructura de múltiples columnas de la cisterna, y por la otra, convierte esas columnas y espacios vacíos gradualmente en un territorio lluvioso, en un ámbito de impresión y sensación en el que orden y caos, arquitectura y naturaleza se tensan en una extraordinaria “danza” de luz y percusión.

Un evento mágico porque, allí, la proyección de una imagen sonora en movimiento, una imagen abstracta que ni representa ni hace presente, penetra y se adueña de la uniformidad y la regularidad del espacio para transformarlo en un paraje –o un paisaje– imposible de delimitar, un paraje de la imaginación, potenciando y trascendiendo con ello su materialidad, su condición de lugar y sus dimensiones. En efecto, una imagen moviente que es la concurrencia de luz y sonido, y que se despliega como el crecimiento de un punto que se multiplica exponencialmente hasta absorber todo el plano, acompañada del incremento constante de un sonido que se acelera y se consolida, re-significando absolutamente las relaciones existenciales y experienciales del espacio que ocupa haciéndolas inestables, ensamblando arquitectura y naturaleza, acoplando configuraciones aparentemente opuestas (regularidad y caos, periodicidad y confusión).

Esta instalación se realizó, entre diciembre 2016 y junio de 2017, en la Cisterna del Buffalo Bayou Park en Houston (Texas), una estructura subterránea que recuerda la antigua cisterna de Estambul, un lugar emblemático y una reliquia arquitectónica que constituye un hito en la historia y el desarrollo industrial de la ciudad, y que recientemente (en 2016) ha sido renovada, como señal de la revitalización de su tejido urbano. Esta cisterna subterránea tiene 221 columnas, 165 columnas interiores tienen 25 pies de altura y 56 columnas poseen diversas alturas debido a que la superficie del contenedor es inclinada. La Cisterna es impresionante por sus cualidades arquitectónicas y espaciales, por la belleza del vacío que en ella se instala, por su humedad y por sus propiedades acústicas, gracias a ello se ha rehabilitado manteniendo lo más posible su estructura original así como la crudeza y simpleza de sus materiales.

El video Lluvia (2iPM009) captura los elementos formales esenciales de la tradición geométrica abstracta del arte, el punto y la línea, para constituir con ellos un evento perceptivo y sensual en el que las búsquedas fundamentales del arte abstracto se subvierten, en otras palabras, únicamente con puntos, líneas y sonidos percutidos. Esta obra en vez de despojarse de cualquier referencia a la naturaleza y al hombre, logra hacerse naturaleza, cambiando radicalmente el espacio que ocupa. Inspirado en las desestructuraciones geométricas de la naturaleza realizadas por Piet Mondrian, Lluvia (2iPM009) pone en escena una noche lluviosa, utilizando para ello los componentes básicos del lenguaje geométrico, de modo tal que los mismos recursos trazan en este video y en las piezas de Mondrian operaciones contrarias. El video comienza con unidades geométricas básicas (puntos y líneas) que se multiplican exponencialmente a lo largo de la proyección, convirtiendo las unidades iniciales aisladas en una avalancha creciente de pequeñas líneas luminosas que aparecen rápidamente, unas gotas de lluvia que inundan un cielo nocturno, cada vez más fuertes, cada vez más rápidas. Este video posee una banda sonora que es también un montaje acústico (una obra abstracta), en el que una sucesión de sonidos de percusión corporal (chasquidos de dedos, aplausos, golpes de manes sobre las piernas, golpes de talones de madera) (3) recrea el sonido de la lluvia.

Esta proyección rítmica se apropia de la Cisterna, de sus columnas y del vacío que media entre ellas, se apodera de la percepción de los espectadores, captura la experiencia transformando el oscuro contenedor subterráneo en un cielo nocturno en el que los puntos de luz que bailan en el espacio se hacen gotas de lluvia, resuenan y reverberan. Tanto el espacio vacío y húmedo de la Cisterna como la obra videográfica adquieren, en su encuentro, significados y dimensiones agregadas que las trascienden, y en las que cada una pareciera adquirir su pleno potencial; por una parte, la Cisterna se va develando con el desarrollo de la imagen en movimiento que descubre y concreta paulatinamente la eminencia de su estructura, sus espacios y las intrincadas vistas que producen la sucesión de las columnas, por la otra, la imagen se convierte en lugar y acontecimiento, las líneas y sonidos se hacen lluvia. Así, con mínimos elementos Lluvia (2iPM009) conquista la Cisterna transformándola en territorio de una experiencia de inmersión en la que la diferencia entre espacio natural y construido se desarma, así como se difuminan las fronteras entre abstracción y narratividad, entre orden y caos, entre vacío y abundancia.

Entre la serie de inusuales conexiones que se establecen en esta instalación entre la obra Lluvia (2iPM009) y la Cisterna del Buffalo Bayou Park, que no solo permiten que la condición ontológica de la imagen se modifique gracias a su “situación”, sino que además convierten un “lugar” en una suerte de ámbito imposible; formalmente, Lluvia (2iPM009) se conecta explícitamente con la tradición abstracta geométrica del arte moderno, específicamente con Mondrian, quien no solo trabaja con los elementos plásticos básicos, sino que además explora con ellos un modo de espiritualidad fundamentalmente humano, en el que la naturaleza se descubre (y se describe) racional e ideal. En Lluvia (2iPM009) el punto es el origen de la imagen dinámica, la progresión y el crecimiento exponencial –tanto visual como sonoro– son sus estrategias semánticas, la concreción en una experiencia perceptiva que desarme las apariencias es su búsqueda. Sin embargo, a pesar de la cita explícita que esta obra establece con Mondrian y la tradición artística geométrica, termina por establecer con ella una relación contradictoria, a la vez, de oposición y de afirmación. En efecto, en vez de abandonar las alusiones inmediatas a la experiencia cotidiana y el ámbito de la naturaleza, Lluvia (2iPM009) lo concreta, lo instaura como realidad fenomenológica, haciendo que el instrumental y la lógica de la abstracción funcionen para provocar alusivamente una experiencia de inmersión en la naturaleza, logrando que la formalización se desarrolle quebrando su retícula y su esquematismo en un crecimiento que deviene caótico, flexibilizando la geometría, haciéndola sensual. El punto y la retícula, signos indudables de las instancias elementales de la imagen y de su capacidad ordenadora se imponen, contrariando a los preceptos de la ideología de la modernidad artística, como constructos maleables, como instancias miméticas, capaces de apuntar e insinuar las estructuras rizomáticas del mundo natural, así como la interconectividad humana. Este es, a lo mejor, un modo paradójico e inesperado de afirmar la dimensión espiritual a la que Mondrian apuntaba, su deseo de trascender el espacio y los límites tanto de la representación como de la presencia, y de instaurar la “imagen” como una realidad eminente.

La Lluvia (2iPM009) en la Cisterna de Buffalo Bayou Park es, entonces, un constructo imaginal “inimaginable”, es decir, un evento imposible de configurar en los términos clásicos de representación, no es una presencia en sentido estricto, sino una experiencia que excede las distinciones y jerarquías que solemos establecer entre realidad y virtualidad, entre concreción e imaginación, entre intelecto y sensibilidad. Justamente, allí lo sensible acude como un reconocimiento intelectual imposible de configurar definitivamente, por lo que es una concreción de esa compleja experiencia que la estética tradicional llama “lo sublime”, una experiencia que, a decir de Lyotard (4), permea como búsqueda las vanguardias artísticas del siglo XX, en su intento de profundizar y transgredir los límites de las prácticas artísticas en aras de encontrar nuevas formas y experiencias que ampliaran el radio de acción de lo sensible y lo intelectual. El sentimiento de lo sublime se relaciona con experiencias de objetos o situaciones que, de alguna manera, pierden su forma (en el sentido de que dejan de poseer límites bien demarcados), objetos y situaciones de los que no hay una presentación posible. Se dirá a este respecto, que la Lluvia (2iPM009) en la Cisterna es una presencia, pero lo importante es que no es así realmente, sino que es una imagen en movimiento que modifica sustancialmente su espacio y nuestra percepción ocasionando un evento de simulación extrema. En otras palabras, es una “imagen” como, como afirmaría Lyotard, es ella misma un diferendo: una diferencia, un desacuerdo, una discrepancia. En efecto, la magnificencia y la potencia de esta instalación esta en que funciona continuamente como la exhibición del diferendo fundamental que se establece entre imagen y realidad.

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Notas

(1) Esta obra forma parte de la colección permanente del Museum of Fine Arts de Houston, institución que organizó la exhibición en conjunto con el Buffalo Boyou Partnetship.

(2) La Cisterna fue diseñada por el ingeniero WR Holway y fue construida en 1925 como un tanque de agua subterráneo bien alimentado diseñado para almacenar el agua potable de Houston con una capacidad de 15 millones de galones.

(3) La banda sonora es realizada por miembros del coro esloveno a cappella Pertuum Jazzile.

(4) Jean Francoise Lyotard. Lecciones sobre la analítica de lo sublime.


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