Linda Briceño recuerda las largas noches que pasaron entre el 20 de septiembre, día en el que se anunciaron los nominados para la edición 19 de los premios Latin Grammy, y la tarde del jueves pasado, en Las Vegas, cuando subió al escenario del Mandalay Bay a recoger el Grammy como Productora del Año: es la primera mujer en recibirlo en la historia del galardón que concede la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación.

“Lo confieso: desde que anunciaron las postulaciones le hice pasar a mi equipo un infierno. Todas las noches tenía ataques de pánico, estaba de mal humor, muy nerviosa, no tenía apetito”, recuerda la hija de Andrés Briceño, uno de los mejores percusionistas del país, formada en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, al cual ingresó cuando tenía 4 años de edad de la mano de su padre.

Días después de su hazaña aún reconoce que no confiaba en su triunfo. De hecho, hasta el último momento, la tarde del 15 de noviembre, le decía a su manager los nombres de quienes ella suponía que ganarían en una de las categorías más importantes. Todos, menos Linda, aseguraban que el Grammy sería para la también trompetista y cantante.

A los 7 años de edad, Briceño comenzó sus prácticas orquestales como intérprete de trompeta en el Núcleo La Rinconada, para luego sumarse, luego de ganar una audición, a la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela en 2007, de la que formó parte en la sección de metales. Paralelamente se integró a la banda de jazz que fundó su padre. También se sumó a la plantilla de la Simón Bolívar Big Band Jazz, agrupación que nació en el Conservatorio Simón Bolívar del sistema, donde continuó su formación académica hasta que decidió despegar su carrera en solitario. Carrera que la llevo en agosto de 2013 a Nueva York para estudiar Jazz performance en la New School of Music.

—¿Qué representa el premio Productora del Año?

—Los retos siguen siendo los mismos. No hay nada que impida que siga trabajando como lo he hecho hasta este momento. Aunque más que retos siento una responsabilidad muy grande de mantenerme honesta y sincera como músico, con mi sonido, con la preparación que durante tantos años he forjado. Creo que mi misión es seguir descubriendo artistas, apoyarlos para que encuentren su espacio, así como enfocarme en mi propio proyecto, porque tengo muy claro lo que quiero no solo como productora. Mi gran sueño siempre ha sido ser intérprete, llegar a una audiencia grande y que la gente cante mis canciones.

Ganadora del premio por su trabajo en el tema “11” (Linda Briceño Featuring Ella Bric & The Hidden Figures) y el álbum Segundo piso de la zuliana MV Caldera, reconoce las posibilidades que representa un triunfo como el suyo.

La noche de la celebración, en la que recuerda que no paró de bailar con Jorge Drexler en la fiesta del sello Sony Music, hubo músicos, productores, cantantes y gente de la industria que se le acercó, primero conmovidos por el discurso que ofreció al recoger el gramófono, y luego para hablar sobre su trabajo. Y las bonitas palabras del presidente de Sony Music, dice, auguran que vendrán cosas muy buenas para el futuro.

—¿Cómo fue el proceso de producción de “11” y de Segundo piso?

—El trabajo de “11” comenzó con una canción por Skype de ese compositor maravilloso que es Fernando Osorio; la misma noche llegó el sonido, todo como una revelación mientras trabajaba en mi cuarto. Después se fueron añadiendo muchos músicos que estaban en distintas partes del mundo, entre ellos, Juan Berbín, quien le dio ese toque tan característico a la batería; estaban también mis músicos de Nueva York, ingenieros extraordinarios como Germán Landaeta e Ignacio Lecumberri, quienes ayudaron a dar ese sonido que elegimos para el track. Participaron, además, una selección de mujeres del Coro Simón Bolívar del sistema de orquestas, Pedro Carrero a cargo de la sección de metales y parte de la orquesta Simón Bolívar. La calidad de todos los participantes fue extraordinaria más allá de mi aporte como productora. Fue un trabajo versátil y estoy muy agradecida con los miembros de la Academia.

—¿Qué supone para usted ser la primera mujer en ganar este premio?

—He recibido el apoyo de las mujeres más importantes de la industria de la música, entre ellas, Rosalía, la española que está cambiando la música a nivel mundial. Conocerla y escuchar sus palabras ha sido maravilloso; también hablé con Natalia Lafourcade y con Claudia Brant, una gran compositora argentina. El principio de todo es inspirar a niñas y adolescentes que están yendo a la universidad a prepararse en este campo, decirles que no tengan miedo. El trabajo del productor tiene que ver con mantener relaciones fuertes con los intérpretes, crear mucha música honesta y que de eso venga el resultado. El Grammy para mí es muy importante porque reconoce un trabajo y un camino que me he labrado sola, sin apoyo de ninguna disquera grande. Y espero abrir el sendero para otras mujeres de la industria.

—¿Qué proyectos tiene en mente?

—Seguir produciendo. Tengo en la mira hacer algo para la cantante venezolana Carmela Ramírez, trabajar con muchos artistas de Nueva York para conectar cultura y, por supuesto, está mi proyecto Ella Bric que aún se cocina.

—¿Cuándo regresará a Venezuela?

—Volveré a mi país cuando reciba mi pasaporte. Tengo ya un año esperando. Y, sobre todo, cuando tengamos la oportunidad de hacer algo que realmente trascienda, dada la situación que vive el país en este momento. Me encantaría regresar para dar un concierto y ver a mi gente después de tantos años.


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