Sacheen Littlefeather
Foto Archivo

En 1973, Marlon Brando estaba nominado por su papel de Vito Corleone en El Padrino y sabía que era muy probable que la Academia de Hollywood decidiera darle el Oscar. Sin embargo, el actor optó por no asistir a la ceremonia y tomó una determinación que causó una enorme sorpresa y confusión: envió en su lugar a Sacheen Littlefeather, una activista indígena.

Como lo había previsto, Brando resultó ganador y aquella mujer fue la encargada de subir al escenario para rechazar el galardón. Dio, además, un discurso político que causó un gran revuelo. Enfundada en un típico atuendo apache, Sacheen Littlefeather, entonces de 26 años, leyó sobre el escenario un mensaje escrito por el actor: «Lamentablemente, no puedo aceptar este premio tan generoso. Y las razones detrás de esto son el trato que la industria cinematográfica y la televisión dan hoy a los nativos americanos en las películas. También, los acontecimientos recientes en Wounded Knee», dijo, en referencia a un enfrentamiento violento entre agentes federales e indígenas en un lugar de gran importancia para el pueblo sioux.

El golpe de efecto fue más que exitoso: esa breve aparición en los televisores de millones de hogares y su sorpresivo discurso hicieron que Littlefeather se convirtiera en el imaginario popular en la cara visible de la lucha de los pueblos originarios estadounidenses. Sin embargo, este sábado, apenas dos semanas después de su fallecimiento, las hermanas de la mujer revelaron cuáles eran sus verdaderas raíces.

En una entrevista publicada por el San Francisco Chronicle, que en cuestión de minutos tuvo un gran rebote en los principales medios estadounidenses, las mujeres aseguraron que su hermana mintió sobre su ascendencia indígena. «Es mentira», dijo Trudy Orlandi sobre ella. «Mi padre era quien era. Su familia vino de México. Y mi padre nació en Oxnard», agregó, en referencia a la ciudad del condado de Ventura en el estado estadounidense de California.

La otra hermana de Littlefeather, Rosalind Cruz, dijo: «Es un fraude. Es repugnante para la herencia de los pueblos tribales. Y es simplemente insultante para mis padres». De esta manera, echaron por la borda la versión de Littlefeather, que decía pertenecer a las tribus White Mountain Apache y Yaqui por parte de su padre.

Disculpas tardías

En agosto de este año, Littlefeather recibió una tardía carta de disculpa del presidente de la Academia, David Rubin, tanto por la reacción de algunos de los presentes en la ceremonia -ella denunció que John Wayne quiso atacarla físicamente y debió ser contenido por guardias de seguridad- como por haber sido cancelada por la industria en ese mismo momento. Un mes después, el Museo del Cine de la Academia celebró un acto en su honor. «Estaba representando a todas las voces indígenas, a todos los pueblos indígenas. Nunca se nos había escuchado de esa manera», dijo sobre lo ocurrido en 1973.

Littlefeather murió de cáncer de mama con metástasis el 2 de octubre en su casa en el condado de Marin, California. «Littlefeather dedicó su vida a la salud y el bienestar de los nativos en todas partes», decía el comunicado con el que se dio a conocer su deceso. Sin embargo, sus hermanas dijeron estar sorprendidas e indignadas por ver como «se la venera como una santa» después de haber mentido sobre su origen. También afirmó que su padre era alcohólico y abusó de todas las mujeres de la familia, incluida su madre blanca.

Una infancia de fantasía

Orlandi indicó que le llena de furia que su hermana mintiera sobre haber tenido una educación violenta y empobrecida. Aseguró que en realidad se adueñó de las experiencias de la infancia de su padre. «Mi padre era sordo y había perdido la audición a los nueve años a causa de la meningitis», sumó Cruz. «Él nació en la pobreza. Su padre, George Cruz, era un alcohólico que era violento y solía golpearlo. Y lo pasaron a hogares adoptivos y familiares. Pero mi hermana Sacheen tomó aquella historia y la hizo suya».

«El padre de mi padre, George, era el alcohólico. Mi papá nunca bebió. Mi papá nunca fumó. Y sabes, ella también lo criticó y dijo que mi padre tenía una enfermedad mental. Mi padre no era un enfermo mental», aseguró la mujer.

En distintas entrevistas, Littlefeather se refirió a una infancia sumida en la pobreza. «Nunca vi una reserva hasta que tuve 17 años», dijo Littlefeather en una entrevista publicada en 1974. Agregó: «Vivía en una choza en Salinas, California. Recuerdo el día que conseguimos un baño, llevé a los niños del vecindario y les di el recorrido. Eso me enfurece», exclamó Orlandi cuando le contaron la cita. «Nuestra casa tenía un baño… Y no es una choza, está bien, tengo fotos de eso. Por supuesto, teníamos un baño».

Ninguna de las hermanas sabe de dónde viene el nombre Littlefeather. Orlandi se burló de las declaraciones de su hermana de que recibió el nombre de su padre cuando bailaba frente a él, sosteniendo una sola pluma en alto. «¿Que bailaba frente a mi padre y siempre llevaba una pluma en el pelo, en la cabeza? Y fue entonces cuando mi padre la llamó ‘Pequeña pluma’ Esa es otra fantasía», aseguró.

«Sacheen no se gustaba a sí misma. No le gustaba ser mexicana. Entonces, era mejor para ella interpretar a otra persona. Quiero decir, no iba a ser una princesa mexico-estadounidense», apuntó Orlandi sobre el fraude pergeñado por su hermana. «Vas a ser una princesa nativo estadounidense. Era más prestigioso ser nativo estadounidense que latina en su mente», señaló.

San Francisco Chronicle encontró registros de la familia de Cruz en México que se remontan a 1850, todos identificados como blancos o mexicanos desde 1880 en su ingreso a los Estados Unidos. Además, la tribu White Mountain Apache no tenía registros de inscripción de Sacheen Littlefeather ni de ningún miembro de la familia, vivo o muerto. Orlandi agregó: «Mi hermana creó una fantasía, vivió en una fantasía y murió en una fantasía».


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!