De La Sierra
Alexis De La Sierra | Foto: Jesús Navas

En la Galería de Arte Nacional (GAN) se encuentra expuesta, hasta enero de 2024, la obra que conmemora cinco décadas de trabajo de Alexis De La Sierra. Bajo el título Alexis De La Sierra: espiritualidad y surrealismo en su obra, se pueden apreciar las diferentes formas de expresión del artista de 69 años de edad. Unas que, por cierto, viene desarrollando desde sus 14 años.

El calor es inclemente en la GAN. Tres espacios en la misma sala hablan de momentos particulares de su obra. Los colores, las formas y los materiales generan curiosidad en quienes visitan esta muestra curada por Ion Pervilhac y María de Lourdes Rengifo; además, con el apoyo de la curadora Zuleiva Vivas. Y la museografía de Clemente Martínez Mirena. Además, la energía que transmiten sus obras (pinturas, esculturas y piezas de orfebrería) llega a los visitantes y provoca en ellos una respuesta emocional significativa.

El surrealismo es abordado por el artista como una manera de reconfigurar lo perfectible | Foto Jesús Navas

Como el guardián del umbral, Pervilhac espera a los visitantes para explicarles un poco más la obra del artista caraqueño pionero en la pintura digital (murales en formato monumental, trípticos, retratos cibernéticos), orfebrería (ornamental, ceremonial, utilitaria, mágico-religiosa, conceptual, luminarias ceremoniales y escultórica) y escultura semi-figurativa, abstracta y conceptual.

En la sala de la GAN dialogan diferentes materiales y formatos de la obra de De La Sierra. Algunos, pequeños y de plata, mientras que otros son creaciones digitales de gran formato. Este recorrido por el devenir histórico del artista es una retrospectiva interesante.

«Esta muestra surge para atesorar esos 55 años, reunirlos y mostrar al público lo que yo he logrado a nivel de creación. Ha sido un trabajo interesante porque me permite entender el proceso creativo del cual yo no estoy consciente. Yo como artista creo y avanzo, pocas veces uno hace una introspección donde tratas de entenderte a ti mismo, yo nunca me he preocupado por eso, simplemente doy rienda suelta a mi creatividad de manera espontánea y disfruto del proceso creativo. Cuando una obra está terminada ya no tiene la importancia que tuvo durante el proceso creativo», comentó De La Sierra.

La GAN es el escenario para recordar 55 años de trabajo ininterrumpido | Foto Jesús Navas

En la sala hay un aura crepuscular, sin ánimos de afirmar que la obra de este prolífico artista se acerca al fin. Al contrario: sus piezas son anacrónicas y atemporales, pues los temas que trata en cada una de ellas pertenecen a una especie de género universal. De hecho, De La Sierra dialoga constantemente con el visitante a través de su trabajo y le propone un momento de reflexión o, bien, de solaz.

«Alexis es su propia escuela, él sueña con los ojos abiertos», afirmó Pervilhac para referirse a los referentes del artista. El curador recuerda, además, que cuando De La Sierra estudió -en la década de 1970- en la Pontificia Universidad Católica de Chile sus maestros le sugirieron no quedarse allí; más bien, debía irse y aprender a cultivar el «arte que lleva dentro de su corazón», dice el curador.

Sobre el arte digital, además de trabajar cada pieza de forma exhaustiva y con muchas capas, De La Sierra se vio interesado ya para finales de la década de 1980, un acierto vanguardista que marcó, sin duda alguna, su prolífica carrera y un precedente para el uso de las computadoras como medio de creación. Desde entonces no para. Y toma como medio expresivo la transformación de sus ideas a través de bits y píxeles usando Photoshop. «Es un arte profundo», agrega Pervilhac.

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Ion Pervilhac es el curador de la retrospectiva | Foto Jesús Navas

Acerca del surrealismo, De La Sierra explicó que surge naturalmente de su proceso creativo. «Es una manera de lograr formas bellas, perfectas. Y quizás por la imperfección que veo a mi alrededor -e incluso la mía- creo que es una manera de sublimarlo; de convertir lo que no es bello en bello y lo que no es tan bueno en algo magnífico. Es una manera de ver un mundo ideal», añadió.

Naturalmente, surgió la pregunta acerca de exponer en la GAN, una institución del aparato cultural del régimen. «Estoy muy agradecido con Clemente Martínez, quien tuvo la apertura de invitarme a exponer cuando sabe que soy una persona que no simpatiza con muchas cosas que se hacen en Venezuela. Eso se lo reconozco, la GAN tuvo la apertura de invitar a un artista que no es militante. Me parece admirable. Y creo que demuestra que Clemente es un gerente excepcional. Es alguien que admira mi obra y la conoce desde hace muchos años. Así debe ser un verdadero museógrafo. Yo admiro lo que hace el personal de la GAN porque hay una gran ética. Ellos tienen grandes dificultades a nivel económico, pero trabajan con el corazón incluso con recursos limitados».

Los elementos siempre presentes

Para el artista los volúmenes, el color y la luz son elementos fundamentales. Todos los trabaja en sus obras, pero uno sobresale: la luz. Y esto no es casual, pues responde a la búsqueda de la perfección, cualidad que los seres humanos no poseen. «Estamos siempre en búsqueda de ella. Y como artista me gusta buscar esa perfección y creo que la luz es el mejor camino. Sin ella no existe la visión de nada, es un cuarto cerrado, oscuro», añade De La Sierra.

Es imposible no pensar en el aspecto espiritual o religioso que se aprecia en su obra. Muchas piezas evocan aspectos ceremoniales y, junto con la luz, hablan acerca de la fe del artista y las nociones metafísicas. Estas, por otra parte, De La Sierra las tomó desde muy temprana edad, pero por cuenta propia. Sus padres no le impusieron la religión en ningún momento, pero él escogió creer: se bautizó a los 36 años y su fe la manifiesta en su vida y obra.

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En la exposición hay un diálogo constante entre materiales, años y temáticas | Foto: Jesús Navas

Además, otras obras remiten al aspecto surrealista a través de temas como la mitología, cosmogonía y la historia. Incluso la magia. Todos ellos intervenidos por la mirada -que está figurativamente presente en las piezas- transformadora del artista. «Son obras misteriosas porque son excepcionales. Denotan la maestría del manejo de técnicas», afirma Pervilhac.

Pero, aunque las obras tienen un significado, a veces es mejor no buscarlo, como menciona Pervilhac. Aun así, en las salas se pueden apreciar piezas desarrolladas durante el periodo postpandémico (2022-2023) inspiradas en el covid-19 y los sentimientos que De La Sierra sintió durante ese tiempo complejo. «Emociones filtradas retroproyectadas! muestra la energía y las emociones contenidas y liberadas por el artista durante esos años.

«El arte digital es la nueva pintura, pero no quiere decir que sea mejor. Pero aporta algo: la transparencia de las capas. Y, por supuesto, el ojo del maestro», añadió el curador mientras sostenía un teléfono cuya linterna iluminaba una de las obras de De La Sierra para mostrar cómo se superponen los elementos.

De La Sierra: lustros de trabajo

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De La Sierra disfruta más el proceso creativo que la obra una vez terminada | Foto: Jesús Navas

Su primer acercamiento al arte fue a través de los metales, la orfebrería, en 1968; una disciplina que en el país era vista como artesanal, pero que De La Sierra consiguió llevar a diferentes museos como el de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber o la Galería de Arte Nacional (ambas en la década de 1990). Personalidades como la bailarina Yolanda Moreno o la miss Universo Bárbara Palacios utilizaron prendas creadas por el artista.

De La Sierra es el cuarto hermano de seis. Y todos, dijo, guardan alguna afinidad con el arte. Y no es de extrañar, pues sus padres y abuelos también fueron reconocidos por sus habilidades artísticas. «En mi casa el arte fue una actividad que todos desarrollamos, pero por voluntad propia. Mis padres nunca se metieron en nuestras vidas para nada. Éramos libres de hacer lo que quisiéramos, mientras cumpliéramos con las normas», agregó el artista autodidacta.

Tiempo después, pasó a la escultura como medio expresivo hasta que, finalmente, comenzó con el trabajo de arte digital en 1988. Pero este rol de artista y creador va acompañado por otro igualmente importante y significativo para él: la docencia.

En ese rol, que todavía disfruta, fundó la Escuela de Orfebres Alexis De La Sierra en 1985. También, el Taller de Diseño Electrónico Multimedia Alexis De La Sierra (2000 – 2016). Y el Taller de Introducción a la Escultura (dictado de manera ocasional desde 1999). En total, más de 4000 personas compartieron con él en sus clases, en las que ha formado a sus alumnos en las disciplinas donde destaca como creador.

Una carrera establecida en Venezuela

Alexis De La Sierra se desarrolló principalmente en Venezuela, sin embargo, también vivió un tiempo en Cuba, Londres, Chile y Nueva York. Y su obra se ha podido apreciar en más de 35 exposiciones individuales y 60 colectivas dentro y fuera de Venezuela.

«Venezuela es un país mágico», dice el artista que vive entre Caracas y en Lechería, estado Anzoátegui. «Y nosotros tenemos que estar conscientes de los valores que son nuestros. Y los que han salido, hay que hacerlos regresar de alguna forma para reconstruir el país, que hagamos lo mejor que se pueda hacer por Venezuela. Creo que para las próximas generaciones es importante que sepan cuáles son los valores que hemos tenido a lo largo de nuestra historia. Muchísima gente que ha aportado a todas las áreas. En grandes posiciones del mundo, siempre hay un venezolano que destaca», añadió.

Y en 1986 otro logro afianzaría su carrera: el Premio Nacional de las Artes del Fuego. En 1995, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, llamado en ese momento Sofía Ímber (MACCSI), celebró los 25 años que Alexis cumplía dedicado a la orfebrería y su difusión en Venezuela. Ese mismo año la Galería de Arte Nacional (GAN) lo invitó a exhibir su obra como uno de los 10 Maestros Contemporáneos de las Artes del Fuego más destacados de Venezuela, en el evento titulado 10 presencias de las Artes del fuego.

Además, obtuvo en 1995 las medallas de plata y bronce en Diseño Electrónico del Optima Design Awards (Estados Unidos), Medalla de Oro Magnus Laurentis Medicis en la Bienal de Florencia, Italia (2001); también, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Embajada de España en Venezuela le otorgaron en 1986 el Premio Especialidad Escultura del Salón Pablo Picasso. Recibió en tres oportunidades el primer premio en la categoría de Orfebrería del Salón Nacional de las Artes del Fuego. Y en 1986 consiguió la Medalla de Oro Premio Nacional del XIII Salón Nacional de las Artes del Fuego (Secretaría de la Presidencia de la República y Consejo Nacional de la Cultura)

¿Qué sigue para Alexis De La Sierra?

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Alexis De La Sierra, pionero en el arte digital en el país | Foto: Jesús Navas

Con respecto a los trabajos que De La Sierra desarrolla actualmente, afirmó que no suele revelarlos. «Y menos aún con lujo de detalle mis planes a futuro. Tengo mis razones para ello. No obstante, te puedo comentar que desde comienzos de 2023 estoy trabajando en una nueva familia de obras de arte digital y una instalación multimedia conexa, bajo el título de ADSDA+RWO AKA NP2023+CMMMMRWO. Se trata de una nueva familia de 20 obras digitales de gran formato proyectables en ambiente inmersivo y una instalación multimatérica presencial».

Cuando se le pregunta por los errores, De La Sierra afirma que trata de no cometerlos. «Perfecto es Dios, pero soy una persona impulsiva por naturaleza. Soy apasionado. Entonces, eso me lleva a decir o hacer cosas que debería medir. Sobre todo de joven, mi papá me decía Cachito -como la canción de Harry Belafonte- ‘mira, Cachito, respira. ¿Por qué tú hablas tanto? ¿Por qué tú no escuchas?’. Mi tío me decía que me expresaba bien y que tenía mucha seguridad, pero también decía que estaba equivocado. ‘¿Por qué mejor no escuchas a alguien que tiene algo que enseñarte?’, y efectivamente, yo aprendí a escuchar», aseguró el artista que se definió como irreverente.

Como artista que disfruta del proceso creativo sigue trabajando en su pasión. Por lo tanto, busca que las exposiciones y muestras que siguen sean reflejo de su rigurosidad investigativa, su madurez y experticia que ha adquirido con los años. «Mis atesoradas vivencias malas, regulares, buenas, mejores y excelentes durante más de medio siglo. Esas son mis mejores aliadas para continuar descubriendo nuevos horizontes».

«Yo no creo para el público, yo lo hago por el placer y necesidad de crear. Pero, al mismo tiempo, busco retar al espectador», concluyó.


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