Foto The Independent

Kristen Stewart y Robert Pattinson fueron, entre 2009 y 2012, una de las parejas doradas de Hollywood.

Protagonistas de una de las sagas cinematográficas más exitosas de los últimos tiempos, Crespúsculo, ambos despertaban euforia entre el público. Hoy, siete años después de que la relación llegara a su fin, ella habló de su primer amor y confesó que se hubiese casado con él.

“Estuvimos juntos durante muchos años y fue mi primer amor”, dijo durante una entrevista con The Howard Stern Show. Allí aseguró que la relación no fue una estrategia de prensa sino algo real.

La actriz, que actualmente está en pareja con la guionista Dylan Meyer, dijo que se arrepiente de algunas cosas de esa época, como el hecho de la distancia que a veces mantenían para no ser acosados por los paparazzi, lo que les impidió vivir por completo el romance día a día.

“Te privas de muchas experiencias. Nosotros no caminábamos por la calle tomados de la mano porque antes de salir confabulábamos: ‘No queremos darles esa foto’, decíamos. Al final del día nunca caminamos de la mano y eso es horrible”, reveló.

Kristen Stewart dijo que el flechazo con Pattinson fue inevitable. “No había nada que pudiese hacer para impedirlo”. Incluso dijo que podría haberse casado con él. “Queríamos hacerlo… sí. No lo sé, no soy una persona muy tradicional, pero al mismo tiempo en cada relación de verdad que he mantenido pensé que era para siempre. Nunca fui de tener romances casuales”, explicó.

En el mes de octubre, durante una entrevista con la versión inglesa de la revista Harper Bazaar, Kristen había confesado que durante su relación con Robert nunca tuvo un ejemplo al que seguir. “Nos expusieron tanto que, al tratar de controlar el único aspecto que podíamos, siempre terminábamos guardándonos todo. ‘Nunca hablaremos de esto porque es nuestro’, era la actitud”, dijo.

En 2016, la actriz ya había confesado que la exposición excesiva que tenía la pareja terminó llevándolos a separarse. “La gente quería que Rob y yo estuviésemos juntos con tanta intensidad que nuestro amor terminó siendo un producto”, decía hace unos años. “No era la vida real y eso era muy feo. No es que quisiera esconder quién soy ni nada de lo que hacía en mi vida, sino que me molestaba ser parte de una historia que entretenía a todo el mundo y que tenía un precio para las revistas”, concluyó.


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