Foto: Osvaldo Ponton

Hace siete años Joanna Hausmann recibió un correo inesperado: “Hola, me llamo Dan Povenmire, soy el creador de Phineas y Ferb y me encantaría conocerte”. No lo creía. Cuenta, entre risas, que llegó a pensar que era otra persona haciéndose pasar por el director nacido en California.

Acordaron una reunión y dos semanas después comprobó en la casa de Povenmire que efectivamente era él. “Dan me explicó que veía mucho mi contenido. Él es un americano que creció en Alabama, se enamoró de una venezolana (su esposa) y me contó que mi contenido lo acercó por primera vez a una comedia que entendía en inglés y que, a su vez, lo acercó a su familia”.

Gran parte del trabajo humorístico de Hausmann se vale de las fronteras entre la cultura venezolana y la estadounidense para contar chistes. Por ejemplo, en su video ¿Tú, vos o usted? Es complicado, la guionista explica, en inglés y con comedia, cómo son los acentos de España, Argentina, Venezuela o Colombia.

Mientras que en el video Finding Out a Stranger is Venezuelan, que se viralizó en los momentos más duros de la pandemia, la escena muestra a dos venezolanos (Hausmann y Angelo Colina) que, durante una llamada de call center, se reconocen como connacionales gracias a que distinguen sus acentos.

Povenmire y Hausmann entablaron una amistad: “A través de los años acudí a él por ayuda. Tenía un script, se lo enviaba para que me diera notas, pedía sus consejos. Se volvió como un papá dentro del mundo del entretenimiento, y bueno, él ha podido ver mi trayectoria como guionista. No solo como una persona que hace videos en YouTube, sino como guionista en otras series de televisión”.

El creador de Phineas y Ferb quería hacer otra serie, cuenta la comediante, así que le propuso una idea a Disney y el gigante del entretenimiento aceptó. Pero Povenmire puso una condición: que Joanna Hausmann fuera la head writer, y así pasó. La escritora es la guionista principal y coproductora de Hamster & Gretel, una comedia animada de superhéroes protagonizada por una familia venezolana.

Inspirada en la relación de Povenmire con su hermana menor, Hamster & Gretel se centra en Kevin y Gretel, quienes van a recibir superpoderes de unos extraterrestres, pero algo sale mal. Los que se quedan con las nuevas habilidades son Gretel y su mascota Hamster. Ahora Kevin, como buen hermano mayor, tratará de protegerlos a ambos de los villanos de la ciudad.

La serie animada se estrenó el 12 de agosto en Disney Channel y desde el 17 está disponible en Disney + de Estados Unidos. Aún no se ve en Venezuela.

—¿Cómo ha sido trabajar con Dan Povenmire?

—Lo máximo. Él es un genio en el mundo de la animación. Hay poca gente que puede hacer todo lo que él hace. Es muy cómico, entiende de historia, pero también es de las personas que hacen las escenas preliminares antes de la animación. Es músico también, hace la música para la serie. Es un talento multifacético que me quiere mucho y me respeta. Me ha dejado tener mucha autonomía con el equipo de escritores, que es como mi familia, un organismo de más de 50 personas. Dan confió en mí para manejar la organización de la trayectoria de cada personaje en todos los episodios, para utilizar el talento de los escritores para crear este mundo desde cero. Porque, a diferencia de muchas series que no son animadas, tenemos que pensar en todos los detalles visuales. Me siento súper agradecida, yo había escrito para otras series, pero también me encontré con muchos rechazos. Eso es lo que mucha gente no sabe, yo apliqué para más de 50 trabajos como guionista, es muy competitivo acá. De 500 escogen a 2. Yo, en verdad, tuve suerte de poder escribir para series de televisión, pero quería la oportunidad de ser head writer. Dan confió en mí. Estoy muy agradecida.

—La serie está inspirada en la vida de Dan Povenmire.

—La relación entre la hermanita y el hermano, Gretel y Kevin, está basada en su relación con su hermanita menor, a quien él le lleva 10 años. En esa dinámica de hermanos, con tal diferencia de edad, uno casi se vuelve otro papá. Mi hermano mayor me lleva ocho años, entonces Dan y yo conectamos mucho con eso. Fue fácil para mí entender la relación entre esos hermanos porque yo tuve una relación similar con el mío (el director de teatro Michel Hausmann). Cuando vino la parte de expandir el mundo, pasamos un mes de brainstorming pensando de dónde era la mamá, cuántos hermanos tiene, de dónde es el papá, dónde viven. Es casa o apartamento. En cuatro semanas creamos eso.

Foto: Osvaldo Ponton

—Y están las referencias a Venezuela.

—Sí, la mamá es venezolana, el papá es estadounidense. Hay episodios, por ejemplo, en los que aparece la abuela cubano-venezolana, basada en mi abuela. Hay una villana basada en La Llorona pero se llama La Sombrerona, se pone muchos sombreros. A veces hay cuentos que se meten más en nuestra cultura, porque fueron ideas chéveres que surgieron en el writers’room, porque la mitad de los escritores son latinos, algo que no se suele ver en Estados Unidos. Los latinos somos el 20% de este país, pero somos la minoría menos representada en todo media. Este empuje para que los escritores fueran latinos en la serie ayudó para que muchos cuentos fueran latinos, y que haya temas inevitablemente venezolanos. Lo hicimos de manera orgánica.

—¿Cómo es el proceso de escritura y producción de una serie animada?

—Viene un escritor con una idea y juntos, en grupo, ayudamos a crear el concepto principal. Aunque a veces no me tengo que meter mucho, pues vienen con ideas perfectamente formuladas. Eso después va por tres diferentes filtros. Hacen una premisa, escriben un esqueleto del guion, después escriben su primera versión y en cada elemento yo leo y organizo, y digo si algo no pega con un personaje. Eso es después de tres interacciones. Se escribe el guion. Dan y yo lo vemos. Compartimos nuestras notas. Si hay que cambiar muchas cosas, Dan vuelve a escribir el guion, regresa y, en equipo, los seis escritores y yo, nos sentamos en un Zoom y vamos línea por línea para ver si cada chiste puede ser mejorado. Cada guion tiene el cerebro de todo el equipo. Y luego, para explicar la parte de animación, ahí involucramos a los board artists. Tenemos cuatro interacciones de la comiquita donde en cada interacción volvemos a ver el script a ver si hemos perfeccionado cada chiste y cada momento, si hay que cambiar una línea, y luego lo mandamos a los animadores. Con esa información, el guion y las imágenes crudas que hacen los directores por fin terminamos el episodio, y dentro de eso hay el elemento de los actores, que los martes vienen a hacer sus interpretaciones y, mientras están con el guion, nos dicen a Dan y a mí si hay una línea que quizás no está funcionando a ver si puede ser cambiada. Entonces cada guion está como latiendo, viviendo, transformándose, evolucionando a través de varias semanas. Eso lo hicimos 56 veces.

—¿Es difícil trabajar al nivel de producción de Disney? ¿Le da tiempo para sus otros proyectos?

—La verdad es que me he tomado este trabajo muy en serio. Ha sido mi oportunidad de enseñarle al mundo que puedo ser guionista, puedo ser jefa de los guionistas, puedo coproducir una serie. Es lo que quiero hacer. Yo quiero formar parte de cada elemento del proceso creativo. Sigo con mi podcast, escribiendo otras cosas. Ahora siento que he aprendido cómo manejar estos elementos. Me quiero volver a meter un poco en adaptación y, mira, no hago otra cosa. Mi esposo dice que soy adicta al trabajo. Siempre estoy haciendo algo.

—¿Era importante para usted que la serie tuviese elementos venezolanos?

—Yo creo que para crear arte, y que se sienta auténtico, uno tiene que mirar sus propias experiencias y emociones. La cultura venezolana es algo innato en mí. Es como crecí. Y crear cuentos e historias de esta experiencia se me hace más fácil, pero no solo es más fácil, sino que me emociona mucho pensar que una serie que todo el mundo verá tiene elementos venezolanos, para que la cultura venezolana no sea tan ajena a los demás, sino algo normal, como han hecho los mexicanos en este país con su cultura, su arte y su gastronomía. Creo que el venezolano, por esto de la diáspora, está logrando lo mismo. La arepa se encuentra en cualquier esquina de Nueva Zelanda y hay artistas y guionistas poniendo su marca en cualquier país que esté. Quise hacer esto acá, quise normalizar la cultura venezolana y traer a aquel que no es venezolano a nuestra cultura.

Foto: Osvaldo Ponton

—¿Pudiese haber más adelante otros proyectos con Disney?

—Todavía me faltan unos meses más. Mira lo mucho que tarda la animación, ya en noviembre son dos años de trabajo. Si tengo la oportunidad de seguir, si esta serie es aceptada para una segunda temporada, me están ofreciendo regresar en otra posición, algo más alto, pero no puedo dar más detalles. Siento que todavía no he asimilado que esto ya salió, que está en el mundo, que la gente lo verá dentro de poco, tengo que ver y averiguar mi próximo paso. La única pregunta es si seguir en animación porque me veo haciendo series de todo tipo. Quiero hacer de todo, quiero moverme.

—Uno de sus videos más virales fue Finding Out a Stranger is Venezuelan. De alguna manera, el trabajo que hace desde la comedia no solo puede dar risa, sino que refleja cómo la migración nos ha transformado, cómo nos solidarizamos con el otro en otro país.

—Me da risa porque no vivo en Miami sino en Nueva York, a veces en Los Ángeles, y se está volviendo más normal encontrarse a un venezolano. Eso no pasaba antes. Me acuerdo que una vez, estando en el metro, escuché a alguien decir “coño, qué ladilla”. Yo busqué a la persona, la miré, me miró, y fue ese momento en que nos dimos cuenta de que ambos éramos venezolanos. Eso se me quedó grabado. La manera en que encuentro ideas para mis videos es a través de la vida real, porque cuando uno basa la comedia en experiencias reales siempre se siente auténtico. Uno no hace comedia pensando en qué va a hacer reír a los demás, sino pensando “guao, esto me pasó”, siento que le pasa a otra gente. Entonces, Angelo y yo pensamos filmar este video separados. Quería recrear esa escena del metro, pero estábamos en pandemia. Como el nivel de producción no estaba ahí, asumí que no se iba a viralizar. Las limitaciones para la creatividad siempre son buenas, porque eso ayudó. Como los personajes del video no se podían ver, sino que era solo la voz, el concepto se volvió más simple, más agudo. El punto del video es que estamos en todos lados, pasamos por un momento tratando de averiguar si alguien es venezolano, y cuando lo averiguamos sientes que estás en familia.

—También es una forma de hacer encontrar a la cultura estadounidense con la venezolana, como ocurre en el video ¿Tú, vos o usted?

—Siento que yo soy eso, varias culturas en una sola persona. Cuando estaba creciendo lo veía como una debilidad. Porque acá, cuando estaba en el colegio, sentía que no encajaba con mi ropa vieja, mi carne mechada, el termo. Y en Venezuela me llamaban la gringa cuando regresé para hacer el bachillerato. Era como sentirme en diferentes direcciones. En términos de identidad siempre estuve cuestionada. Yo soy mitad judía, entonces no soy suficientemente judía, soy venezolana, pero tengo apellido judío, entonces no puedo ser venezolana, soy gringa, pero a veces se me olvidan las palabras en inglés, nunca soy lo suficiente para el mundo. Entonces, con mi comedia pude hacer terapia. Decir: sabes qué, yo soy el 100% de las cosas a mi manera. Y estoy usando el humor no solo para unir estas culturas, sino también para sentirme yo poderosa, poder habitar estas diferentes culturas en un mundo globalizado gracias al Internet.

—¿Ha seguido haciendo audiciones en Nueva York? ¿En qué otros proyectos está involucrada ahora?

—Estoy audicionando todo el tiempo. Hago voces para algunas series animadas que saldrán en uno o dos años. Estoy trabajando en proyectos fuera de Disney y dentro de Disney, más como creadora, no puedo hablar mucho de eso porque estoy bajo contrato. Sí diré que, a través de esta experiencia, he aprendido que uno al final del día no está listo para nada. Siempre me decía “no estoy lista para ser jefa de los guionistas, no estoy lista para ser coproductora”. Se me ha quitado el miedo. Me he metido más en el rol de creadora, guionista y productora. Me ha gustado mucho. Aunque seguiré actuando y estoy audicionando para algunas series como actriz, mi día a día está basado en crear series.


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