Jesús Martín-Barbero
Jesús Martín-Barbero. Foto: El Tiempo

Un revolucionario para su época. Un pensador social. Un teórico de avanzada. Hay muchas palabras para definir lo que fue el paso de Jesús Martín-Barbero por este mundo. El sábado, a los 83 años de edad, se apagó la vida de este pensador y teórico víctima de las complicaciones por covid-19.

Con una extensa obra estudiada en todas las facultades de Comunicación Social alrededor del mundo, Barbero se convirtió en un referente: “Logró poner a interactuar la filosofía, la semiología y los estudios culturales para -como él mismo lo decía- mapear, hacer la cartografía de la comunicación pero siempre desde una perspectiva latinoamericana, que es su mayor aporte”, asegura Mario Morales, analista de medios y docente de la Universidad Javeriana.

Autor de una larguísima lista de ensayos y libros, se destacan sus análisis en Comunicación Masiva, Discurso y Poder, Televisión y melodrama, Mapas nocturnos y pre-textos: conversaciones sobre la comunicación y sus contextos, y su mundialmente famoso De los medios a las mediaciones.

«¡Hasta siempre al gran maestro Jesús Martín-Barbero! Uno de los teóricos más importantes de la comunicación, la cultura y las ciencias sociales. Lamentamos la partida de uno de los mayores referentes en este campo ¡Gracias por los grandes aportes!», expresó la ministra de Cultura de Colombia, Angélica Mayolo, a través de su cuenta en Twitter.

“Era algo que le encantaba a Jesús, el sujeto tomando conciencia de su entorno, en medio de la incertidumbre o frente a las presiones del poder y las dificultades. Todo visto desde la cultura popular. Él logró esa hibridación de lo que se denomina la cultura de masas y cultura popular latinoamericana, reivindicando nuestros medios de comunicación, donde pudimos representarnos, reconocernos”, expone Morales.

Rossana Reguillo, Rosa María Alfaro, Néstor García Canclini, Carlos Monsiváis y Germán Rey son algunos pensadores que han seguido el camino que abrió Martín-Barbero. Su fallecimiento ocurrió en Cali, donde permaneció vinculado como catedrático, analista y asesor de varias universidades.

En los últimos años, sus dificultades de salud lo obligaron a permanecer recluido en su casa y alejado de los grandes auditorios. “Su oratoria era impresionante, parecía escribir mientras hablaba, y esa fue una de las cosas que resintió porque a él le encantaba el contacto con la gente, la academia y los profesores”, agrega Morales.

Y finaliza: “La gran deuda que tenemos con él fue que nos mostró la necesidad de cambiar la forma de ver los medios de comunicación, sobre todo la televisión, donde las audiencias se pudieron reconocer en la ficción, que logró representarlas mucho mejor que la no ficción. Eso también logró cambiar el lenguaje para acercarnos al análisis de los medios de comunicación a un lenguaje de esperanza que han requerido las masas latinoamericanas en medio de circunstancias críticas a lo largo de los últimos 60 o 70 años, en medio de las dictaduras, de las represiones, de las violencias, las guerras y los conflictos”.

CULTURA

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