En 2016, Jennifer López era una mujer soltera en un momento álgido de su carrera. Tuvo un romance breve con el bailarín Casper Smart; acababa de grabar la película Obsesión; era productora de una serie y protagonista de otra, y jurado de otra temporada en el concurso musical American Idol. Diseñaba zapatos. Era una voz autorizada contra Donald Trump. Se había separado de Marc Anthony, el padre de sus hijos, cinco años antes (de hecho, él se había casado y vuelto a separar), y mantenían una relación cordial. Y, con dinero en el bolsillo, decidió comprarse una casa en las colinas de Los Ángeles.

Nada menos que en la lujosa Bel-Air, la elegancia dentro de la elegancia. Una zona llena de mansiones rodeadas de árboles, donde cada casa está tranquila y aislada. Un nuevo hogar para una nueva vida, que le costó 28 millones de dólares. Un hogar que ahora no lo es: su vida es otra, se ha mudado y la vendió, por nada menos que 34 millones de dólares.

Se desconoce quién compró la lujosa y amplia mansión. Carolwood Estates, la agencia que se encargó de la transacción, habla de “un comprador misterioso”. (Suministrada)

Este 2023, López ya no vive en ese hogar. Desde principios de 2017 la artista mantuvo una relación con el deportista Alex Rodríguez, que terminó cuando ella volvió a conectar en 2021 con Ben Affleck, con quien había salido 20 años antes. Se casaron en 2022 y se fueron a vivir juntos. Así que sus respectivas casas se quedaron vacías y decidieron venderlas. Affleck se deshizo de la suya en agosto por 30 millones. En el caso de López, la sacó a la venta en febrero por 42,5 millones de dólares, después la rebajó a 40 millones y ahora acaba de deshacerse de ella por 34 millones de dólares, con 32.400 metros cuadrados -un espacio muy grande para una zona como Bel-Air-, 1.300 metros construidos, nueve habitaciones, doce baños y medio, un cine para 30 personas, un teatro donde caben más de 100 espectadores y un lago privado con playa de arena.

Se desconoce quién compró la lujosa y amplia mansión. Carolwood Estates, la agencia que se encargó de la transacción, habla de “un comprador misterioso”. López se la compró en 2016 al matrimonio formado por la actriz Sela Ward (House, CSI: Nueva York) y el empresario Howard Sherman. La casa fue construida en 1940 sobre un diseño del arquitecto Samuel Marx, aunque desde entonces ha pasado por reformas que le han dado un aire de campiña francesa y que han convertido a la madera y la piedra en protagonistas. Estructurada en distintos niveles, cuenta con un amplio salón con ventanales hacia los árboles y una escalera de caracol, una biblioteca forrada de madera, una enorme cocina con dos islas de mármol, una decena de chimeneas en el interior y el exterior, una sala de billar y juegos con un bar y un gran gimnasio completamente equipado.

La casa, de tres plantas, tiene piscina (con calentador) y jacuzzi, y además cuenta con fuentes y estanques distribuidos por toda la propiedad. En esos terrenos también hay una casa de invitados y un gran garaje para 30 vehículos, así como un espacio auxiliar con una cocina completa, un anfiteatro donde pueden sentarse más de 100 invitados, una zona para hacer hogueras y el lago con playa y duchas.

Hace unos meses, Affleck y Lopez se mudaron a una mansión en Beverly Hills que compraron por unos 60 millones de dólares, con 12 dormitorios y 24 baños. La casa llegó a costar 135 millones, considerándose la más cara del condado de Los Ángeles, pero lograron una impresionante rebaja en el precio. También tiene cine, sauna, sala de masajes, bodega y sala de whisky, canchas de básquet y picketball, gimnasio, casa de invitados de dos dormitorios y una pileta exterior de 47 metros de longitud, al parecer la más grande de Beverly Hills, indicaron portales inmobiliarios.

López compró su primera casa en las colinas de Hollywood en el año 2000 por algo más de cuatro millones de dólares y la vendió en 2004, poco después de casarse con Marc Anthony en sus jardines, al dueño de un club nocturno por más de 12,5 millones de dólares. Luego la recompró la también cantante Gwen Stefani.

López también tiene una casa en Miami, que compró en 2002, y junto con Anthony compró otra en Long Island, cerca de Nueva York. En 2014 la cantante adquirió un apartamento en Manhattan, por 20 millones de dólares, con vistas a Madison Square Park. Lo quiso vender en 2017, tras su ruptura con Alex Rodríguez, pero finalmente lo sacó del mercado inmobiliario. Con él se compró otro apartamento en Nueva York en 2016, que vendieron en menos de un año. También compartieron una casa en Malibú que vendieron en 2020, solo un año después de comprarla, así como una casa de 10 dormitorios en Star Island, en Miami.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!