Salman Rushdie
Foto: EFE/EPA/CLEMENS BILAN

El ataque este viernes contra el escritor británico de origen indio Salman Rushdie en Estados Unidos, cuando se preparaba para dar una conferencia, despertó una gran indignación en la India, desde donde llegaron numerosas muestras de condena después de décadas de amenazas contra el autor.

«El ataque a Salman Rushdie en Nueva York es cobarde. Este es el resultado de campañas de odio llevadas a cabo sistemáticamente por fanáticos y que radicalizan a seres humanos comunes», escribió en Twitter Tushar Gandhi, bisnieto del líder pacifista indio mahatma Gandhi.

«El mundo necesita tomar nota y actuar contra los propagadores del odio entre nosotros», agregó.

Rushdie, de 75 años de edad y residente en Nueva York, sufrió la agresión sobre el escenario cuando participaba en una conferencia en la localidad de Chautauqua, seis horas al oeste de la Gran Manzana. Según la policía sufrió «lo que parecen heridas de cuchillo en el cuello».

Un agente de la policía detuvo rápidamente al agresor. Mientras que a Rushdie lo trasladaron en helicóptero a un hospital. No se había dado a conocer su estado.

Los mensajes de condena también llegaron desde numerosos escritores del sur de Asia, como el indio Amitav Ghosh, que se mostró «horrorizado» por lo sucedido, o la escritora bangladesí Taslima Nasrin, también amenazada por sus comentarios sobre el islam, quien subrayó que el ataque ocurrió a pesar de que Rushdie contaba con la protección de  guardaespaldas desde 1989.

La noticia recorrió el mundo

Los principales medios indios también se hicieron rápidamente eco de la noticia del ataque y la destacaron en lo más alto de sus portadas digitales, abriendo otro espacio para seguir al instante las últimas novedades.

El escritor fue amenazado de muerte en 1989 por una fatwa (decreto religioso) del gobierno iraní por su obra Los Versos Satánicos, que le obligó a pasar años en la clandestinidad.

La obra, una novela en la que la ficción se combina con la reflexión filosófica y el sentido del humor, despertó las iras de los musulmanes chiíes, quienes la consideraron un insulto al Corán, a Mahoma y a la fe islámica. Está prohibida en la India, Pakistán, Egipto, Arabia Saudí y Suráfrica.


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