Una cifra pone el tema sobre la mesa: 2.853 personas han sido asesinadas por cuerpos policiales y militares en Venezuela durante 2020, según el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) Así inicia El naufragio de los DDHH en Venezuela, el primer documental de una serie de cuatro piezas de media hora que conforman Venezuela, la promesa rota de la productora Guarura +58.

Con la artista Argelia Bravo como cineasta, el proyecto pretende contribuir a la etapa de “reconocimiento y reconciliación” entre los venezolanos a través de la reflexión. “Más que denunciar y atacar, lo que queremos reflexionar sobre todo lo que nos está pasando en el país y de allí que podamos reconocernos como venezolanos y como personas que estamos viviendo lo mismo”, explica Jennifer López, periodista y miembro de la recién creada productora.

Fue durante el confinamiento por la pandemia de covid-19, en 2020, cuando López, junto con otras dos personas, decidieron levantar el proyecto. “Somos tres, dos provienen del chavismo que se desencantó. Luego de tener conversaciones acerca de cómo nos sentimos con ese proceso, tipo ‘cómo te sentiste tú, por qué”, llegamos a ese interés de sacar las piezas”, cuenta.

Agrega: “Nace de la necesidad de visibilizara sectores que no habían sido tomados en cuenta. Sobre todo, este sector de venezolanos que creyó en el chavismo inicialmente y que, con el tiempo, se han ido desencantando. Muchas personas creyeron en ese proyecto, en ese ideal que se planteó y allí entró la promesa de respetar los derechos humanos, de una economía fortalecida, de una Venezuela pujante, entró la promesa del respeto a los trabajadores, de la defensa de sus derechos… por eso se llama así: Venezuela, la promesa rota, porque, en definitiva, se rompieron promesas en todas las áreas importantes en las que se prometieron cambios”.

Marino Alvarado, coordinador de investigación, monitoreo y difusión de PROVEA, junto con varios integrantes de la Organización de Familiares de Víctimas de Violación de Derechos Humanos (Orfavideh), fundada por Aracelis Sánchez; y Juancho La Rosa, de la organización Rompamos El Silencio, toman la palabra en la primera pieza, que fue publicada el 5 de octubre. Aunque en su título hace referencia a los derechos humanos, se enfoca en visibilizar un caso específico: las ejecuciones extrajudiciales.

“El tema de los derechos humanos es muy amplio y consideramos que hace falta visibilizar esa arista; no se le ha dado suficiente cobertura. Ha habido poco acercamiento al factor humano, por las mismas formas en la que el gobierno aborda lo que pasa en esos operativos”, afirma López sobre la elección del enfoque.

Durante el documental se intenta dar un contexto histórico sobre las violaciones de derechos humanos en el país durante los últimos 20 años, comparándolo además con lo registrado durante los 40 años de democracia. Alvarado es tajante al afirmar: “La democracia no significó una mejora en la situación de los derechos humanos. Tenemos más de 40 años en una tragedia de DDHH en el país”.

Mientras se avanza en la disolución de la Policía Metropolitana, que le da paso a la creación de la Policía Nacional Bolivariana (“la más letal”, detalla Provea) y, a su vez, a las FAES, la cámara sigue a los familiares de víctimas de ejecuciones extrajudiciales como Jennifer Rotundo.

Es madre de Luis Ángelo Martínez Rotundo, un mototaxista de 24 años de edad asesinado por funcionarios del Cicpc de Santa Teresa en julio de 2017. La versión oficial vincula este caso con el asesinato de Ybrain Colmenares Martínez, escolta del entonces diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, Héctor Rodríguez. Antes de su hijo, también asesinaron a otros mototaxistas, Angel Daniel Castillo (20) y Jean Carlos Poleo Blanco (38). Ninguno tenía antecedentes penales y aún hoy, cuatro años después, busca justicia.

La justicia es algo que no solo se le ha metido a ella entre ceja y ceja, sino también a Aracelis Sánchez que, después del asesinato de su hijo Darwilson Sequera en 2013 por el Cicpc, se dio cuenta de que no era la única. En prensa veía casos similares y, con empatía de por medio, invitó a otros familiares a denunciar e insistir en Fiscalía.

No ha sido sencillo. “Juegan con el cansancio de la gente. Hay familiares que, al final, se retiran”, dice el documental. Pero, además, denuncian la rotación de jueces, la falta de autonomía del sistema judicial y la decisión de condenar o no, según lo que ordenen autoridades superiores. Ellos lo saben de primera mano, y la Misión Internacional Independiente de la ONU, en su segundo informe publicado en septiembre, dejó registro en 212 páginas del papel de los jueces y fiscales en la violación de DDHH en el país: más que ser un contrapeso, facilita la comisión de delito e impunidad.

Una semana después, el 12 de octubre, fue el lanzamiento de El naufragio de la democracia. Dividido en 10 partes, cuenta con personas que, en algún momento, no solo creyeron, sino que además trabajaron en el Estado venezolano, como Oly Millán, economista y exministra de Economía Popular (2006). Productores agrícolas que esperaban mayor participación, pero que chocaron con una pared, así como investigadores y antropólogos explican, desde su punto de vista, el declive de la democracia en el país.

“Esta pieza sobre la democracia es la que cuenta con personas que creyeron en el proyecto y me parece rescatable. Es el resultado de haber sumado varias visiones. Es algo que se puede ver como positivo de lograr, de trabajar juntos sin señalarse. Se trata de soltar un poco la polarización, que es algo que se planteó desde el principio, y ver más al ser humano. Puedes haberte enganchado con una propuesta y haberla hecho tuya, pero al final hay un duelo, una ruptura y, eventualmente, eso pasará con muchos más”, indica López.

Las otras producciones son El naufragio de los trabajadores  (19 de octubre) —que se enfoca más en las protestas actuales de los sindicatos de trabajadores y las detenciones arbitrarias de miembros del gremio por exigir sus derechos, que en las causas— y El naufragio de la economía, que se estrenó el 26 de octubre.

El seriado tiene como término común “naufragio”. Sobre eso López señala: “Creo que siempre hemos tenido claro que Venezuela, en general, está como a la deriva. Siempre estamos sorprendiéndonos con lo que pasa y es un naufragio porque sigue estando allí, a la deriva, perdida, y con necesidad de encontrarla”.

La productora Guarura +58, además, lanzó unos videos cortos titulados Testimonios Venezuela: desde el corazón de un proceso político, su militancia y su pueblo, que reúne microhistorias de personas que en algún momento apoyaron el liderazgo de Hugo Chávez. Apuestan por seguir generando piezas para la reflexión: “Pretendemos ahondar en el tema de la reconciliación, la convivencia, la paz; la rabia que puede dejar la violencia, la muerte, la tortura… Queremos profundizar en estos temas, esperando que surja un aporte a la reconciliación de los venezolanos y a una etapa futura de convivencia”.


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