Gledys Ibarra siente que ha sido comediante toda su vida. Actriz, productora, exmodelo y hasta presentadora de televisión, durante su amplia trayectoria de más de 40 años tuvo varios acercamientos con la comedia. Sin embargo, nunca llegó a dedicarse por completo al género. Ahora, a sus 63 años de edad, la reconocida intérprete se embarcará en una nueva faceta en su carrera y presentará al público Yo no quiero reencarnar. Con el formato del stand up comedy, bajo el ojo tutelar de Laureano Márquez y guion de Iván Zambrano, Gledys Ibarra saldará el 10 de mayo a las 7:00 pm, el 11 y 12 de mayo a las 5:00 pm en el Centro Cultural de Arte Moderno, en La Castellana, su deuda con la comedia.
Su afición por el humor estuvo presente en su vida desde siempre. Entre 1984-1985 fue parte del reconocido programa humorístico Radio rochela transmitido por Radio Caracas Televisión (RCTV). Después participaciones en novelas como Cosita Rica, Ciudad Bendita o Tomasa Tequiero, en 2008 interpretó a Pasión Guerra para la telenovela La vida entera, transmitida por Venevisión. Un personaje escrito por Leonardo Padrón que la hizo sentir más cerca de su verdadera esencia como intérprete por los toques humorísticos que la caracterizaban. Amante de la comedia desde que tiene memoria, Ibarra admite que el género, así como el formato del stand up comedy, era un asunto pendiente para ella desde hace muchos años.
A pesar de su interés, nunca le dio una estructura a aquello que tanto le llamaba la atención. No había definido tampoco lo que quería hacer. Sabía, sin embargo, que el formato del stand up comedy le gustaba: lo supo con certeza hace 27 años cuando, junto con un grupo de actores, hicieron un ejercicio de comedia en el Trasnocho Cultural. Cada uno de los participantes, entre los que recuerda a Wilmer Machado, el popular Coquito, y Marcos Moreno, tenía cinco minutos para hacer reír al público. La experiencia le encantó. Al terminar la dinámica, quedó con ganas de hacerlo de nuevo, incluso lamentó no dedicarse a eso. «Quedé con ese deseo de seguir haciéndolo. Además que desde hace mucho soy consumidora del stand up», destaca.
No fue sino hasta hace un año cuando Gledys Ibarra decidió asumir el reto de llevar al escenario ese formato de interpretación aunque sabía que sería complicado. «Hacer stand up no es fácil cuando no es tu área», comenta. Decidió, entonces, acudir a un gran amigo suyo para que la orientara: el director y productor teatral Manuel Mendoza, residenciado en Miami.
«Un día le dije a Manuel: ‘Yo quiero hacer un stand up pero necesito a alguien que me haga un guion, que me diga cómo es la estructura’. Él me dijo: ‘Te lo tengo’. Y fue así como llegó Iván a nuestras vidas, un muchacho muy talentoso, que da clases de elaboración de guiones y hace stand up. Además escribe para gente muy reconocida. Entonces nos lo agarramos para nosotros y lo secuestramos», cuenta Ibarra.
Trabajaron juntos desde entonces. Fueron 10 sesiones vía Zoom en los que Zambrano, también periodista que se desempeñó como diseñador en El Nacional, cumplió el rol de ser el primer público de Ibarra. «Mi trabajo fue escuchar esas historias que Gledys quería contar y ver qué orden darles dentro de la estructura del stand up. Una cosa es un monólogo en clave de humor y otra cosa es el stand up, que requiere más ritmo. Esta es la primera vez que Gledys no está interpretando un personaje sino que se está interpretando a sí misma. Fueron sesiones muy bonitas donde nos escuchamos. Tuve que cambiar el Cantv de mi casa porque me dije que no podía permitirme que me fallara en pleno ensayo con ella», comenta el comunicador egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Así, después de varios encuentros reflexivos sobre los muchos temas que a Ibarra le interesa comunicarle al público, surgió Yo no quiero reencarnar. El espectáculo tendrá un preestreno el 4 de mayo en Puerto Ordaz. Después de presentarse en tres únicas funciones en Caracas, con entradas a 25 dólares, el show viajará a San Cristóbal, Barquisimeto, Maracaibo, Margarita, Valencia y Lechería.
«Esta gira, que es muy linda, me va permitir explorar el stand up como una nueva disciplina escénica para mí y además me permitirá visitar mi país. Iré a lugares que tenía mucho rato que no visitaba y podré reencontrarme con el público», dice Gledys Ibarra.
“Aprovéchenme ahora”
Cuando Gledys Ibarra llegó a la sesión por Zoom con Iván Zambrano ya sabía qué temas quería abordar en el espectáculo. Se trata, explica la intérprete, de tópicos que son comunes para todos. «Esos que de verdad nos atraviesan la vida a los seres humanos. La cotidianidad de la soledad, los problemas, la salud mental, la muerte, la vida y cómo la asumimos. También hablaremos de la desesperación y esa ferocidad que hay por querer siempre más, un más que no te lleva a ningún lado porque es un más que lo materializas aquí ¿y después? ¿Qué te quita la vida cuando quieres acumular más?», explica. Para ella, mientras más acumula el ser humano, más de sí está perdiendo.
Yo no quiero reencarnar, surge, en realidad, de una frase que Ibarra ha tenido muy presente en su vida desde hace muchos años. Se trata de una expresión que dice a modo de broma a las personas que la conocen. «Siempre les estoy diciendo: disfrútame ahorita porque yo no vuelvo para esta tierra. Aprovecha y disfrútame porque yo no vuelvo a reencarnar». Se supone que cuando alguien reencarna, explica, es para limpiar lo que no se aprendió. Se vuelve a intentar lo que no salió bien en esta vida y ella no quiere volver.
«El mundo actualmente es una locura. Hay momentos en los que tú no entiendes de qué va esto. Parecía que el ser humano estaba redescubriendo nuevas facetas, se estaba tratando de definir y al hacerlo, nos fuimos desdibujando otra vez. Es una cosa muy loca porque terminas sin entender de qué va. No se sabe ahora qué es lo que tiene valor, qué es lo que tengo que construir. No sé qué es lo que de verdad tiene significado para el ser humano, qué tiene significado: ¿la familia? ¿La soledad? ¿El amor? Es tan confuso», confiesa.
Para Ibarra, mientras más se trata de establecer lo que sucede en la vida del ser humano, más se reduce la visión de lo que lo define. Insiste que, muchas veces, nadie sabe ni qué hacer ante ciertas situaciones. Entonces ella, dentro de su ejercicio de imaginación de conversación con Dios en este stand up, le dice: «Yo no quiero volver aquí porque no voy a entender. Es decir, si ahorita no entiendo, cuando me toque regresar…».
Zambrano dice que el show abordará los temas que ya quedan anunciados en la sinopsis: lo que pasa en el más allá y en el más acá. «Este stand up busca entendernos como humanos desde el amor, la soledad, desde qué hay después de que dejemos este cuerpo. A veces nos identificamos demasiado con nuestro nombre pero en realidad somos más grandes que eso. Cuando ves que todos tenemos emociones iguales te das cuenta de que todos venimos de la misma fuente. Creo que lo resumiría así».
Para él, el propósito de este espectáculo es que el público salga con ganas de estar más presentes en sus vidas. «Reencarnes o no, déjame vivir lo que estoy viviendo en este momento y preguntarnos. Estas preguntas me han servido a mí un montón. No se trata de preguntarme por qué estoy viviendo esto sino para qué lo estoy viviendo. Creo que Gledys ofrece en este show todos o parte de los aprendizajes que le ha dejado su carrera y su vida personal».
Ansiosa por vivirlo
Gledys Ibarra reconoce que está ansiosa y expectante por experimentar qué le hará sentir hacer stand up por primera vez y ver qué pasa con el público. A pesar de ser una nueva faceta a la que se está «lanzando de pecho como tirarme a una piscina», algo que la hace sentir tranquilidad ha sido tener la tutela de Laureano Márquez. Su colaboración la define como un privilegio. Mientras ella se reunía con Zambrano para establecer el orden y la estructura de la presentación, Márquez aportó su experiencia. «Laureano está fascinado con este trabajo y eso a mí de alguna manera me da mucha tranquilidad. Le gusta mucho y considera que tiene un algo especial».
Un stand up comedy es muy diferente a las obras de teatro a las que está acostumbrada o a los monólogos teatrales. El stand up, explica, tiene que ser un espectáculo orgánico, eso se lo dijo Márquez. Ibarra cree que con sus años de experiencia sobre las tablas podrá cumplir aunque está consciente de que no se trata de un montaje teatral. «Hay una línea que es tener los elementos básicos que identifican a este formato. El escenario, además, está básicamente vacío con un micrófono, un banco y una mesita».
Zambrano añade que al hacer stand up se debe incluir lo que se conoce como premisa y remate. «El stand up te plantea un tema, en este caso Gledys hablará sobre varios, y cuando lo haga, hará diversos remates. Son muchas imágenes porque este formato tiene mucho de imágenes, que es lo que hace que la gente se ría. Estoy muy feliz de que Gledys se permita explorar este formato porque sé que lo va a disfrutar», comenta. El también tallerista de escritura está agradecido con la experiencia: trabajar con Ibarra le permitió reflexionar sobre la vida y la condición humana. Entendió, además, que se puede hacer humor para construir.
«Creo que eso es muy necesario. Pienso que el stand up puede ser muy violento ahorita y está bien, esa es una línea, pero cuando Gledys me dijo los temas que quería abordar, me dije: esto es lo que hay que conversar. Creo que el humor puede generar conversación y las conversaciones que va a generar Gledys en este momento son necesarísimas».
Sin transformar a nadie
Gledys Ibarra reconoce que tiene los nervios propios de los intérpretes antes de presentarse al público. Es una sensación que conoce demasiado bien: ansiedad, vértigo y nerviosismo. «Esa angustia que da previo a que se abra el telón está presenten en mí como intérprete». ¿Su objetivo? Convocar a una audiencia que disfrute lo que ha creado.
«El objetivo de este show son los ojos que lo van a ver, el corazón que lo va a percibir. Cómo le llegó, si lo transformó o no. Yo no quiero transformar a nadie, hay objetivos que yo no me planteo ya en mi vida, yo lo que quiero es comunicarme con una audiencia». Su propósito es decirle al público venezolano lo que piensa de algunas cosas. Si coinciden, bien, si no, también. «A lo mejor tiene una óptica distinta que es la que yo le voy a presentar y sobre todo que la pasemos bien. Esta es una manera de agradecerle al público tantos años de solidaridad conmigo como actriz».
No hay un mensaje particular que le gustaría transmitir. Si tuviera que escoger alguno, diría que de la vida se debe intentar pensar que no habrá chance de corregir. «Uno se resiste a perder cosas, a dejar objetos, se resiste siempre y resulta que ganas más cuando dejas fluir las cosas». La intérprete tampoco ha pensado qué pasos dará después de este espectáculo: toda su energía está abocada en Yo no quiero reencarnar.
Para ella cada trabajo tiene un período, un ciclo de vida. Cada espectáculo debe vivir su propio crecimiento y expansión. Así, está emocionada por ver su desarrollo y descubrir qué más le pide de ella. «Por ejemplo, la productora de Yo no quiero reencarnar comenzó a recibir peticiones fuera de Venezuela. Eso nos sorprende gratamente y antes de venirme al país, la productora de Londres me dijo: queremos el show en Londres antes de que termine el año. Son pequeñas cosas que van pasando dentro de este proyecto y por eso no me pongo en paralelo a hacer otra cosa. Le dedico toda mi energía a Yo no quiero reencarnar».
Zambrano asegura que aunque se siente confiado en que lograran llenar la sala del Centro Cultural de Arte Moderno, su interés principal es el impacto que pueda causar. Él medirá el éxito por la cantidad de personas que resuenen con las palabras de Gledys Ibarra. «Creo que cuando uno trabaja en esta industria hay expectativas que uno tiene y luego las sueltas, no te amarras a ellas porque si no se cumplen, te frustras. Desde el día uno le dije a Gledys: confía porque si no da risa, hace reflexionar. Da risa, claramente, pero tener esa conjunción de sabiduría y humor es lo que hace que vaya a funcionar».