Furiosa

Si Charlize Theron puso los cimientos en Mad Max: Fury Road (2015) de una nueva «hembra alfa» en la historia del cine, la última entrega de la saga concede a su heroína, Furiosa, un estatus propio que la confirma como referencia femenina de las películas de acción.

Theron da el relevo en Furiosa a Anya Taylor-Joy, una de las actrices del momento.

Las coordenadas en las que se mueve la película dirigida por George Miller son similares a las que hace ya casi una década conquistaron al público y la crítica, pero en esta ocasión Furiosa no comparte el protagonismo con un héroe masculino.

Furiosa, que sirve de precuela a la anterior cinta de la saga, indaga en el pasado del personaje, aunque lo suyo no es la introspección sesuda.

«Nadie sabe ya qué es verdad», dice al comienzo de la película una voz que pone al público en situación sobre el escenario posapocalíptico que le espera.

Hablar con los ojos

A toda pastilla, la película regala acción desenfrenada, olor a gasolina, efectos inverosímiles y una elogiada interpretación de Chris Hemsworth como el malvado Dementus, a medio camino entre la crueldad y el patetismo.

Al igual que a Theron en su día, a Taylor-Joy le corresponde hablar a través de sus ojos, unos de los más enigmáticos del cine actual, ante las escasas 30 líneas de diálogo que su personaje tiene en dos horas y media de metraje.

¿Sintió la actriz, nacida en Miami y criada en Argentina, el peso de su predecesora en el papel? «No permití que ese pensamiento entrase en mi cabeza, porque de otra forma solo te paralizas con el miedo, no puedes hacer nada», explicó a EFE en una entrevista.

«Lo que ha hecho George (Miller) ha sido crear un personaje que crea tal sentimiento en ti que simplemente te zambulles en él. Sentí que si me metía en su esencia, iba a hacer bien el trabajo«, señaló Taylor-Joy.

Tampoco quiso el director echar la vista atrás cuando rodó Furiosa y se centró en usar las técnicas que había aprendido en la película y evitar los errores que cometió entonces.

«Lo más importante era no repetir lo que hicimos, no creo que eso sea lo que quiere el público», dijo Miller a EFE, antes de resaltar algunas de esas novedades, como el hecho de que Fury Road se desarrollaba durante tres días y dos noches, y su precuela lo hace a lo largo de 18 años.

Un villano despiadado y ridículo

Otra de las aportaciones en la película se encuentra en los toques de humor que aporta principalmente el personaje de Dementus, un villano con ínfulas de grandeza y rabietas infantiles.

Hemsworth subrayó para EFE la dimensión de «showman» de su personaje, un hombre que se ve a si mismo como un emperador romano (hilarante la cuádriga de motos con la que se desplaza) pero que no deja de ser «un niño grande marcado por experiencias traumáticas».

«Quería que hubiera una inmadurez en la exhibición de sus emociones, así que tiene rabietas. Son rabietas violentas en las que mata a gente, pero rabietas, porque no ha crecido. Grita para llamar la atención. Él quiere conexión, amor, ser parte de una familia, y está frustrado y enfadado»», dijo.

Los chispazos cómicos se consiguen, consideró, gracias al guion, aunque debió buscar un equilibrio para que el humor «no sacase (al espectador) de la historia».

El intérprete de Thor destaca la dimensión «operística» de la película. En cambio, puesto a buscar un símil musical, Miller, que catalogó Fury Road de ópera-rock visual, recurre en esta ocasión a una sinfonía.

«No es tan intensa como un breve concierto de rock. La sinfonía juega con el tiempo y las variaciones, y las ideas van creando algún tipo de conclusión. Así que el tono es diferente al de una película que era una persecución hacia un lado y una carrera hacia el otro», opinó el director.


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