Existen muchos casos de éxito de profesionales alrededor del mundo; sobre todo los que tienen estampado el sello venezolano. Pero particularmente en la actividad comunicacional –uniéndola de modo muy especial con la animación-, destaca el caso de la también actriz y modelo de sangre tricolor, quien -hoy día- está sacudiendo el piso mayamero con su gran encanto, belleza, carisma y profesionalismo 

Su nombre, aunque pudiese pensarse así, no es un diminutivo de Victoria. De hecho, proviene de allí, pero con un twist hecho por iniciativa propia a los 10 años pues “Vicky, nunca le convenció”. Así, terminó como referencia (y muy orgullosamente) de “la Carr”, actriz y cantante ícono del medio artístico mexicano-estadounidense.

Vikki Moreno es una venezolana cuyo factor diferenciador comienza con su nombre y termina con grandes aspiraciones de convertirse en una celebridad, gracias a sus conocimientos y manejo de aptitudes en materia del entretenimiento.

En conversación con El Nacional, explica la importancia de su profesión no solo para alcanzar sus sueños y convertirlos en realidades tangibles en tierras internacionales sino, de alguna manera, materializarlos en el país que la vio nacer y que aún no ha tenido chance de conocerla como ella tanto anhela.

A los 17

Habiendo estudiado en la reconocida Academia Merici en Caracas, su adolescencia se vio marcada por el gran deseo de sentirse diferente y destacar positivamente entre el resto. Sin embargo, también se vio obligada a dejar una Venezuela de la que siempre estuvo enamorada.

“Yo fui inmensamente feliz en el país”, resaltó Moreno. “Nunca me quise ir. Estar en EE. UU desde hace tanto tiempo se convierte, a veces, en un añoro constante”. Se refiere a que su mente y su corazón siempre están pensando en Venezuela como esa pareja que se divorcia, pero de la que aún se está enamorada. Sin embargo, no se arrepiente de la decisión que sus padres tomaron al mudarse a otro territorio.

Estados Unidos se convirtió entonces, y desde el día uno, en una vitrina para darse a conocer y su gente en una base de apoyo que apuesta por sus capacidades.

Donde comenzó todo

Moreno recuenta que, desde muy pequeña, siempre soñó con ser parte del mundo del entretenimiento, bien sea cantando, animando o actuando. “Quise destacarme en alguna o, si se podía, en las tres al mismo tiempo”, señaló.

Indicó que “La suerte de principiante” fue uno de los factores que la hizo adentrarse en el mundo artístico. “Agradezco -indirecta e infinitamente- al reconocido autor Paulo Coelho y su libro El Alquimista, porque fueron un impulso y, a su vez, un mensaje que me dio el universo para incursionar en el medio”, dijo.

En el 2011, y tras la insistencia de muchos de sus amigos y conocidos, comenzó a estudiar en la reconocida academia Actors Workshop de la mano de un maestro excepcional y muy reconocido en el área; Héctor Sabaleta. “Me enamoré profundamente de la carrera y, por supuesto, de lo que brotaba en mí cuando interpretaba algún rol; lo que me hacía sentir es algo que aún siento todos los días”.

Recuerda y le da las gracias a ese fortuito momento en que, en pleno ensayo teatral, un angelito de origen mexicano se le acercó para decirle que estaba interesado en su talento. “Querían que participara en un casting de Univisión para ser animadora de un proyecto que saldría en Galavisión y en el que me veían como parte del staff”, recordó. “Ese sería mi primer contacto con la realidad de que, en definitiva, nací para ser animadora o presentadora de un espacio que me permitiese dejar huellas de alguna manera”.

Su carrera comenzó gracias a un programa especial llamado El Fin del Calendario Maya que sacó Univisión el 17 de diciembre de 2012 y ahí el resto es historia.

Lluvia de oportunidades

Después de esa primera incursión, se le abrieron las puertas –y ventanas- que la llevaron a participar en un programa llamado Showbusiness TV, en el que pude codearme a nivel laboral con artistas de la talla de Natty Natasha, Zion y Lennox, Farruco, Maluma, Daniel Huen, Manu Manso, Yasmil Marrufo y mucho más. “Ahí pude entrevistar a grandes personalidades que de alguna manera me cambiaron la vida; crecí mucho a nivel profesional”, reveló.

Posteriormente, se asomó en su vida la oportunidad de trabajar en un programa de televisión en Honduras, para un canal llamado Go TV. “Fue un magazine de una hora que me permitió compartir espacios con un talento, también venezolano, llamado Pedro Padilla y con una argentina hermosa llamada Fiorella Vlank. Por dos años estuvimos animando SACÚDETE que salía todas las mañanas por el canal”.

Entre proyectos, nunca abandonó su sueño de actuación e incursionó también en el modelaje con mucho éxito. En su currículo se registran 8 obras de teatro en Miami y algunas participaciones especiales en diferentes novelas de Telemundo. Pero, sin que le queden dudas, sus proyectos más grandes han sido en el área de animación.

De hecho, sus redes sociales han sido una plataforma importante para este reconocimiento y crecimiento orgánico de popularidad. “He llevado a cabo algunas entrevistas y microvideos que me catapultaron hasta el punto en un reconocidísimo programa de TV de Miami, enfocado en las noticias y el público venezolano, me brindase la oportunidad –a través de un concurso- de ser parte de su importante plantilla de animadores”.

En eso, específicamente, se encuentra trabajando arduamente ahorita: en ser seleccionada como la candidata idónea para el puesto.

¿Viviendo su sueño?

Vikki Moreno, actualmente, está casada y muy entregada a la relación con su esposo Miguel, su principal cheerleader. Y, a pesar de que la meta de haber conseguido al amor de su vida está tachado en su lista, a nivel profesional sigue deseando subir la escalera del éxito, pero sin prisa; viviendo y disfrutando plenamente cada minuto del proceso.

“Para los seres humanos siempre habrá un escalón más arriba que querremos alcanzar. Sin embargo, algo que me dejó bien claro esta pandemia es que hay que vivir el día a día agradecido simplemente por estar vivo. Dejar el ego de lado y vivir el momento tal cual es; sin ayer o mañana”, resaltó.

Si le preguntan hoy, si está donde quiere estar, Moreno puede decir con confianza que sí. “He conquistado todo lo que he querido a pesar de que no haya llegado aún ni a la mitad de lo que quisiera experimentar a nivel profesional… Pero hoy, por hoy, sí; estoy exactamente donde debo y quiero estar”.

La siempre recordada Carmen Victoria Pérez y las veteranas Maite y Chiquinquirá Delgado son su inspiración; tanto dentro como fuera de Venezuela. Eso se suma a la gran aspiración de la joven de poder, algún día, animar su propio programa de TV en tierras venezolanas. «Algo que siempre soñé», finalizó.


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