Una imagen no solo vale más que mil palabras; también puede evocar ciertas sensaciones que ayudan a definir la estética de una determinada habitación. Sin embargo, los lienzos, serigrafías, collages o pósteres clásicos cobran verdadera importancia al enmarcarse. La elección de los marcos, por ende, no es una tarea menor, ya que estos deben complementar tanto la obra de arte como la decoración. Para ello, hay que tomar en cuenta algunas variables.
 
Temática. La selección dependerá en primer lugar de la composición. Es conveniente analizar las fechas y el movimiento al que pertenece cada pieza ―así sea una réplica― para decidir entre monturas iguales o alternar grosores y repujados; del mismo modo, si trata de una pintura abstracta o figurativa para encontrar el lugar preciso para exhibirla en casa. Expertos en el área del interiorismo sugieren mantener la pared de fondo blanca, para que no se altere lo visual por el exceso de colores o texturas.
 
Formatos.. Como soportes, los marcos de cuadros tienen una doble función: la conservación ante el desgaste por el paso del tiempo, la humedad o el sol; y hacer el traslado más simple a la hora de renovaciones o mudanzas. Aunque son muchas las opciones disponibles en tiendas especializadas o carpinterías, la resistencia de los materiales y el peso que sumen son claves al adquirirlos e instalarlos. De lo contrario, pudieran ocurrir daños en frisos, papel tapiz u otros revestimientos.
 
Coherencia y acabados. Si bien los gustos personales influyen en la decisión final, se debe buscar la armonía decorativa, sobre todo si se van a exponer series fotográficas, cinéticas o acualeras. Para los hogares clásicos, las cañuelas de resina o madera con algo de relieve son opciones que se mantienen vigentes; si se favorece el minimalismo, los marcos lisos en blanco y negro, o de aluminio, aportan un toque luminoso y elegante; los laqueados o fabricados en acrílico crean interesantes contrastes en salones y dormitorios modernos, así como los texturizados en ambientes más eclécticos.      
 
Restauración. Otra alternativa en boga son los marcos vintage, ligeramente decolorados, pero estructuralmente intactos. Las ferias de objetos antiguos y los talleres de restauración son los mejores lugares para buscar algún par y, después, alinearlos en una impactante viñeta en el pasillo de entrada o pared lateral de una oficina o estudio.
Igualmente, existe la posibilidad de hacerlos como proyecto casero. Solo se necesitan listones de MDF, clavos, pegamento y láminas de acetato. Luego de tomar las medidas, se cortan y se ensamblan a mano; por último, se lijan los bordes y se les da una capa de pintura.
 
(RECUADRO)
Galerías
Es un recurso que permite la combinación de varios tipos de marcos. La unión de diagonales y ángulos inspiran los diseños contemporáneos más originales.    


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