de Nebrada
Foto: Ramsés Romero

De una forma u otra, Vicente Nebrada siempre está presente en el Teatro Teresa Carreño. Fallecido en mayo de 2002, el legado del maestro es tan vasto e influyente que ha calado en una generación interesada en su obra que además ha contado con las enseñanzas de quienes sí trabajaron con él.

Lo reconoce así Karla Medina, solista del Ballet Teresa Carreño, que llegó al prestigioso cuerpo de baile justo cuando murió Nebrada. Aunque no pudo cumplir su sueño de conocerlo, su formación profesional se vio muy influenciada por sus discípulos.

«Siento que conocí a Vicente por medio de esos bailarines que eran como sus hijos. Fueron mis maestros, quienes me enseñaron las coreografías y los roles de obras como El cascanueces», dice Medina.

Con ella coinciden otros bailarines, como la principal María Cristina Rossell. «Soy de una generación posterior, pero tuve la suerte de que, cuando ingresé al ballet, quedaban muchos bailarines activos de esa generación y pude aprender algunos tips y secretos que me compartieron».

Vicente Nebrada no solo creó 61 coreografías y adaptaciones de ballets, entre ellas El cascanueces, parte de la tradición decembrina deel país, Doble corchea o El lago de los cisnes; también fue pionero de la actividad artística en Venezuela y bailó en prestigiosos cuerpos como el Ballet Nacional de Cuba, el Ballet Roland Petit, el Ballet Joffrey y el Ballet Harkness. Se desempeñó como director artístico del Ballet Internacional de Caracas y por casi 20 años, hasta su muerte, estuvo al frente del Ballet Teresa Carreño.

Foto Ramsés Romero

El teatro quiso rendirle homenaje a propósito de cumplirse dos décadas de su muerte con Siempre Nebrada, que se estrena este sábado en la Sala Ríos Reyna a las 5:00 pm. Bajo la coordinación de Carlos Paolillo, el montaje está acompañado por la Orquesta Sinfónica de Venezuela, dirigida por Alfonso López Chollet, Andrés Roig como pianista invitado, y de la puesta en escena están a cargo los repertoristas Adriana Estrada, Martha Ildiko y Javier Solano, junto a las asistentes Karla Medina y Benadette Rodríguez.

Siempre Nebrada se divide en cuatro actos. El primer corresponde al estreno de Alma, de la bailarina y coreógrafa Inés Rojas, fundadora del primer elenco del Ballet Teresa Carreño. «La obra está concebida en tres movimientos. El primero es la pérdida de alguien o de algo que te mueve, el segundo lo llamo el duelo y se trata de la aceptación y el tercero es un canto a la esperanza, a la vida», explicó Rojas. La música que acompañará a los bailarines es el Concierto para piano n.º 1 de Frédéric Chopin.

Luego se presentarán tres piezas de Nebrada: Una danza para ti, con cinco solistas y música de Teresa Carreño, Ramón Delgado Palacios y J.V. Suárez; Romeo y Julieta, con música de Sergei Prokofiev, y Doble corchea, acompañada de Guía orquestal para la juventud de Benjamin Britten. Su realización es posible también gracias a que el Teresa Carreño estableció un nuevo contacto con la Fundación Vicente Nebrada, explicó Paolillo.

Foto: Ramsés Romero

«Accedieron, debo decir que gustosamente, a darnos la autorización para presentar Doble corchea, la escena del balcón de Romeo y Julieta y Una danza para ti. Es un retomar ese contacto con la fundación. Evidentemente, tanto de parte de ellos como nuestra, hay la mejor disposición para seguir esta relación. Ojalá Siempre Nebrada se pueda repetir, quizás anualmente, incorporando otras obras de Vicente», dijo el periodista, crítico e investigador. El acuerdo con la fundación que supervisa la concesión de licencias y la producción de ballets del destacado coreógrafo contempla la representación de un determinado montaje una vez al año.

Paolillo subrayó que con Siempre Nebrada, además de rendirle homenaje al coreógrafo, quieren acercar su obra a más público. «Queremos que tengan la posibilidad de conocer una pequeña parte del repertorio amplio y vasto de Nebrada».

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Foto: Ramsés Romero

El investigador recordó que Nebrada desarrolló una manera de bailar dentro del neoclásico que tiene como antecedente los Ballet Rusos del influyente empresario Serguéi Diáguilev. «Esa compañía duró 20 años y terminó con la muerte de Diáguilev. Pero marcó una huella importante y tuvo ramificaciones en toda Europa. Incluso un bailarín y coreógrafo de la última parte de los Ballet Rusos, George Balanchine, emigró a Estados Unidos y se convirtió en el generador del neoclásico en ese país».

La característica particular de este estilo es la abstracción: en la escena lo importante es el movimiento del cuerpo en un espacio y tiempo determinados, sin narraciones excesivas, sin dramaturgias evidentes para llevar el hilo conductor. «Nebrada está inscrito en este estilo. Adquirió características particulares en lo que tiene que ver con la libertad del movimiento, la libertad del torso, esa salida de eje que tiene la bailarina. También está la particularidad de la plasticidad en el movimiento, en cómo se encadena una cosa con otra», explicó.

Nebrada, añade la bailarina Rossell, tiene además un «sello por ejemplo en el pas de deux, donde hay una manera de parnear muy particular que no se le hace fácil a todo el mundo. De hecho, han venido bailarines de afuera para bailar cosas de Nebrada y se les ha hecho difícil porque todo es fuera de eje».

En total habrá 35 bailarines en escena, 23 mujeres y 12 hombres. Entre ellos se encuentran también Bryan Barrios, Anaís di Filippo y Carlos Alvarado, quienes destacaron la importancia de participar en un homenaje a Nebrada y la complejidad de sus coreografías. «Sus obras son fuera de lo común, un estilo distinto al que normalmente uno entrena en otras escuelas. Hay muchos agarres de pareja o juegos y esquemas coreográficos que son complejos», afirmó Barrios. Alvarado añadió: «Para bailar sus obras se requiere de mucha coordinación porque él viene de una línea neoclásica influenciada en Balanchine, es complicado porque tienes que descomponer la técnica clásica y añadirle elementos del neoclásico contemporáneo».

«Es un programa bellísimo, demandante tanto desde el punto de vista musical como para los bailarines. Es para asumirlo con mucha energía y ganas después del éxito de El cascanueces. Hemos trabajado bastante para esto», expresó por su parte López Chollet.

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Foto Ramsés Romero

Más formación

Paolillo considera que la gran debilidad del ballet en el país es la ausencia de una escuela nacional con carácter sistémico que forme con un método específico y con un programa de estudios determinado. «Tendría que ser un programa con condiciones de ingreso para los aspirantes y con objetivos y metas, así como valores claros en su configuración», dijo.

Ha habido muchos intentos en este sentido, pero «paradójicamente la mayoría de los bailarines clásicos salen de escuelas privadas, de las academias tanto de Caracas como del interior, donde hay muchas, al igual que muchísimo talento. No imaginarías conseguir en un pueblito perdido a un talento, pero están ahí».

También mencionó la necesidad de la difusión: «El público está ahí, el público agradece las producciones de ballet, sobre todo anhela ver los clásicos tradicionales, creo yo, a nivel de público. Ese público se estimula. Se dice que hay que formarlos, buscarlo, yo pienso que hay que estimularlo, convocarlo, para que venga y se forme su propio criterio».


Siempre Nebrada

Fechas: 18, 19, 25 y 26 de junio
Lugar: Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño
Hora: 5:00 pm
Las entradas pueden adquirirse en las taquillas del teatro o en la página https://www.maketicket.com.ve/


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