La última vez que el Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm), sede del sistema de orquestas, recibió a muchas, muchísimas personas, fue en febrero de 2020. Se vistió de gala para celebrar los 45 años del proyecto social creado por el maestro José Antonio Abreu. Aquel día, la Sala Simón Bolívar de su sede en Quebrada Honda, estaba repleta: 880 personas escuchaban a más de 200 músicos que interpretaban la Segunda Sinfonía de Mahler, dirigida por Christian Vásquez.
Un año después, este domingo 14 de febrero, los músicos del sistema de orquestas conmemoraron un nuevo aniversario, uno muy distinto, en medio de la pandemia del covid-19. Desde marzo del año pasado hasta la fecha, se han reportado 133.218 casos de coronavirus, concentrados en su mayoría en Distrito Capital, Miranda y Zulia, y han fallecido al menos 1.279.
Al entrar a la sede, un personal de protocolo mide la temperatura y ofrece gel antibacterial. Luego, cada persona camina hacia los distintos accesos de la Sala Simón Bolívar y antes de ingresar, nuevamente, proporcionan antibacterial. Incluso, mientras se las personas espera por ser ubicadas, se les solicita, al menos, un 1,5m de distancia entre sí. Solo 150 asientos, es decir, 17% de la capacidad de la sala, estaba disponible. Vendieron 100 entradas, a un costo de 8.035.714,29 bolívares, o $4.56, y 50 asientos fueron cedidos como cortesía.
Los asientos están disponibles una fila sí, la siguiente no, y las personas son organizadas butaca de por medio, que está identificada con imágenes alusivas al distanciamiento físico. Incluso antes de iniciar la presentación, bajan las luces y recuerdan las normas del auditorio, pero esta vez incorporan las de bioseguridad: uso obligatorio y correcto del tapabocas, evitar desplazamientos innecesarios, mantener el distanciamiento físico entre personas, permanecer en el asiento durante el concierto, retirarse de las instalaciones apenas culmine el espectáculo y, en caso de un improvisto, avisar al personal de protocolo, que estaba en varios puntos de la sala.
“Celebrar con ustedes sin la cercanía de siempre, no solo es una opción, es una responsabilidad, cuando la vida depende de la forma en que nos vemos. La música no dejó de sonar en 2020 y en 2021 la música te espera, aquí, desde donde se construye El Sistema del futuro”, dijo el director ejecutivo de El Sistema, Eduardo Méndez, en un video.
Y antes de que las luces bajaran, nuevamente, se escuchó su voz: “Muchachos, yo les agradezco mucho la presencia de esta noche aquí. Este es el tercer intento que hemos hecho para reunirnos. Un grupo que yo estimaba que iba a ser de 25, más o menos, y que va a ser de 25 realmente, a partir de la próxima cita que vamos a fijar esta noche. Primero que todo que sepan cuáles van a ser los objetivos de esta empresa que vamos a proponernos. Decirles que, si bien se va a constituir una orquesta juvenil, no es simplemente una institución dedicada a hacer conciertos de cualquier manera, a precipitarse, sino que está dedicada a cumplir una función superior en la música venezolana”.
Aunque si bien es su voz, no son sus palabras. Son las que, señaló, dijo el maestro Abreu el 12 de febrero de 1975 cuando se realizó el primer ensayo de lo que hoy es el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
“Siempre recordar sus palabras, tan visionarias. Leer cada párrafo de ese extracto que afortunadamente fue grabado, de manera milagrosa, nos hace ver lo que hoy tenemos luego de 46 años”, añadió el director ejecutivo.
Poco a poco volverán los jóvenes al Centro de Acción Social por la Música y esperan poder realizar algunas presentaciones en la semana de flexibilización. Mientras, se reunieron en compañía de Ensamble de Metales de Venezuela, dirigido por el joven director Enluis Montes. Son hubo 16 personas en escena, que ofrecieron 4 piezas. Luego fue el turno de la Tocata para percusión, de Carlos Chávez, dirigida por Pablo Castellanos. Solo 6 personas en escena. El director Jesús Uzcátegui dirigió poco más de 30 personas en dos piezas: Primer Movimiento de Serenata de cuerdas de Piort Illych Tchaikovsky y L’estro al armónico en Re Mayor cuádruple de Antonio Vivaldi con solistas en representación de las generaciones de músicos que se ha formado en la institución.
Finalmente, un poco más de 40 músicos cerraron un espectáculo sobrio con la Sinfonía No. 7 de Beethoven, formando la Orquesta Multigeneracional 46 aniversario, bajo la dirección de Andrés David Ascanio.
Inicia así otro año más para el sistema de orquestas, que tiene el reto de intentar atender a su millón de beneficiarios en medio de una pandemia que impone la educación a distancia en un país donde las fallas de Internet, los problemas de luz y el acceso a la tecnología ponen el objetivo cuesta arriba.