El director del Museo del Prado, Miguel Falomir, reconoció que la pinacoteca está «ojo avizor» y se intensificó la vigilancia tras el ataque del pasado viernes con sopa de tomate de dos activistas al cuadro Los Girasoles de Vicent Van Gogh, exhibido en la National Gallery de Londres.
«No es la primera acción de este tipo que se ha cometido en las últimas semanas y no sé si vale la pena mucho hablar de esto, porque en el fondo es lo que pretenden, esta publicidad», lamentó Falomir al ser cuestionado por esta protesta durante la presentación de la exposición de Artistas españoles en Nápoles a comienzo del Cinquecento.
Para el director del Prado, es una cuestión que «debería preocupar como género humano, aparte de como museo y director de un museo». «Hay formas bastante más inteligentes para defender nobles causas y haciendo las cosas de esta manera se consigue justo lo contrario», apuntó Falomir.
Además, ha reiterado que el museo «por supuesto está al tanto, con un ojo avizor e intensifica las labores de vigilancia y de cuidado». «De todas formas, creo que cuanto menos se hable de estas cosas, mejor», ha añadido.
La semana pasada, dos activistas de la organización Just Stop Oil lanzaron sopa sobre el famoso cuadro Los Girasoles de Vincent Van Gogh, en la National Gallery de Londres, y posteriormente fueron detenidos por la policía, informó Scotland Yard.
Los manifestantes, vestidos con camisetas con el nombre de esa organización, arrojaron dos latas de sopa de tomate de la conocida marca Heinz sobre la obra pintada en 1888. Luego se arrodillaron frente a la pintura y pegaron sus manos a la pared bajo ella.
La sopa de tomate se lanzó contra la pintura, que está cubierta por un vidrio. También manchó algunas zonas del marco dorado del cuadro de Van Gogh.
Tras el incidente, la sala del museo se cerró por motivos de seguridad y los visitantes fueron desalojados.