El Joker, archienemigo de Batman, interpretado ahora por Joaquin Phoenix, desató la locura en el Festival de Cine de Venecia, donde compite en la Selección Oficial por el León de Oro.
La película, dirigida por Todd Phillips, ha sido recibida este sábado con aplausos en la Mostra de Venecia, donde se han visto largas colas para acceder a su estreno, lo que ha motivado un pequeño retraso.
El filme narra el camino a la locura y el mal del cómico fracasado Arthur Fleck, hasta convertirse en el brutal Joker, villano en una ciudad de Gotham sumida en el caos y la violencia, la ausencia de moral y que maltrata constantemente sus aspiraciones de hacer reír.
“Lo atractivo del personaje es que es muy difícil de definir y tampoco queríamos hacerlo. He tratado de identificar algunos lados de su personalidad, pero luego daba un paso atrás, porque quería que fuera una obra de misterio”, ha explicado Phoenix en una rueda de prensa.
Phoenix ha relatado que se preparó durante ocho meses para dar “un aspecto totalmente propio” a este mítico personaje de inquietante sonrisa. Pues no se ha inspirado en otras versiones anteriores, como las que realizaron en el pasado Jack Nicholson o Jared Leto, entre otros.
Una de las cosas más laboriosas a la hora de preparar este rol ha sido elaborar su risa, y la intención de Phoenix y Phillips fue que evocara una historia personal “tormentosa”.
Porque la cinta se adentra en las razones que empujaron a aquel payaso a la locura: “He tardado mucho tiempo en crear las carcajadas, porque no quería que sonaran ridículas”, ha dicho el actor.
Y así han dado un pasado a Joker, adentrándose en su vida familiar, laboral y amorosa, previo permiso de la DC Comics: “Era muy atractivo escribir una historia diferente”, dijo, por su parte, Todd Phillips.