Sesto
Camilo Sesto recibiendo una placa conmemorativa de la Sociedad General de Autores en 1997 / EFE

En enero de 1982 Camilo Sesto, fallecido este domingo a los 72 años de edad, ofreció una de sus actuaciones más conmovedoras.

Aquel concierto se llevó a cabo en el auditorio de Palma Mallorca ante 16.000 personas. Cuando llegó el momento de que interpretara uno de sus clásicos, «Perdóname», el cantante, en ese momento de 35 años, se dirigió a su madre.

«Está por aquí doña Joaquina, mi madre. ¿Dónde estás?». Tras encontrarla con la mirada le lanza un beso y él se lo devuelve.

«Te voy a dedicar una de mis mejores canciones para ti solita. ‘Perdóname», agrega Sesto.

Sesto comienza entonces a entonar la pieza, una de sus composiciones más populares. Cuando llega al coro, se voltea sin poder continuar.

La gente lo aplaude.

El ídolo lo vuelve a intentar, forzando la garganta y con la cara llena de lágrimas. Trata de seguir, pero el llanto se lo impide. La gente sigue aplaudiendo.

Entonces se queda parado en medio del escenario gimiendo y secándose las lágrimas. «No puedo, no puedo», dice.

El presentador, Joaquín Prat, se le acerca y busca animarlo. Camilo Sesto vuelve a tratar unos segundos, pero las emociones lo agobian otra vez y decide dejar el escenario.

Por último sale del escenario y se despide de sus seguidores, todavía llorando. Prat afirma: «Señoras y señores, así es un hombre cuando da todo y recibe todo de ustedes: Camilo Sesto».


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