Ana Frank

La editorial Ambo Anthos, que publica en neerlandés el libro sobre una investigación que señala a un notario judío como la persona que habría traicionado a Ana Frank al revelar su escondite a la Gestapo, se disculpó el lunes por la falta de una postura «más crítica» hacia esas conclusiones cuestionadas por expertos en Países Bajos.

La editorial consideró que se debería haber adoptado una visión «más crítica» al señalar a un judío como traidor de una familia judía, dijo en una carta enviada a, entre otros, la escritora canadiense Rosemary Sullivan, que escribió el libro en base a una investigación de seis años llevada a cabo por un equipo de investigadores liderado por el exagente del FBI, Vince Pankoke.

Además, paralizó la impresión adicional de copias a la espera de «respuestas del equipo de investigación a las preguntas que han surgido» y se disculpó ante «cualquiera que se sienta ofendido» por la publicación, según esa carta reproducida por la prensa local.

Ambos Anthos publica la versión neerlandesa del libro, pero los derechos mundiales y la determinación del contenido está en manos de la editorial estadounidense HarperCollins.

Después de la publicación de las conclusiones de la investigación el pasado 17 de enero, expertos neerlandeses en el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial mostraron su admiración por la cantidad de información obtenida por los investigadores, pero se mostraron críticos con la conclusión por considerar que no hay pruebas suficientes para respaldarla.

Según esa investigación, un destacado notario judío de Ámsterdam, Arnold van den Bergh, habría revelado presuntamente la dirección de la extensión trasera del edificio donde se escondían Ana Frank y su familia en Ámsterdam, en lo que habría sido un trato con los nazis a cambio de garantizar la seguridad de su propia familia.

La hipótesis parte de que Van den Bergh, miembro del destacado Consejo Judío, habría tenido acceso a una lista de direcciones de escondites de personas judías. Además, su nombre aparecía en una nota anónima recibida en 1945 por Otto Frank, el padre de Ana y único superviviente de la familia.

En una entrevista con Efe la semana pasada, Pankoke aseguró que se investigaron más de 30 sospechosos y 20 escenarios, «quedándose el más probable», que señala al notario judío como la persona que entregó una lista de direcciones a los nazis, a cambio de evitar la deportación a su familia a un campo de concentración.

Dijo que hay «entre 85-90% de probabilidades» de que esta teoría sea la correcta y recordó que es difícil obtener una prueba irrefutable dado que los testigos ya fallecieron, aunque pidió «no juzgar» al sospechoso con los ojos del presente porque «no le quedó otra opción» para proteger a su familia.

El historiador Bart van der Boom, profesor neerlandés que está escribiendo un libro sobre el Consejo Judío, aseguró a la televisión pública NOS que esas conclusiones son «difamaciones sin sentido» y consideró a los miembros de ese Consejo como «personas respetadas” que no “traicionarían a 500 o 1.000 judíos escondidos».

Desde la Casa Museo Ana Frank de Ámsterdam, su director Ronald Leopold agregó que la investigación es de «gran importancia», pero señaló que «faltan piezas clave del rompecabezas relativas a aspectos cruciales, lo que significa que las conclusiones van demasiado lejos».

«Hay que tener cuidado con colocar a alguien en la Historia como un traidor a Ana Frank si no se tiene prueba concluyente de ello. Se necesita más investigación», advirtió.


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