Diego Matheuz

En junio llegó la buena noticia: Diego Matheuz debutaría en la Metropolitan Opera de Nueva York. En ese entonces, el director de orquesta tenía previsto dirigir la ópera Carmen, de Georges Bizet, en febrero de 2021. Pero los planes cambiaron: la directiva del famoso escenario de la Gran Manzana decidió cancelar su temporada debido a la pandemia del covid-19. Una noticia causó frustración en el músico de 36 años de edad.

“Es algo muy triste no solo para mí, sino para todos los artistas que hacen vida en ese teatro y para el mundo de la música en general. Creo que el arte es algo esencial y primordial en la vida de todos y que debería tener mucho más apoyo de los gobiernos”, dice uno de los rostros más internacionales del sistema de orquestas.

Aunque la noticia es decepcionante, Matheuz no deja que eso lo paralice. Sigue adelante. Ahora, solo espera que la pandemia permita reprogramar conciertos: “Todo pasa por algo y espero poder retomar algunas de las presentaciones que se cancelaron”, dice desde Berlín, donde reside.

La cancelación de la temporada 2020-21 de la Met Opera no afecta los planes de Matheuz, al contrario, tener ese espacio en su agenda le permitirá aceptar otras propuestas. Eso sí, espera con emoción su debut en Nueva York. “Creo que todo director sueña con dirigir en la Met Opera, es la casa de ópera más famosa del mundo, junto con La Scala de Milán. Es un sitio muy importante para un director de orquesta”, dice.

En su tiempo libre Matheuz se preparaba para su presentación en la Met, aunque aún lo sigue haciendo. Explica que dirigir una ópera es muy difícil: “Tienes a cantantes, algunas tienen ballet, otras coros, las luces, el escenario, los movimientos escénicos y todo eso tiene que ir junto con la música y, al final, es el director de orquesta el que ordena todo”.

Sobre cómo le llegó la propuesta recuerda que conoció al casting manager de la Met Opera en uno de sus conciertos. “Me imagino que ha seguido mi carrera y que por eso surgió la invitación”, dice.

Antes de que empezara la pandemia Matheuz tenía un verano muy ocupado, una agenda bastante apretada. Sin embargo, mientras aumentaban los contagios de covid-19 en el mundo algunos de sus conciertos fueron reprogramados para el próximo año.

Estos días de pandemia le han permitido a Matheuz hacer cosas que antes no podía como, por ejemplo, pasar más tiempo con su familia. Además, también ha aprovechado el tiempo para descansar, reflexionar y, sobre todo, continuar estudiando. “Es algo que todo director debe hacer siempre”, asegura.

El también violinista tuvo la oportunidad de volver a los escenarios con la Orquesta Sinfónica Siciliana, con la que dirigió un ciclo de Beethoven con casi todas sus sinfonías y conciertos para piano. “Fue verdaderamente emocionante y gratificante volver a hacer música. Yo, que mantengo este ritmo de trabajo tan fuerte, estaba loco por volver a los escenarios”, afirma.

Diego Matheuz

Matheuz considera que no pasará mucho tiempo para que todos puedan volver a una sala de conciertos a disfrutar de un recital. “Poco a poco se irán retomando las cosas. Aquí en Alemania salió un estudio que decía que se pueden llenar las salas, pero con las medidas de seguridad sanitaria. Eso es importante”, comenta.

Desde que empezó el confinamiento Matheuz ha mantenido contacto con el sistema de orquestas y ha participado en muchas actividades que han realizado. «Organicé una serie de masterclass para todos los jóvenes del país. Muchos amigos y grandes profesores ayudaron a dar estas clases de manera gratuita y así poder ayudar un poco en todo lo que está pasando en Venezuela», indica.

La última vez que visitó el país fue el año pasado en un reencuentro entre la Sinfónica Simón Bolívar y su director titular en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, en Quebrada Honda. Sin embargo, asegura que le gustaría regresar: «Me encantaría volver lo más pronto posible pero, por ahora, con toda esta incertidumbre no tengo una fecha establecida».

Matheuz, quien ha estado al frente de diversas orquestas en Europa, Asia, Australia y Latinoamérica, asegura que siente igual afecto por todas las presentaciones que ha realizado. «Para mí todos los momentos son importantes, creo que cada concierto es algo verdaderamente especial y tienes que darlo todo. Somos afortunados de poder vivir de lo que queremos y amamos», afirma.

Dice que la música desempeña un rol fundamental, sobre todo en estos días de encierro: “Creo que mucha gente durante todo este tiempo de reflexión y reposo se ha refugiado en la música. No veo un mundo sin música”.

Sobre su futuro, quiere seguir aprendiendo. “Creo que si uno hace las cosas bien y se mantiene en esa dirección todo fluye y todo llega. Por supuesto, sueño con dirigir algunas orquestas. Pero creo que, primero, hay que enfocarse en el día a día para ir creciendo poco a poco”, finaliza.


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