Cine francés abuso sexual
Directores franceses Jacques Doillon (Izq.) y Patrice Leconte. | AFP

El cine francés celebra este viernes su gala anual, los premios César, atormentado nuevamente por denuncias de violencia sexual. Esta vez de actrices que eran menores cuando fueron supuestamente víctimas de directores abusivos.

La tempestad del movimiento #MeToo no ha amainado en Francia, sino todo lo contrario, y la nueva oleada de acusaciones la lidera la actriz Judith Godrèche (51 años), acompañada en un segundo plano por Isild Le Besco (41).

Ambas acusan a los cineastas Benoît Jacquot y Jacques Doillon de haber ejercido un auténtico «dominio» psicológico sobre ellas hace décadas, cuando empezaban en el mundo del cine.

Godrèche fue pareja de Jacquot después de rodar bajo sus órdenes Les mendiants en 1986. La joven se fue a vivir con él cuando tenía 15 años, sin que sus padres supuestamente objetaran nada. Él tenía 39 (actualmente 77).

Esa relación fue vivida ante los ojos de la opinión pública, durante seis años, y en particular del cine francés y de los platós televisivos, donde ambos se prodigaron.

«Gorda», «depredador»

Godrèche denuncia ahora a su expareja de «violación» y de ser un «depredador»; él asegura que todo es falso y que fue él quien cayó bajo su «poder».

Godréche filmó también bajo las órdenes de Doillon cuando aún era menor, como sucedió años después con Isild Le Besco.

Esta actriz mantuvo también una corta relación con Benoît Jacquot cuando tenía 16. Jacquot, asegura Isild Le Besco, la trató de «gorda» y la sometió a una relación abusiva y dominadora.

Isild rodó Sade a las órdenes de Jacquot en 2000. Cuando tenía 17 años, supuestamente rechazó los avances de Jacques Doillon (79 años en la actualidad), a lo que él supuestamente replicó negándole un papel.

Doillon lo niega  y asegura que ella mintió y fue por ello que no obtuvo el papel.

Ahora Isild Le Besco «estudia» demandar a ambos directores, como ya lo hizo Judith Godrèche.

Jóvenes que sufren en silencio

Las declaraciones de ambas actrices han sido secundadas por otras colegas y ahora la intriga es saber si Judith Godrèche acudirá a la gala de los César, que se celebra en la sala de fiestas Olympia.

«Que yo vaya o no a los César importa muy poco», aseguró esta semana.

«A mí también me gusta que me mimen. Pero (…) nuestras jóvenes sufren en silencio. Y una vez más, el gobierno se calla, los actores, los directores se callan», acusó la actriz, que tiene sin embargo cita ante el Senado francés para prestar testimonio la semana que viene.

El cine francés ha vivido «una ceguera colectiva» que «ha durado años», declaró la ministra de Cultura, Rachida Dati, en una entrevista publicada este viernes.

Judith Godrèche «dice cosas muy simples. Nos está diciendo ‘era una niña. Todos lo vieron y nadie dijo nada‘», añadió.

Jacques Doillon tiene lista una nueva película, CE2, sobre el acoso escolar en primaria. Una de sus protagonistas, Norah Hamzawi, pidió públicamente que no estrene.

Sindicatos y asociaciones feministas convocan a manifestarse frente al Olympia antes de la ceremonia.

Todas estas controversias opacan lo que muchos observadores coinciden en tildar de buen momento del cine francés.

Además de la recuperación de la asistencia a salas poscovid, la gran favorita a los César (11 nominaciones), Anatomía de una caída, de Justine Triet, está también nominada a los Oscar (5) del 11 de marzo.

En la gala del César compite con El reino animal, una película de ciencia ficción de Thomas Cailley (12 nominaciones).

Del lado de los actores, entre los favoritos figuran la alemana Sandra Hüller (Anatomía de una caída), Hafsia Herzi, (Le ravissement), Romain Duris (El reino animal) o la revelación del año, Raphaël Quenard (por dos roles, en la comedia Yannick y Perro feroz).

Roman Polanski es uno de los directores vetados por las academias de cine | AFP

Hace un año, la Academia del Cine Francés prohibió la participación en la gala del cine de cualquier profesional acusado o condenado por hechos violentos.

La estrella Gérard Depardieu, que ha ganado dos veces el César al Mejor Actor, hace años que no acude a la gala.

Las acusaciones en su contra contribuyeron a precipitar el #MeToo francés. Depardieu está a la espera de juicio, después de ser imputado por supuesta agresión sexual contra una actriz en 2020, y enfrenta otras denuncias de mujeres que lo acusan de ser un depredador sexual.


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