Weinstein tribunal
Foto Archivo

Los abogados del productor de cine Harvey Weinstein, cuya condena por delitos sexuales en Nueva York fue anulada recientemente, pidieron este jueves que se quede en prisión en ese estado debido a sus problemas de salud hasta la celebración del nuevo juicio en septiembre, evitando así un eventual traslado a California.

«Tiene problemas de salud muy graves. Y creo que también cabe destacar que, desde el día que fue encarcelado, ha estado en un entorno hospitalario», dijo a los medios la abogada Diana Fabi Samson a las puertas del tribunal neoyorquino donde se celebró este jueves la audiencia, según medios locales.

Está por decidir en los tribunales un requerimiento de traslado de las autoridades de California, donde Weinstein tiene pendiente de cumplir otra sentencia de 16 años tras ser condenado en 2022 por otros delitos sexuales, a lo que según The New York Daily News la Fiscalía de Nueva York también se opone.

Weinstein en prisión

El productor de Pulp Fiction, de 72 años de edad, apareció hoy en silla de ruedas, trajeado y con un pin de la bandera estadounidense en la solapa, igual que en la audiencia de la semana pasada -la primera tras la anulación de su histórica condena de 2020-, pero esta vez se le vio sin esposas, con la cabeza rapada y gafas.

El 25 de abril, un panel de jueces de apelaciones decidió anular su condena de 23 años de prisión por dos delitos sexuales contra dos mujeres ocurridos en 2006 y 2013 en Nueva York, aceptando el argumento de su defensa de que en el juicio se admitieron indebidamente testimonios de denunciantes no incluidas en el caso.

El primero de mayo, la defensa y la Fiscalía abogaron en una audiencia por repetir el juicio a Weinstein, y el juez puso como fecha tentativa el 2 de septiembre y ordenó que quedara en prisión preventiva mientras se resuelve el requerimiento de traslado de las autoridades de California.

Weinstein estuvo cumpliendo condena en una cárcel del norte del estado de Nueva York hasta la reciente anulación, tras lo que fue trasladado a la impopular cárcel de Rikers, en una isla entre El Bronx y Queens, y durante unos días ha estado internado en un hospital local antes de volver a ese penal.


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