Hay alguien que sabe del mar cuando revienta contra un muro. Con esa imagen comienza el poema con el que Cristina Gutiérrez Leal ganó el primer lugar del II Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas.
Nació en Coro en 1988 y actualmente vive en Brasil. “Y sí, como bien dijo el jurado, está escrito desde la saudade, una nostalgia profunda por lo que uno tiene lejos, lo que se ha perdido o no está al alcance por el momento”.
Sin embargo, lo escribió en diciembre cuando vino a Venezuela a visitar a su mamá. “Me preguntaba qué estoy averiguando en las ciudades, qué me han dado, qué les he ofrecido, de qué me han curado. Además, estaba pensando en mudarme de Río de Janeiro e indagaba para dónde ir. Estoy en la perpetua búsqueda del alivio de la distancia, hacer menos pesada la lejanía con mi país”.
Gutiérrez Leal se graduó de Educación mención Lengua, Literatura y Latín en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. Comenzó con la escritura de cuentos cuando era adolescente, pero la lectura de poesía la llevó a otras expresiones. Incluso, su tesis se basó en la poesía falconiana. También es fotógrafa, oficio con el que tenía el objetivo de ilustrar sus historias y que actualmente tiene tiempo sin ejercer. “Aunque sigue latente porque mi línea de investigación es fotografía y literatura”.
Sus textos se pueden encontrar en Internet, en espacios como los del Encuentro Literario de Jóvenes Creadores, así como en el portal Gente Emergente, la revista Poesía de la Universidadde Carabobo y en la antología Amanecimos sobre la palabra. También espera finalmente poder ver publicado el libro Estatua de sal, con el que ganó la vigésima edición de la Bienal LiterariaJosé Antonio Ramos Sucre.
La escritora ilustra que se encuentra entre la diáspora obligatoria y el placer del viaje. Vive en Brasil por una beca de la Organización de Estados Americanos. Realiza un doctorado en Ciencia de la Literatura de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Previamente hizo una maestría en Literatura Iberoamericana en la Universidad de los Andes.
“Siempre quise salir a estudiar en el extranjero, pensar el país desde afuera. Todo esto coincidió con la diáspora venezolana”, indica. Desde el exterior, la poeta asegura que hay un pensamiento sobre Venezuela que todavía se construye “muy dolorosamente”. “Creo que todos los que estamos en el extranjero compartimos un sentimiento de desasosiego con esperanza. Podemos descifrar cómo ese país le habla al mundo desde sus circunstancias. Creo que si hubiera llegado al exterior hace cinco años, me hubiesen asociado con el país de las misses y el petróleo. Ahora preguntan si es verdad que hay hambre, muertos, si el proyecto de Hugo Chávez falló. Acá vivo en una contienda constante porque a la izquierda brasileña le cuesta aceptar que el proyecto bolivariano está en debacle”.
Segundo y tercer lugar
El jurado del II Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas estuvo integrado por Edda Armas, Luis Enrique Belmonte y Eleonora Requena. Es una iniciativa de Autores Venezolanos y Team Poetero.
El segundo lugar fue para Marcel Áñez-Valentinez por “P-a-l-abra”, descrito como un artefacto lúdico que “plantea la racionalización de la palabra como instrumento o artilugio poético”. El tercer puesto, compartido, fue Isabella Saturno por “Todo apunta” y Saúl Casanova por “Corrida”. El primero fue considerado un “texto de franca denuncia política, donde se señala el inexorable deterioro económico de la ciudad capital –Caracas– a través de imágenes hilarantes”. El otro, “una narración poética de ritmo circular y sostenido, con audaz empleo de la oralidad como recurso expresivo que da cuenta de estos tiempos, de los que parten y de los que se quedan, de la pérdida y del dolor”.
“Creo que todos los que estamos afuera compartimos un sentimiento de desasosiego con esperanza”