La criogenización no es un procedimiento muy conocido. Sin embargo, dota de esperanza a unos cuantos, tal es el caso de la familia de Matheryn, apodada Einz.
La niña de dos años de Bangkok se convirtió en la persona más joven del mundo en someterse a criopreservación, después de su muerte por cáncer cerebral. Su familia almacena sus restos en un laboratorio estadounidense.
Su cabeza y cerebro ahora descansan dentro de unos tanques especiales con nitrógeno líquido a –196º centígrados en Arizona. El costo de su mantenimiento está alrededor de los 80.000 dólares al año.
Hope Frozen o Criogenización: vivir dos veces cuenta la historia de la familia que tomó esta decisión. Sahatorn Naovaratpong, padre de la niña, un científico láser, anhela darle a su pequeña la oportunidad de experimentar un renacimiento dentro de un cuerpo regenerado, cuando se encuentre una cura a su mal.
Netflix anunció el estreno mundial de Criogenización: vivir dos veces. El galardonado documental tailandés de la periodista y cineasta Pailin Wedel está disponible en la plataforma desde el martes 15 de septiembre.