“No soy una mujer de 53 años intentando ser una modelo de 25”, afirmó Cindy Crawford a EFE al revelar el secreto que le permite seguir cosechando éxitos, luego de haber formado con Claudia Schiffer y Naomi Campbell el trío de supermodelos más famoso de los ochenta y los noventa.
Crawford habló también en Londres de sus logros, la evolución del oficio y la presión que afrontan ahora las modelos al estar más expuestas por las redes sociales.
La también empresaria reflexionó sobre el mundo de la moda con motivo del lanzamiento de la campaña «Tops on Top» de Silestone, una marca de superficies para el hogar del Grupo Cosentino de la que Crawford es embajadora desde hace tres años.
”He cambiado a medida que mi vida lo ha hecho y las compañías con las que he trabajado también son diferentes”, admitió la modelo.
Crawford señaló que siempre busca colaborar con empresas que se encuentren en el mismo punto en el que está ella en su vida.
Por este motivo, desde hace años es el rostro de Silestone.
”Después de tener hijos, mi hogar se convirtió en lo más importante”, dijo.
Considerada como una de las mujeres más bellas del mundo, fue portada en los noventa de revistas como Vogue, Playboy, ELLE y Harper’s Bazaar. Sin embargo, Crawford asegura que el oficio evolucionó poco: “Ejercer como modelo, caminar por la pasarela o hacer una sesión de fotos es lo mismo”.
La presión
Para la estadounidense, el cambio substancial en los últimos años se dio por las redes sociales, que aumentaron la exposición y la presión sobre las modelos.
«Como todo tiene pros y contras, creo que lo bueno es que es otra forma de conectar con tu audiencia. Lo negativo es que a veces puede llegar a ser demasiado y un poco abrumador», manifestó.
Aunque Crawford aseguró que no siente presión por publicar nada y lo hace con total libertad, la modelo admitió: “Siempre digo que Instagram o Twitter son como pequeñas mascotas hambrientas y tienes que alimentarlas todo el tiempo”.
Destacó que las redes la obligaron a aprender un nuevo lenguaje. Pero que el hecho de haber trabajado durante años delante de las cámaras y con fotos le permitió defenderse bien en Instagram.
Inclusión para todos
Además de la transformación a nivel tecnológico, Crawford también reflexionó sobre la voluntad actual por convertir el mundo de la moda en un lugar más inclusivo en el que haya cabida para todos los ideales de belleza.
”Siempre ha habido diferentes tipos de cuerpos, creo que la industria finalmente está adoptando y haciendo espacio para la diversidad. No solo en este aspecto, sino también en la edad o en los colores de piel”, señaló.
”No hay una edad en la que se deja de ser bella, sino que hay un tipo diferente de belleza”, agregó.
«Creo que el mensaje que quiero darle a mi hija es que sí, no estoy igual que hace 25 años. Pero es que tampoco soy la misma persona que cuando tenía 25», señaló.
Preguntada por el feminismo en el mundo de la moda, Crawford aseguró que se siente muy afortunada. “He tenido una gran carrera y siempre me sentí confiada e hice que mi voz se escuchase”, añadió.
Más allá de las mujeres, destacó que el trabajo debe ir en una dirección que permita que la industria de la moda sea más inclusiva para todos los movimientos: “Todo el mundo merece su voz y ser escuchado”.
Además de su faceta como modelo, Crawford se desarrolló como diseñadora y empresaria. Y utiliza su fama para apoyar distintas causas benéficas como la lucha contra el cáncer infantil.
La modelo, que lleva trabajando más de tres años con el Grupo Cosentino, señaló que cada vez entiende más el producto, así como los valores de la marca. “La idea es que la moda no es solo lo que llevas puesto, es cómo vives o cómo decoras tu hogar”.