Historias pequeñas
Historias pequeñas fue la película ganadora del XV Festival de Cine Venezolano | Foto Makatoa Media Producciones

—¿Qué es para usted la ironía? Lo pregunto por su forma de hablar, la suele usar mucho. Pareciera que es su herramienta principal de comunicación.
—Es que, si no, la vida se pone muy fastidiosa. Es preferible. Dado que la vida es tan terrible, mejor hablar con ironía. No viene mal eso.

Al director de cine, Rafael Marziano, ni se le había pasado por la mente obtener un galardón. Todo había sido muy rápido. Su película Historias pequeñas (2019) la terminó en enero. Había pasado por tres festivales apenas, alcanzando Mención Honorífica en el último, antes de llegar al XV Festival de Cine Venezolano, que se celebró del 14 al 20 de junio en el Trasnocho Cultural, donde obtuvo el premio más esperado de la cita: Mejor Película.

Proyectada por primera vez en Venezuela el 16 de junio, la obra de 93 minutos está compuesta por cinco historias de personas comunes y corrientes: la del profesor Herrera, un sinvergüenza; la de Antonio, un militar corrupto; la de Matilde y su novio, la de un par de amigos en condición de calle y la de una empleada que intenta mantener su trabajo.

Todas comparten el contexto: una Caracas conmocionada en abril de 2002, marcada por una marcha que es reprimida, un cuerpo castrense que desconoce al mandatario, quien es depuesto de su cargo, y se instaura un nuevo y breve gobierno. Porque lo importante no es ese suceso —que pertenece a la “gran historia”, como lo indica Marziano— que dio un giro a la historia contemporánea de Venezuela; solo funciona como catalizador de los protagonistas reales: la vivencia de cada uno de los personajes.

“Se mira a la pequeña historia, la de personas cuya vida es miserable, como la de todos nosotros. Ellos se encargan de hacer de su vida un desastre sin la necesidad de las ‘grandes historias’. La gran historia puede seguir su rumbo; están entretenidos con la suya. Y eso, supongo, es una forma irónica de tratar a la ‘gran historia’, mil veces celebrada como si ella fuese la protagonista de nuestra vida, cuando en realidad los protagonistas somos nosotros y somos los actores principales de nuestras pequeñas vidas”, describe el director.

“Creo que, en el fondo, es una oportunidad que le estoy dando al espectador para que reflexione sobre su responsabilidad, sobre la importancia de su vida íntima y pequeña en eso que uno llama ‘la gran historia’. Hay una posibilidad de entender que hay una enorme relación entre nuestra vida personal e íntima y el gran mundo que nos rodea”, agregó.

Protagonizada por Marialejandra Martín, Carlos Cruz, Sheila Monterola, Indira Saturno y Gonzalo Velutini, Historias pequeñas refleja la ambición, la indiferencia y el egoísmo, para dejar en segundo plano las condiciones sociales de la época y retratar actitudes humanas.

La película invita a la introspección, el papel que tiene el venezolano común en la historia del país. “Estamos todos lamentosos y diciendo que nos pasó una cosa espantosa como que si algo muy abstracto de otro planeta llegó en una nave espacial e hizo una cosa horrible. Creo que deberíamos pensar qué fue lo que hicimos. Fuimos nosotros. Creo que todos como familia nos comportamos de una forma y estamos pagando las consecuencias. Todos somos parte de aquello que nos ha llevado donde estamos. Es hora de que se comience a entender que las cosas no suceden por azar en la vida”.

El estreno de Historias pequeñas en Venezuela aún no tiene fecha. Sin embargo, Ideas de Babel organiza un cineforo sobre la película en el Trasnocho Cultural, que se realizará el 13 de julio, a las 10:00 am.

El sonido como protagonista. El impulso final para la realización de la película lo recibió Marziano de Alexandra Henao, directora de fotografía del filme y también galardonada en esa categoría por La noche de las dos lunas (2018) en la reciente edición del Festival de Cine Venezolano, cuando visitó su casa. Luego del encuentro en 2014, se organizó el equipo junto a la productora Belén Orsini, justamente en un momento en el que, dice, lo que estaba plasmado en el guion “sonaba afuera y se veía por las ventanas”.

Tras algunas desavenencias con el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, se suministraron los fondos, y la película se filmó principalmente en los estudios del Laboratorio Audiovisual Margot Benacerraf de la Universidad Central de Venezuela.

El director señaló la relevancia del mundo sonoro en la película, que también fue premiado en el festival por el trabajo de Lino Ocando. “Al tener la ironía como modo de contar la historia, son muchas las cosas que no se ven y están en la narración. Al no mostrarse, la única forma en la que participan en la historia es a través del sonido. Se recreó un mundo que está fuera de campo, pero que es protagonista de la película también”.

Marziano afirmó que, si hay un momento en su vida en el que se siente vivo, es cuando hace cine. Su próximo filme también será en formato coral y con dosis de ironía: son cuatro historias, de cuatro personajes, cuyo destino se une en un carro de policía, con el que pretende, de igual forma, invitar a la reflexión. “El cine, como el arte, ofrece cosas para que la gente piense. Da algo para que la vida de las personas se transforme, espero que para bien”.

Cineforo Historias pequeñas
Trasnocho Cultural
Sábado 13 de julio
10:00 am.


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