Christian Vásquez
Christian Vásquez dirigirá la Orquesta Filarmónica de Bogotá el 8 de noviembre en un concierto en el que también participará el trompetista venezolano Pacho Flores | Foto Rosemarie Mannuzza

El director de orquestas Christian Vásquez estuvo aproximadamente un mes en Venezuela. La casa no se deja fácilmente. Con la Orquesta Juan José Landaeta se presentó el 28 de septiembre con un programa que incluía a Tchaikovsky y Wagner. Dos semanas después dirigió una gala de ópera interpretada por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. También visitó núcleos del Sistema y trabajó con los estudiantes de dirección orquestal.

“Esta generación de relevo viene mucho más rápida. Hay jóvenes de 15, 16 años de edad en la Juan José Landaeta y a esa edad yo no tocaba como ellos. Hay una gran evolución”, dice.

La semana pasado voló a Colombia. Dirigirá la Orquesta Filarmónica de Bogotá el 8 de noviembre en un concierto en el que también participará el trompetista venezolano Pacho Flores. Luego irá a México, donde estará al frente, el 15 y el 16 de noviembre, de la Orquesta Sinfónica del Estado de México. Ahora es un director, como el mismo se define, “freelance”.

Desde 2013 dirigió la Orquesta Sinfónica de Stavanger en Noruega y, simultáneamente, a partir de 2015 llevó la batuta como director principal invitado de la Orquesta Sinfónica de Arnhem, en Holanda. Pero sus contratos con esas instituciones finalizaron este año y comienza una nueva etapa en la que se presenta donde lo inviten.

“Se puede vivir siendo director invitado. Ahí el manager empieza a buscar los conciertos y a cuadrar todo. Lo que pasaba con Stavanger y con la de Holanda es que yo tenía unas fechas fijas y algunas orquestas me invitaban. Había momentos en los que tenía que decir que no porque la fecha que me daban estaba en Noruega. Entonces ahora estoy más abierto a invitaciones porque ya no tengo fechas bloqueadas”, explica.

Reside en Berlín, donde nació hace pocos meses su primogénita, Alma Valeria. “Allí está en una de las mejores orquestas del mundo, hay casas de ópera. Es un lugar que me llena mucho porque puedo ir a los conciertos, ver los ensayos de los grandes directores y solistas. Me nutre mucho. También está el idioma, que lo estoy estudiando; no es nada fácil. Grandes compositores como Mahler, Beethoven escribieron indicaciones en alemán, entonces es bueno conocer un poco el lenguaje”, indica.

Sin embargo, desea trabajar un poco más en Latinoamérica. “Es la gente, el idioma, la calidez humana”. Aunque sus grandes sueños de dirección estén al otro lado del mundo, como la Filarmónica de Berlín, de Viena, la de Nueva York… Pero no tiene apuro, dice. “Voy poco a poco. Creo que el tiempo de Dios es perfecto. Y, si me llegan a invitar, aprovecharé la oportunidad al máximo”.

Afirma que no extraña el violín, instrumento con el que entró al mundo musical en el núcleo de San Sebastián de Los Reyes, en el estado Aragua, hasta que comenzó a estudiar dirección orquestal bajo la tutela del maestro José Antonio Abreu en 2006.

“Con la dirección me siento mucho más libre, siento que soy yo; me dejo llevar. Creo que puedo expresar más con mi cuerpo que con el instrumento. Yo me sentía bien dentro de la orquesta, pero como solista me ponía muy nervioso. En la dirección todo fluye”, señala.

El calendario de presentaciones 2020 de Christian Vásquez ya comienza a tener forma. Pasará por Alemania en febrero, en abril estará en Japón con el contrabajista venezolano Edicson Ruiz y Pacho Flores, y en mayo, visitará Nueva Zelanda.

A Venezuela regresará en enero. Hará la ópera Mosè in Egitto de Rossini con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Aparte de trabajar con el sistema de orquestas –su segunda familia– también aprovecha los viajes para visitar San Sebastián, su tierra. “En estos momentos de crisis, como todo, es donde uno tiene que estar mucho más unido”.


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