Hace pocos días diversos medios informaron que, tras los últimos retrasos y en vista de la muy desfavorable evolución de la pandemia de coronavirus, MGM barajaba la posibilidad de vender los derechos de No time to die, la nueva película de la saga James Bond, a un servicio de streaming. Ahora, nuevas informaciones señalan que el principal motivo para dar urgente salida a la última cinta de Daniel Craig como 007 es que la deuda por no estrenar la película sigue aumentando día tras día.

Según revela The Hollywood Reporter, el costo de la película aumenta en un millón de dólares cada mes que pasa sin que llegue a los cines. Este aumento del presupuesto se debe al préstamo que MGM tuvo que solicitar a un banco para financiar el largometraje, algo habitual en las producciones de Hollywood. Pero los dos retrasos que el filme ha sufrido en su fecha de estreno han provocado que los intereses de la producción vayan aumentando paulatinamente hasta que llegue a salas, algo que está previsto para el 2 de abril de 2021.

«MGM está sufriendo. Todos los estudios importantes tienen un buen número de producciones de alto coste en la reserva. Y cada vez más van a ir acumulándose. Estos proyectos están en el inventario, archivados sin ningún tipo de retorno en sus inversiones», explica Hal Vogel, director ejecutivo de Vogel Capital Research en el informe.

«Incluso aquellas que tengan una financiación con bajos intereses, están viendo que su deuda aumenta. Así que seguir la ruta del streaming no es una locura. Has gastado un dinero que no vas a poder recuperar pronto», continúa.

De ahí, que buena parte de las majors estén retrasando sus grandes producciones o lanzándolas directamente en streaming, como el caso de Disney con Mulan y Soul, lo nuevo de Pixar que también irá a Disney+.

Solamente Warner se atrevió a estrenar un filme potente con Tenet. Y su resultado en taquilla ha dejado en evidencia que el mercado estadounidense, el más importante y en el que el filme de Nolan solo recaudó 52 millones de dólares, sigue prácticamente inoperativo, provocando que el filme no haya dado beneficios con una taquilla que no ha alcanzado los 350 millones de dólares.

Por otro lado, las ventas en streaming no han logrado otorgar beneficios similares a los de la taquilla, consiguiendo que las majors «salven los muebles» a la hora de vender sus producciones. Ejemplo de ello es la negativa de MGM de vender No time to die a Apple por 400 millones de dólares (buscando venderla por, como mínimo, 600 millones, según Variety).

Eso sí, el informe deja de relieve un problema que van a tener los grandes estudios si la situación del coronavirus se extiende más en el tiempo, pues las grandes superproducciones están hechas para aglutinar a público de masas y no se sabe si este responderá y volverá a llenar las salas el año que viene, arrojando un horizonte muy negro para el futuro del cine en la era post covid.


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