La artista visual venezolana Mafe Izaguirre presentará su propuesta denominada “La máquina de emociones” en la muestra colectiva State of being, que se llevará a cabo bajo el formato de exposición pop-up, durante este fin de semana en la galería Chinatown Soup en la ciudad de Nueva York.

Izaguirre, que coincidirá en la muestra con otros seis artistas, presentará su “La máquina de emociones”, con la intención de cuestionar a los asistentes al evento sobre la existencia de máquinas que efectivamente pueden sentir y acercarlos al aún ignoto mundo de la inteligencia artificial, a través de su prototipo basado en el libro y pensamiento del padre de la inteligencia artificial, Marvin Minsky, que lleva el mismo nombre.

Con su obra, la artista visual radicada en la ciudad de Nueva York desde 2016 se cuestiona la posibilidad de que las máquinas puedan sentir como los seres humanos. “Creo máquinas que imitan la mente, los sentidos y la conciencia. Mi obsesión es la mente como mecanismo y la posibilidad de que estas puedan sentir como lo hace el hombre, en el entendido, de que si el hombre está emulando la mente a través de una inteligencia artificial, ¿por qué no también la parte emocional?”.

La interrogante que plantea Izaguirre podrá trasladarse a los espectadores de su obra, que será exhibida desde el 8 hasta al 11 de marzo en la galería Chinatown Soup  en Nueva York.

De lo visual a lo cibernético 

El trabajo de la artista está esencialmente orientado a representar la mente artificial a través de piezas artísticas que ella misma describe como “máquinas inútiles”, cuyo único fin es el de cuestionar y problematizar al espectador.

Lograrlo requirió sumar conocimientos del área de la robótica a su formación en artes visuales, razón por la que en 2016 se trasladó a Nueva York para adquirir técnicas y formación en el área cibernética en The Cooper Union, para así poder materializar las máquinas sensibles que comenzó a idear en 2005.

Mafe Izaguirre como artista visual venezolana explora la mente humana y la inteligencia artificial a través de obras e instalaciones que son hardware y software, luz y color, alma y mente, cuestionando al espectador sobre la perspectiva de un futuro que ya es presente.

La artista no solo piensa en su obra desde un punto de vista técnico y expresivo, sino desde el compromiso que surge cuando le toca representar a la diáspora venezolana, a la minoría hispana y al género femenino.

“Esto es sólo el comienzo de un largo viaje para comprender cómo se ven las actividades mentales y el pensamiento desde la perspectiva de la máquina”, sentencia Izaguirre sobre su propio trabajo. Manifestó que una de sus principales metas es poder mostrar su obra en Venezuela. 

Nota de prensa


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