Una cereza gigante sobre un cono de nada, y encima una mosca y un dron. Esta escultura que sugiere arrogancia y colapso inminente se alzará durante dos años en el corazón de Londres, anunció este martes el ayuntamiento de la ciudad.

The End, de la artista británica Heather Phillipson, no es únicamente una escultura, sino una obra multimedia puesto que las cámaras del dron grabarán en directo las inmediaciones y sus imágenes podrán verse en una página web.

La obra se instalará en marzo y durante dos años en el cuarto zócalo, vacío, de la céntrica Trafalgar Square, donde se suceden diferentes esculturas desde 1998.

Los organizadores la describieron como exuberante, incómoda y que sugiere arrogancia y colapso inminente, sin precisar a qué se refiere esta desintegración simbólica.

The End Heather Philipson
Foto AFP

Su instalación tendrá lugar casi dos meses después del Brexit, cuyos detractores temen que lleve al país a la ruina política y económica.

En Trafalgar Square el año pasado ocurrieron las protestas del grupo ecologista Extinction Rebellion, que alerta sobre la emergencia climática y el futuro del planeta.

La plaza tiene cuatro grandes pedestales en sus esquinas, tres con estatuas permanentes y un cuarto que nunca se terminó.

The End remplazará allí The Invisible Enemy Should Not Exist, que recreaba una antigua escultura iraquí destruida por el grupo yihadista Estado Islámico.


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