Arquitectura

La identidad de una ciudad se puede conocer a través de su arquitectura, de esas edificaciones que hablan sobre periodos históricos que perduran en el tiempo. Cada fachada esconde anécdotas fascinantes, pero en Venezuela el patrimonio corre peligro. Históricamente, es práctica común demoler edificios para elevar nuevos. Conocerlos y saber su valor es una de las maneras de contribuir con su preservación. Y de eso se encarga Arquitectura Venezuela, un proyecto que cumple 10 años mostrándole al venezolano la joyas arquitectónicas del país a través de las redes sociales.

Desde muy joven, Ricardo Castillo sentía una profunda inclinación por la arquitectura. Se veía como un profesional del área, pero no vislumbró que su pasión lo llevaría a las redes sociales. El arquitecto de 30 años de edad, egresado de la Universidad José María Vargas, vive en Argentina y, desde Buenos Aires, trabaja a la vez que lleva la cuenta Arquitectura Venezuela. Pero no está solo, lo acompañan los diseñadores gráficos Ángel Márquez y Eduardo Serrano en los procesos de edición e imagen visual.

La cuenta resultó de una investigación que Castillo hacía para la universidad sobre el Cubo Negro. Tras encontrarse con datos interesantes, lo primero que le vino a la mente fue compartirlo con el público. Y lo hizo a través de la red social más usada en el país para 2011, Twitter (@ArquitecturaVzl). Así, como un pasatiempo, nació Arquitectura Venezuela. Desde entonces, no para de contar información detallada, curiosidades y noticias sobre edificaciones venezolanas.

La arquitectura dosificada en tuits funcionó y la cuenta comenzó a crecer. Castillo no se lo esperaba: «Es mentira que la gente va por la calle buscando una revista, un periódico, un libro, incluso ver la televisión para conocer más sobre la arquitectura. Hoy el medio de mayor alcance son las redes sociales. Quizás si fuésemos un país que tiene toda la libertad de expresión y viviéramos en condiciones normales, las redes no serían protagonistas. Pero así pasa, y la mejor manera de dar a conocer lo que tenemos son las redes», puntualiza.

Unos años después, Castillo sucumbió ante otras redes sociales. Twitter era muy limitada para todo lo que quería mostrarle a sus seguidores. En 2013 llegó a Instagram (@ArquitecturaVzla), un espacio ideal, pues allí podía compartir fotos acompañadas por un texto de más de 140 caracteres. Luego pasó a Facebook y, finalmente, aterrizó en Youtube con el canal homónimo. Actualmente, en Instagram tiene 142 mil seguidores, principalmente de Colombia y Chile, y en el país de Caracas, Valencia y Maracaibo.

«Mi norte es el mismo que en 2011: divulgar la arquitectura venezolana. Yo siento que en estos momentos en que el país está tan mal y tenemos tantas noticias que bajan nuestra autoestima, lo mejor que podemos hacer es dar a conocer lo bueno que aún tenemos. Algo muy importante, que siento le falta al venezolano, es conocer su patrimonio, su historia. Con eso podríamos evitar que sigan, por ejemplo, derrumbando edificios, o que se preocupen más por la preservación. La mejor manera de valorar tu patrimonio es conociéndolo», explica el arquitecto.

Con la educación como principio, Castillo ha realizado videos donde aborda con profundidad construcciones icónicas de Caracas y otras ciudades. El Museo de los Niños, El Poliedro, Torre La Castellana, el Metro de Caracas, El Helicoide, Parque Central, Pueblo Viejo en Anzoátegui, el Puente General Rafael Urdaneta de Zulia y el Puente Cuyuní en Bolívar. Además, tiene especiales de viviendas residenciales, Top 10 de hoteles, estadios y centros comerciales, y proyectos jamás construidos.

El canal de Youtube de Arquitectura Venezuela reúne, además, una nutrida serie de entrevistas a arquitectos que diseñaron obras icónicas en el país. Entre otros, Nicolás Labropoulos, Greta Galia, Dietrich Kunckel, Nikolajs Sidorkovs y Vivian Dembo. Para Castillo, más allá de la información que tiene cada video, lo más valioso es tener la oportunidad de conversar con aquellas figuras que siempre admiró. «Siempre amé la arquitectura. A ellos los quería seguir, y que ellos me den una entrevista a mí es un sueño hecho realidad. Esa es una de las cosas que más me enorgullecen de Arquitectura Venezuela, jamás lo imaginé», dice.

Antes de publicar cualquier contenido, Castillo realiza una investigación exhaustiva para recabar todos los datos posibles. Debe contar con los datos básicos: arquitectos, ingenieros, fecha de inauguración y constructora. Pero es la historia de cada construcción, cada detalle inadvertido, lo que enriquece la publicación. Algunas curiosidades o datos relevantes, comenta Castillo, los ha conseguido gracias a sus colegas y el público.

«Tengo la fortuna de que me siguen muchos arquitectos reconocidos del país, constructoras e ingenieros que han participado en las obras. Entonces, por lo general, cada vez que publico algo y falta algún dato, siempre aparece alguien que dice ‘mi papá trabajó ahí; yo fui el ingeniero’, además, me envían planos y documentos. Y esto ha hecho cada vez más rica la información que se comparte. Es una característica positiva de las redes sociales, ocurre la retroalimentación y mejora la información», agrega.

Arquitectura Venezuela ha ayudado a desmentir mitos que son comunes en la población. Por ejemplo, cuenta Castillo, que muchas personas creen que la Torre B.O.D tuvo que ser reforzada porque se estaba inclinando. Sin embargo, en el video que publicó sobre esta obra, explica por qué es tan solo una leyenda urbana que se generó hace años gracias a la desinformación.  “Sin saberlo, estás perjudicando a mucha gente. Otro mito es que en Parque Central vivía una anaconda… Así hay trescientos más. Uno siempre tiene que ver con pinza el trasfondo de las cosas. Eso me encanta”.

Ricardo Castillo
Ricardo Castillo es arquitecto graduado en la Universidad José María Vargas

«La arquitectura sirve para hacer una suerte de paleontología urbana», explica Castillo, quien se remonta a la época colonial para explicar por qué es tan frecuente ver patrimonio nacional en completa decadencia o derrumbado. Durante el dominio español, Venezuela no contaba con grandes recursos económicos por lo que su arquitectura era modesta. Y, a medida que los tiempos cambiaban y los recursos aumentaban, aquello vetusto era inmediatamente reemplazado por algo más nuevo. Esto se repitió con mayor fuerza durante el siglo XX para abrir el paso a estructuras modernas, pero el precio fue alto: pocas estructuras coloniales siguen en pie.

«El casco histórico, por decir algo, se pudo haber conservado y seguramente sería un punto turístico de Caracas como lo es para cualquier otra ciudad del mundo. Lo que quedó de esa época fue derrumbado para abrir paso a la modernidad en un área concentrada en el centro con grandes edificios y vías públicas. Todo eso era sinónimo de progreso en aquel entonces», añade.

Hoy día el patrimonio se encuentra en riesgo. Por una parte, la desinformación ha perjudicado importantes construcciones (incluso al punto de llevarlas a escombros); y por otra, la falta de mantenimiento contribuye al ocaso de arquitectura del siglo pasado. No es inusual ver que en urbanizaciones como El Rosal o Las Mercedes gran parte del legado neovasco del siglo XX se haya desvanecido para dar lugar a nuevas obras. Sin embargo, Castillo considera que a través de la educación este proceso puede amainar.

Los edificios y demás construcciones viven un proceso natural: son una novedad tras su inauguración, pero con el paso del tiempo van perdiendo su vigencia. De pronto, un edificio se vuelve obsoleto y, a pesar de su relevancia, es derrumbado. Aunque puede ocurrir el mejor caso: la obra sobrevive, pues se reconoce su importancia, y se convierte en un clásico. «Yo quiero que la gente comprenda el valor de las cosas, que se preocupe por su preservación. Si no, el reciclaje no va a terminar nunca», sentencia el arquitecto, quien además señala que falta una entidad urbana que regule y se encargue de renovar áreas para dar espacio a construcciones nuevas.

En general, y con un propósito claro, la audiencia a la que quiere llegar Arquitectura Venezuela es la más joven del país. Esperan que las nuevas generaciones participen activamente en la preservación del patrimonio arquitectónico venezolano. Más allá de la nostalgia que edificaciones del siglo XX pueden generar en las personas, lo importante para Castillo y su equipo es que vean al pasado con una mirada crítica y, sobre todo, reflexiva.

«El patrimonio es lo que le da identidad a tu ciudad, a tu país. La arquitectura no es vanidosa, hace de la ciudad un lugar único. Tiene un papel importante en la estética y si no la conservamos, nuestra ciudad vivirá en un constante bacheo absurdo. Cuando piensas en una ciudad, lo primero que viene es su arquitectura, sus emblemas. La arquitectura es parte del paisaje, de nuestra idiosincrasia», afirma el creador de Arquitectura Venezuela.

Como ejemplo del ejercicio ciudadano en beneficio de la preservación, el arquitecto recuerda que hace tres años, en el edificio Atlantic de Altamira se estaban realizando modificaciones al penthouse. Pero los propios vecinos intervinieron. Tomaron fotos, denunciaron y expusieron el caso. Luego la Alcaldía de Chacao también actuó y lograron detener la construcción. Este edificio fue diseñado por el arquitecto italiano Angeli Di Sapio y terminado en 1957. En 2005 fue declarado Bien de Interés Cultural de la Nación.

Pero el compromiso va más allá de las publicaciones. Ricardo Castillo está en contacto constante con alumnos de Arquitectura. Incluso, una vez al año hace un especial de tesis. Allí publica trabajos de grado para darlos a conocer en el medio, para darle visibilidad a lo que se produce hoy día. «Yo tengo mucha admiración por la gente que estudia arquitectura en Venezuela. Merecen todo mi respeto. Es una carrera muy costosa y que requiere de muchísimo tiempo. Y hacerlo en la situación país actual es complejo, es casi imposible trabajar y estudiar a la vez. Me encanta servir de plataforma para mostrar lo que se hace en mi país».

Estos 10 años acumulan un gran número de gratificaciones personales y profesionales para Castillo. En 2015 recibió un reconocimiento por parte del Colegio de Arquitectos de Valencia por su labor con Arquitectura Venezuela. Además, sabe que su trabajo tiene un impacto positivo en las personas, pues constantemente se lo hacen saber. “Los comentarios de la gente son una cosa que jamás tendré cómo pagar. De pronto tienes un día donde todo te sale mal, pero te llegan comentarios tan lindos. Ahí es cuando entiendes que lo que haces de verdad le llega a la gente. Mejor pago que ese no hay».

Si bien el equipo de Arquitectura Venezuela se siente satisfecho con su labor, Castillo espera que en los próximos años la cuenta siga creciendo y que se profesionalice cada vez más. Incluso, le gustaría que se convirtiera en un medio de comunicación importante. “Sin embargo, se hace muy cuesta arriba porque no estoy en mi país, y eso lo digo con nostalgia, porque desde allá podría tomar mis propias fotografías y videos y hacerlas como yo quisiera. Yo quiero que Venezuela tenga su Discovery Channel, pero de arquitectura. Quiero que tengan un medio del cual sentirse orgullosos”.

Para este año, saldrán publicaciones sobre el Banco de Maracaibo, un nuevo video sobre el Puente General Rafael Urdaneta, el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Ímber; entrevista con los arquitectos Franco Micucci y Celina Bentata, y la historia de la Mansión Charaima de Caracas. No sabe si en el futuro incursionará en TikTok, pero reconoce la importancia de crear una página web donde reúna todo lo que publica en otras plataformas. Mientras tanto, Castillo sigue detrás de la cuenta: «Yo no quiero ser un youtuber. Me siento tranquilo detrás, coordinando y manejando todo. Si algún día tengo que salir, saldré, pero no es mi ambición», finaliza.


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