Kevin Spacey
Un jurado falló a favor de Kevin Spacey, pero el actor ya tiene programado otro juicio en 2023.

Kevin Spacey ya confirma cómo su carrera va en un declive sinfín. Fue apartado de la producción de la película Gateway to the West, drama histórico dirigido por el húngaro Péter Soós en el que tenía previsto interpretar a un hombre de fe que a mediados de los 1200 intenta detener una invasión de Genghis Khan, luego de que a finales de mayo pasado fuera imputado por la Justicia del Reino Unido en cinco cargos de agresión y abuso sexual.

Según informó el sitio especializado Variety, Spacey será reemplazado en el elenco de la película, que era uno de sus primeros proyectos en el rubro desde 2017, cuando recibió la primera de muchas denuncias por esos delitos tras el testimonio de Anthony Rapp, un colega que aseguró que había abusado de él cuando era un adolescente durante una fiesta en la década de los 80. Aun así, el actor todavía está convocado para trabajar en otras películas, entre ellas The Man Who Drew God, del realizador italiano Louis Nero, quien en diálogo con la prensa internacional justificó la decisión porque en su país “no conocen todos los detalles”: “Por eso no hablamos de lo que no sabemos. No puedo opinar de estas cosas, solo sé que Kevin es un gran actor. Esa era mi única preocupación”, aseguró.

En tanto, los productores detrás de la próxima película Peter Five Eight, de Michael Zaiko Hall y en la que Spacey también forma parte del elenco principal, señalaron en un comunicado público que “si bien es desafortunado que el crecimiento de las coberturas negativas en la prensa coincida con el regreso al trabajo” del intérprete de 62 años, “también es algo esperable”. ”Hay quienes desean que deje de actuar, pero son muchos más los fans alrededor del mundo que esperan que un artista del que disfrutaron durante décadas vuelva a la pantalla. La producción no tiene conocimiento alguno o comentario sobre las acusaciones, y cree que es un tema de la Justicia determinar si son válidas”, aseveraron.

La semana pasada, Spacey se declaró inocente en los tribunales penales británicos de Old Bailey, donde compareció de cara al juicio que comenzará el 6 de junio de 2023, tras ser imputado a finales de mayo último por tres presuntas víctimas de hechos ocurridos entre marzo de 2005 y abril de 2013. De acuerdo con la información difundida en aquel momento por la agencia AFP, las causas de la fiscalía de la Corona se basan en “una revisión de las pruebas recogidas por la policía londinense” en la investigación de la denuncia de los denunciantes. Dos de los cargos corresponden a abusos sexuales cometidos en marzo de 2005 en Londres al mismo denunciante, otra a una segunda víctima en agosto de 2008; y finalmente el cuarto cargo corresponde a un tercer denunciante al que habría abusado en abril de 2013 en Gloucestershire, en el sudoeste de Inglaterra.

Todas las imputaciones corresponden a la época en la que Spacey dirigía artísticamente el teatro Old Vic de Londres. Años después, cuando empezaron a surgir las demandas contra el actor en su país de origen, una investigación interna del teatro recogió veinte testimonios de presuntos comportamientos inapropiados que no habían salido a la luz. Además de estos nuevos cargos en suelo británico, el doble ganador del Oscar por Los sospechosos de siempre (1995) y Belleza americana (1999) y de numerosos galardones por la serie House of Cards. enfrenta desde 2017 una verdadera ola de acusaciones en los Estados Unidos por delitos de índole sexual en medio del movimiento #MeToo.

Un informe de CNN posterior a la denuncia de Rapp dejó a la vista varias denuncias de acoso sexual contra Spacey realizadas por integrantes de la producción de House of Cards. El actor fue despedido y la omisión de su personaje en los tramos finales de la serie exigió una reescritura completa, sin contar todas las demoras y complicaciones.

Más de un observador asoció esta necesidad con la última aparición pública de Spacey, previa a esta última audiencia judicial en Londres. El 29 de junio aparecieron imágenes del actor en un puerto de Croacia como si fuese un turista más que disfruta del verano europeo. Las fotografías de los medios pendientes de la vida de los ricos y famosos lo muestran allí, de bermudas y gorra, a punto de subir a un barco.

En esos días comenzaron a trascender las noticias de la participación de Spacey en un reality documental destinado a exaltar la figura de Franjo Tudjman, el primer presidente de la Croacia independiente, que al momento de su fallecimiento en 1999, a los 77 años, estaba bajo la investigación del Tribunal Penal de La Haya, acusado de crímenes de guerra cometidos en la antigua Yugoslavia.

En el mundo audiovisual se admite que solo en caso de extrema necesidad un actor más o menos reconocido aceptaría sumarse a un proyecto tan abiertamente propagandístico, fundado en un interés político que podría salpicar, ahora o en el futuro, el prestigio de su protagonista. Spacey aceptó el compromiso una vez más sin dar explicaciones. Al verlo, nos queda la sensación de que ese contenido y deliberado mutismo en algún momento terminará. Lo que está cada vez más lejos es esa postura teatral y bastante altanera, segura de sí misma y algo desdeñosa con la que se daba a conocer al mundo, dentro de la pantalla y fuera de ella.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!