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El último ganador del Premio Rómulo Gallegos fue el colombiano Pablo Montoya por su novela Tríptico de la infamia / AVN

Los 10 finalistas al Premio Rómulo Gallegos fueron anunciados este jueves en la noche durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), organizada por el régimen de Nicolás Maduro.

Las obras son El país del diablo (Edhasa), de Perla Suez (Argentina); Las aventuras de la china Iron (Random House), de Gabriela Cabezón Cámara (Argentina); Moronga (Random House), de Horacio Castellanos Moya (El Salvador); La respiración violenta del mundo (Emecé, 2018), de Angela Pradelli (Argentina); Hijas de Agar (Santander), de Pilar Salamanca (España); Seda araña (Paralelo 21), de Antolina Ortiz (México); Pasolini o la noche de las luciérnagas (Nocturna), de José García López (España); Hijo de la guerra (Seix Barral), de Ricardo Rapahel (México); La ruta de los hospitales (Alfaguara), de Gloria Peirano (Argentina); y El bosque sumergido (Emecé), de Diego Vargas Gaete (Chile).

El veredicto se conocerá en los próximos días, informó el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, aunque no precisó la fecha.

Este año el Premio Rómulo Gallegos, que en su buena época fue uno de los galardones más importantes de la literatura en español, ha generado duras críticas entre escritores venezolanos que han sufrido la crisis y que advierten que es un reconocimiento desprestigiado al considerar que es entregado por una dictadura represiva y que ha llevado al país a un deterioro inédito en su historia.

«Basta ver la lista de obras concursantes para ver que el Premio Rómulo Gallegos se ha convertido en un hotel para turistas de la dictadura chavista. Ningún narrador venezolano que se respete se está prestando para esta farsa», expresó en julio el novelista y cuentista Rodrigo Blanco Calderón en su Twitter.

A su comentario se unieron otros autores advirtiendo que quienes participaban en el premio estaban legitimando al régimen, sancionado por Estados Unidos y Europa, y cuyo líder, Nicolás Maduro, está en el poder gracias a unas dudosas elecciones.

Entre los postulados se encontraban autores conocidos como Patricio Pron, César Aira y Rodrigo Fresán.

Pron incluso justificó su participación explicando que el Rómulo Gallegos es un premio ganado por escritores que admira: «Se trata de un premio establecido hace décadas y que creo pertenece a todos los venezolanos, no solo a los de un sector u otro».

Pero recibió una respuesta tajante del escritor  José Urriola: «Imagine que ese premio estuviera organizado en 1978 por la Junta Militar dirigida por Videla. Y uno le dijera a usted que el premio no le pertenece ni a un sector ni al otro. Y que ojalá lo ganara para poder visitar a los queridos amigos argentinos que viven en dictadura».

Públicamente se retiraron dos escritores, la venezolana María Pérez-Talavera y el peruano Gustavo Faverón Patriau. Ambos argumentaron que se habían postulado tomando en cuenta el prestigioso pasado del galardón pero que optaban por no formar parte de un espacio politizado.

«No me veo recibiendo un premio del gobierno de Nicolás Maduro, que tantas sombras ha echado sobre una nación que no se merece ninguna: ni las que llegaron con el chavismo ni las muchas anteriores», dijo Faverón Patriau.

Mientras que Pérez-Talvera señaló: «No quiero ser parte ni instrumento de una plataforma politizada. Mi interés en lo literario reside únicamente en lo literario».


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