Annie Ernaux
Julie SEBADELHA / AFP

La escritora francesa Annie Ernaux, galardonada este jueves con el Premio Nobel de Literatura, es autora de una obra esencialmente autobiográfica, un retrato sensible de la intimidad de una mujer a lo largo de los cambios que sufre su país en el siglo XX.

Recibir el Nobel «es recibir la responsabilidad de atestiguar (…) una forma de justicia respecto al mundo», reaccionó la autora.

Profesora de Literatura de la universidad de Cergy-Pontoise (suburbio de París), Ernaux ha escrito una veintena de obras, en las que analiza la lucha de clases y la pasión amorosa, dos temas que marcaron su vida de humildes orígenes.

Escritora que se reivindica de izquierdas, Ernaux nace en 1940. Hasta sus 10 años vive en el café y colmado que regentan sus padres, un lugar «sucio, feo, vomitivo» en un pequeño pueblo sin historia en Normandía, Yvetot.

Ernaux deja ese ambiente humilde y popular gracias a sus estudios y a un diploma de Letras Modernas.

Esta mujer alta y de cabellera rubia se inicia en la Literatura con Los armarios vacíos (1974), una novela de tono áspero y violento.

Estilo directo

En ella, la protagonista describe con rabia los dos mundos incompatibles en los que se desenvuelve cuando era adolescente: por un lado la ignorancia, la zafiedad de los clientes borrachos del café, la estrechez mental de sus padres, y por otro lado, la facilidad, la ligereza de las chicas de clases más acomodadas con las que convive en la escuela.

Sus obras irán girando en torno a ese pasado familiar. Ernaux repara lo que considera una traición respecto a sus padres con El lugar y Una mujer (1988).

Destaca también El acontecimiento (2000), sobre el drama de un aborto clandestino que sufrió en 1963, y que fue llevada al cine con éxito el año pasado.

Su estilo seco y sin lirismo ha sido objeto de estudio, y denominado «autobiografía impersonal».

Es con Los años (2008) que consigue evocar el destino de toda su generación, la de los hijos de la guerra marcados por el existencialismo de la posguerra y luego, en los años 1960, por la liberación sexual.

A través de la evocación de objetos, palabras, canciones, hasta emisiones de televisión, logra reencarnar esos años accidentados.

«Una suma de experiencias»

En el último Festival de Cannes, en mayo de 2022, Ernaux retomó ese mismo itinerario pero con formato audiovisual, con decenas de pequeñas grabaciones familiares en super 8, filmadas por su exmarido entre 1972 y 1981. El resultado fue Les années super 8, presentado durante la Quincena de Realizadores.

Annie Ernaux es «una mujer que escribe, eso es todo», declaraba a AFP durante el festival.

«No me considero para nada un ser singular, sino como una suma de experiencias, también de determinaciones, sociales, históricas, sexuales, de lenguajes, continuamente en diálogo con el mundo (pasado y presente)» explica también en L’écriture comme un couteau (La escritura como un cuchillo).

Una de sus modelos es la feminista Simone de Beauvoir, de la que toma prestado esa atención cuidada a los detalles que jalonan su vida: La vergüenza (1997), sobre su pérdida de virginidad, el aborto clandestino de El acontecimiento, el fracaso de su matrimonio en La mujer helada (1981) o la experiencia de un cáncer de seno en L’usage de la photo (2005).

Con Pura pasión (1992) describe de manera cruda la enajenación amorosa.

Desde 1977, vive en Cergy-Pontoise, una ciudad de los suburbios parisinos, que retrata en obras como Mira las luces, amor mío (2014).

Ernaux ha ganado, entre otros, el Premio Renaudot en 1984 y fue finalista del Booker International en 2019.


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