Alejandra Oraa
Foto Cortesía CNN

Alejandra Oraa nunca imaginó que el escenario de los premios Emmy 2020 estaría en su casa: desde allí presentó la primera edición en español de los galardones más importantes de la industria de la televisión. Tampoco esperaba ganar dos estatuillas por Café CNN y Destinos, programas que conduce, transmitidos por CNN en Español.

2020 ha estado marcado por el covid-19 y, para Alejandra Oraa, este año no deja de sorprenderla. La venezolana de 32 años, nacida en el estado Vargas, tenía la esperanza de conseguir el Emmy al Mejor Programa Matutino en Español por Café CNN. Sabía que no sería fácil: en 2016 le costó conseguir la estatuilla.

Alejandra Oraa
Foto de la gala de los premios Emmy en 2016 | Foto Cortesía CNN

Oraa está consciente de que tiene una fuerte competencia en la carrera por el Emmy. Cada año, CNN en Español se enfrenta con cadenas hispanas en Estados Unidos, como Telemundo y Univisión, que destacan por su experiencia y recursos. “Los dos canales cuentan también con presupuestos enormes para sus programas matutinos Nuevo día y Despierta América”, señala la periodista, quien nunca dio por segura la victoria.

Era su gran meta lograrlo este año, así que enfocaron esfuerzos en hacer un trabajo sobresaliente que pudiera ser reconocido. Lo consiguieron: Café CNN se alzó como Mejor Programa Matutino en Español y, además, se llevaron la estatuilla al Mejor Programa de Entretenimiento por Destinos.

Alejandra Oraa
Alejandra Oraa en Destinos | Foto Cortesía CNN

La también embajadora de las Naciones Unidas, quien se convirtió en 2011 en la periodista más joven en la pantalla de CNN en Español, ya tiene en su haber seis Emmy. El primero lo ganó en 2016, y repitió en 2017 y 2018 por Destinos. Y en 2019 recibió la estatuilla a la Mejor Presentadora.

Este año suma dos más a la lista de galardones en medio de la crisis mundial del covid-19, retos, cambios y una contingencia que le mostró el lado más humano del periodismo.

El set en casa

Los grandes sets de trabajo quedaron en el pasado. La crisis causó cambios drásticos y Oraa asumió el reto de transmitir Café CNN a 40 millones de televidentes en América Latina desde su casa.

“2020 demostró la importancia de la simplicidad. Los lujos, las luces, las cosas grandes no son lo que hacen grande a un programa. Lo que lo hace es su gente, su contenido y el servicio social”, reflexiona.

Es un trabajo titánico producir un programa desde casa, algo que jamás pensó que haría. “Aprovechamos los recursos de la tecnología común y corriente. Estamos viviendo como comunicadores lo que están viviendo los profesionales en cualquier parte del mundo”, señala. Y añade: “Jamás en la vida pensé que por meses trabajaría desde la sala de mi casa. Pero llegó 2020 para sorprenderme”.

Alejandra Oraa
ALa periodista en una de las galas pasadas de los premios Emmy | Foto Cortesía CNN

La prioridad es mantener la calidad y resguardarse del virus. “En Estados Unidos las cifras son preocupantes. La idea es que podamos ser lo suficientemente independientes para mantenernos sanos”, señala.

Como todo en este año, no fue fácil lograrlo. El equipo de CNN mantuvo reuniones para especificar cuál iba a ser el “estudio” a utilizar en casa.

“Nos dotaron de la as herramientas necesarias. Lo más importante es que en 2020 los periodistas que trabajamos en CNN descubrimos de qué estamos hechos. Tenemos que trabajar desde la esencia y desde la conciencia en casa. Hay que confiar en el raciocinio y en la madurez de la persona para llevar a cabo un buen programa sin tanto apoyo”, afirma.

Los primeros meses fueron los más estresantes para Oraa, pero ahora lo considera una experiencia enriquecedora. “Nos dimos cuenta de que como equipo podemos confiar en cada persona y podemos presentar un programa internacional desde nuestra casa”, sentencia.

Al hablar de las recientes elecciones en Estados Unidos, en las que Joe Biden venció a Donald Trump, la periodista de CNN asegura que fueron unos comicios bastante particulares en cuanto a cobertura, en medio de la pandemia y en tiempos de mucho fanatismo.

“Como periodista entiendo la necesidad de informar con hechos. En ocasiones criticaron cuando se reportó lo que Trump dijo sobre el fraude. En CNN apostamos por demostrar con hechos por qué algunas opiniones son o no verdad”, explica.

La crisis por el coronavirus también influyó en este proceso y en la cobertura de los medios en Estados Unidos. “Estamos en un momento complejo y álgido por la pandemia, así que los fanatismos estuvieron a flor de piel entre los seguidores”, explica.

Sin embargo, se mantiene firme y contundente al mostrarse a favor de la de la libertad de expresión. “Estoy en contra de los ataques a los medios por hacer su trabajo. También estoy en contra de los ataques a una persona en específico por hacer el trabajo de informar”, destaca.

Y reitera: “Las opiniones no cambian los hechos, pero los hechos pueden cambiar las opiniones de una persona con raciocinio”.

La pandemia, continúa Oraa, también ha llevado a los medios a adaptarse a nuevas maneras de informar. “Cambiamos mucho hacia las plataformas de las redes sociales y hacia la independencia de la comunicación”, comenta.

“Estamos en un momento interesante. Vimos cómo las grandes empresas, esas que fundaron el periodismo en Estados Unidos, se tuvieron que adaptar a plataformas modernas. Estoy segura de que en un futuro no será extraño ver un noticiero en TikTok. Vamos a ser siempre los pioneros del periodismo en otras partes del mundo. Así que veo este cambio con entusiasmo”, señala.

Informar en tiempos de crisis

Nadie estaba preparado para una crisis global como la del coronavirus. Por primera vez, dice Alejandra Oraa, los periodistas también son protagonistas de las noticias.

“Es muy complejo mantener el sentimiento a un lado. Este año abandonamos la palabra “imparcialidad”. Necesitamos hablar de lo que sentimos de manera eficaz y esperanzadora porque nos ven como ejemplo”, señala Oraa.

Para ella 2020 ha sido complicado. “Lo que sucede me afecta como ser humano. Creo que a todos en algún momento se nos ha aguado el guarapo, como dicen en Venezuela. No es fácil mantener la estabilidad mental, no quebrarse”, afirma.

Mantenerse imparcial es el gran desafío que enfrenta como periodista en un año donde el covid-19 cobró la vida de 1.425.217 personas, según Worldometer.

“Si veo lo que está pasando en Venezuela se me parte el corazón porque mis familiares están allí. Es complejo mantenernos imparciales. Para mí es un desafío como comunicadora”, revela.

Estos tiempos de crisis también trajeron la capacidad de resiliencia. “Es muy complejo saber cómo reaccionar de un día para otro y, sobre todo, cómo manejarlo como periodistas. Creo que los medios de comunicación han estado a la altura”, destaca.

Alejandra Oraa considera que los medios, más que nunca, se fortalecieron. “Se afianzó el valor de los medios en un año donde tenemos que estar hiperconectados y necesitamos toda la información”, reafirma.

Aunque no cree en el término “nueva normalidad” sí se muestra segura de que la televisión y la prensa seguirán allí para el público. Incluso considera que se va a valorar más el trabajo periodístico cuando cese la pandemia.

“Se le va a dar más importancia a la necesidad de informar de manera eficaz, sin partidismos. Sobre todo, se valorará la cercanía de un periodista. Nos dimos cuenta de que somos humanos y que necesitamos también la parte del sentimiento dentro de una noticia, porque no nos podíamos alejar de ella”, explica.

Y concluye: “La pandemia ha hecho que el periodismo sea más humano”.


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