Con el frío decembrino… ¿a quién no se le antoja una buena taza de chocolate caliente con unas ricas galletas, un pain au chocolat o unos cruffins? Cualquier época del año es propicia para degustar esta bebida de los dioses, pero diciembre es el mes perfecto para compartirla y disfrutar gratos momentos, porque se trata de un sabor que es parte de nuestra memoria genética, de las historias familiares, de las salidas y recompensas emocionales que todos merecemos.

El venezolano tiene un gusto especial por la taza de chocolate, pues le evoca sentimientos de refugio y amores. Pero no es sencillo encontrar una verdadera taza de chocolate, esa que se elabora desde el grano de cacao, sin leche ni espesantes, pero sí con muchas y curiosas adiciones que recrean esa oscura delicia que reconforta el espíritu y parece abrazar el alma.

Chocolate de verdad

Verter su más pura esencia en una taza es la especialidad de Cakawa. «Cuando el cacao llega a nuestra chocolatería es porque ya tenemos mucho tiempo trabajando en el campo una idea, un sabor, una experiencia seductora», asegura Soraya Achkar, CEO de Cakawa. «Cuando lo pruebas, te das cuenta de la diferencia tan brutal entre todo lo que comúnmente comemos y nos dicen que es chocolate. Este es chocolate de verdad».

A partir de este concepto, la chocolatería Cakawa desarrolló una deliciosa propuesta para motivar pasiones, alegrar el alma y calentar el cuerpo, todo con 11 diferentes tazas de  a partir de creaciones especializadas, de autor. «Y las puedes acompañar con diferentes tipos de galletas, pancitos de chocolate, croissant, tortas y bombones», propone la chocolatera. «Es un menú de tazas de chocolate caliente para que recuperemos la memoria ancestral, nos resguardemos en el abrazo que da aliento y ponernos en clave creativa con cada sorbo».

Entre las delicias más pedidas en Cakawa, está el chocolate caliente con crema chantilly, que al decir de Soraya Achkar, tiene la capacidad de «recuperar cualquier herida del alma en segundos. Es como si fuera una varita mágica que tocara nuestra herida y la reparara sin dejar huellas».

Asimismo, cuando Cakawa creó sus 11 tazas de chocolate, no quiso dejar por fuera al helado, porque se trata de un postre que trae consigo los más felices recuerdos. «Crecimos con el helado como parte de nuestra cesta de diversión y consentimiento. Por eso fue obligado crear una taza de chocolate caliente con helado de mantecado y una lluvia de galletas de mantequilla y chocolate».

Chocolate se puede tomar en varios lugares de la ciudad, pero disfrutarlo de 11 maneras diferentes, solo es posible en Cakawa, porque se trata de 11 experiencias al paladar y miles de sensaciones y cuentos alrededor de un chocolate de otro nivel.

Cakawa está en la 1ra. Transversal de Altamira, edificio Mónaco, Caracas, y abre de martes a domingo, de 11 am a 7 pm. Para mayor información @vecakawa


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