El ser humano, según la ciencia, está programado biológicamente para consumir alimentos que tengan un alto índice glucémico. Esto, en teoría, causaría la muchas veces problemática necesidad de comer o, mejor dicho, devorar todo aquello que esté elaborado con –o a base de– azúcar.
La liberación de dopamina es inmediata. Es casi una experiencia religiosa: se erizan los pelos del cuerpo y las sonrisas dejan de ser finitas, así como la dilatación de las pupilas; los resoplos de satisfacción aumentan y la saciedad parece no tener límites. Se pierde la consciencia, atribuyen expertos, al ser sustituida por la glotonería. O, como sugerirían los creyentes, se cae en el quinto pecado capital: la gula.
Ante esta realidad, y después de haber estudiado minuciosamente algunos de los países latinoamericanos con alto consumo de meriendas o snacks, Mondelēz Internacional, desarrolló un proyecto pionero hace cinco años llamado Mindful snacking, con el objetivo de ofrecer a las personas una amplia gama de galletas y golosinas de alta calidad con las que puedan tomar las mejores decisiones al momento de ser consumidas. «Se trata de facilitar la vida del consumidor para que disfrute de sus tentempiés en cualquier parte del mundo, en cualquier momento del día y hacerlo de forma consciente», asegura Rubén Echeverri, gerente general de Mondelēz Venezuela. «Y al fin, este proyecto lo hemos lanzado en Venezuela».
La técnica que ayuda a no terminar el paquete de galletas
Atracones por estrés, ansiedad recalcitrante, pensamientos como «nunca es suficiente», no son escenarios hiperbólicos. Al contrario, son comportamientos que se repiten constantemente a nivel mundial. Venezuela, por supuesto, no escapa de esa realidad.
Según un estudio realizado en 2.120 hogares por Atenas Group para Mondelēz Venezuela este año, con efectividad de 1.800 respuestas y un nivel de confianza de 90%, la tendencia del consumo entre los venezolanos es muy variopinta. Sin embargo, todas apuntan a que la merienda es obligatoria para cada uno. Por ejemplo, la encuesta arrojó que 58% de los consumidores siempre planifican algún tipo de merienda en su día, aunque 21% no suele comprar a menudo productos para merendar. Asimismo, 32% de los encuestados dijeron que sí se organizan para consumirlas y realizan sus compras.
Por su parte, 70% de los entrevistados señaló que meriendan siempre que se encuentran haciendo actividades creativas y 91% lo hace consumiendo galletas dulces o saladas. «El ciudadano común merienda a mitad de mañana y a mitad de tarde. Asimismo, en el desayuno, un elemento importante es la galleta. Ahí entran los hábitos y por eso diseñamos un producto que acompañe esa elección a través de la practicidad y la conveniencia», describe Echeverri.
«La compañía tiene un arraigo en Venezuela de más de 80 años. Basados en esta proyección, y a propósito de nuestro aniversario en octubre, iniciamos la campaña en el país de Mindful snacking con el objetivo de empoderar a nuestros consumidores y que sepan concientemente por qué escogen lo que consumen cuando meriendan y qué deberían buscar o esperar experimentar», subraya.
Para Mondelēz, enfocarse en el presente puede contribuir a que el consumidor tenga una experiencia satisfactoria y positiva de snackeo. Por eso, el principio básico del proyecto radica en hacerse responsable de leer lo que se está consumiendo y que eso genere tranquilidad. «La idea es no sentir remordimiento, que las expectativas no se rompan, que el chocolate o la galleta que elijan para merendar no conviertan en una carga», destaca.
“Buscamos una conexión con las marcas que brinden felicidad y disfrute… Como cuando te comes una Oreo”
La garantía de un consumo consciente
Consumo consciente se lee, dice y entiende rápido. ¿Pero es posible? «Por supuesto», señala Fabiana Rodríguez, gerente de asuntos corporativos. «Lo primero es enseñando, formando y repitiendo», dice.
«La importancia de la campaña radica también en mostrarle al público el contenido calórico e ingredientes de los productos en términos prácticos», explica. «Eso contribuye a la toma de decisiones con respecto a qué comer o consumir durante el día… ¿2, 4 o 6 galletas? Desde Mondelēz Venezuela exhortamos a que se hagan tres simples preguntas: por qué quiero comer (porque necesitas energía, porque es un premio o recompensa), qué quiero (dulce o salado, cremoso o crujiente) y cómo», enfatiza. «Tener clara la razón por la que me lo quiero comer es el primer paso, luego aparece la reflexión a través de la textura, el sabor y el aroma. De esa forma aparecerá el deseo de saciedad, no el de la impulsividad».
Para garantizar el éxito del Mindful snacking, se valdrán de alianzas con entes como el Dividendo Voluntario para la Comunidad; así, con mayor amplitud, podrán hablarle a comunidades, escuelas, hogares e instituciones cuyas poblaciones varíen entre niños, niñas, adolescentes y adultos.
«Esta campaña es un proceso de formación continua para nosotros», añade. «Dentro de este concepto no solo ofrecemos un portafolio de cosas que gratifican en momento particulares. Además de una conexión con la emoción, ofrecemos una conexión nutricional entendible y evidente en un empaque de cualquiera de nuestras marcas».
Mondelēz histórico con Oreo y Club Social
Mondelēz International como empresa líder a nivel mundial en el segmento de golosinas, actualmente, opera en más de 150 países. En Venezuela, tiene dos plantas de producción en los estados Lara y Carabobo, en las que se elaboran productos con altos estándares de calidad en categorías de consumo masivo como galletas (dulces y saladas), bebidas en polvo y untables, con un portafolio de 50 referencias y marcas icónicas como: Oreo, Belvita (Kraker y Hony Bran), Sorbeticos, Soda Premium, Club Social, Chips Ahoy, Tang, Halls Trident y Cheez Whiz, entre otros.
En el país, sin embargo, se lleva la batuta la galleta cuya canción deletrea algo parecido a: la mejor cremita, el mejor chocolate, y juntos en el mejor sabor, Oreo. Acto seguido, y sin tanta diferencia, se ubica Club Social.
«Venezuela es el primer país en Latinoamérica donde se fabrica Oreo. La marrón data de más de 70 años de historia. De hecho, y esto es información exclusiva, hoy podemos decir con orgullo que tiene 100 % sello criollo pues está hecha 100 % con cacao venezolano», manifiesta. «Ese es otro tema, pero lo abordaremos en 2024», rectifica.
«A lo largo del tiempo la Oreo ha sabido cómo calar en el colectivo a través de sus sabores como pie de limón, piña colada, fresa y chocolate, café, fudge de chocolates blancos y marrón, o a través de empaques temáticos ilustrando a Zulia, el Oriente y Centro. «Es una marca global claramente, pero están demasiado conectados con el país. Nuestras Oreo son parte del arraigo y del acervo cultural venezolano; tiene su propia identidad y por eso es la #1 entre los consumidores», ataja.
Por su parte, Club Social tiene cédula de identidad venezolana hace 60 años, así como las Kraker y Hony Bran con 4 décadas en el mercado o las Sorbeticos, también icónicas, con 51 recién cumplidos este noviembre.
«Para Mondelēz, Venezuela es importante porque fue el primer país donde tuvimos una planta en Latinoamérica. Así es la relevancia que tuvo, tiene y tendrá este territorio», señala Echeverri.
Un trabajo arduo y constante para Mondelēz
Para Rubén Echeverri y Fabiana Rodríguez el compromiso no es de un día, semana, mes o año. Se trata de constancia. «A pesar de las dificultades, todos en mayor o menor medida sabemos cuáles (económicas, políticas, sociales), cumpliremos con el país. Dejar de producir no es una opción, así como tampoco lo es que el venezolano deje de consumir sus snacks favoritos. Los números hablan y también nosotros», destacaron.
Destacan, además, que a medida que Venezuela se recupere, más serán las apuestas de la compañía en el mercado a través de nuevos lanzamientos y campañas. «Tenemos la misión de liderar el futuro creando snacks de la manera correcta para que tanto las personas como el planeta los amen y disfruten. Estamos enfocados en hacerlos más sustentables, usando además menos energía, agua y desperdicio, con ingredientes que los consumidores conocen y en los que confían. Tenemos objetivos específicos de los cuales nos responsabilizamos y continuamos progresando y ampliando nuestros esfuerzos para lograr un cambio significativo en el ambiente», detallaron.
Saben que aplicar el Mindful snacking en el país no garantizará un cambio automático. «Pero creando consciencia construimos mejores consumidores y ese es el primer paso. Cada ciudadano tiene sus necesidades y estaremos acompañándolos a todos en el camino».
Este acompañamiento se propone gracias a la información nutricional y de porciones sugeridas, recalcadas en cada empaque de snacks que forman parte de su portafolio. «Esto contribuirá a la toma de decisiones conscientes por parte de los consumidores», explica Rodríguez. «Esta información está presente tanto en los empaques individuales que equivalen a una porción sugerida, como en los empaques más grandes, que incluyen varios paquetes individuales», agrega.
«Es como un segundo capítulo», añade Echeverri. «En él, el consumidor pueda identificar con mucha más facilidad el contenido calórico, CPE, contenido neto, fecha de vencimiento, listado de ingredientes, entre otros. ¿Qué queremos con esto? Evitar fraudes. Cuando hay un registro, el producto existe legalmente en el país y posee una cadena y trazabilidad sobre la calidad que presenta. Si no tiene nada que lo identifique, hay riesgo», describe.
“En los últimos años ha habido una proliferación de contrabando de productos sin registro o certificado. Defendemos ese punto vehementemente no solo en la fabricación sino la distribución”
El Mindful snacking pretende construir un estilo de alimentación consiente e intuitiva para que los consumidores en Venezuela puedan disfrutar cada bocado de su snack incorporando sensaciones físicas y emocionales lo que trae como consecuencia efectos positivos previamente probados. Uno de los fundamentos de este movimiento es evitar los atracones y comer por comer, sin generar alguna resistencia o tener restricciones.
Se trata de hacer un uso más inteligente de la información nutricional para satisfacer sus necesidades, reeducar los hábitos de consumo y preferencias; hacer una pausa y concentrarse en cómo reacciona el cuerpo y mente, así como aprender a descifrar los mensajes que ambos mandan a los que muchas veces no se hace caso. «En Mondelēz Venezuela queremos que comer sea una experiencia más agradable y nutritiva, con una atención 100% plena», concluyen.