Un grupo de 77 de 115 pasajeros del vuelo de Conviasa Caracas-Buenos Aires que debieron embarcar el 26 de mayo pasado persistían ayer en su exigencia de viajar a su punto de destino, por lo que se mantienen en las instalaciones del aeropuerto internacional de Maiquetía, estado Vargas. “Aquí estamos soportando un trato inhumano, pues no nos dan ni agua”, se quejó una persona que solicitó no mencionar su nombre.

Ella y otros 76 compañeros de desventura están varados en el terminal desde hace 7 días porque la línea aérea  suspendió unilateralmente el vuelo y les dio solo la opción del reintegro del dinero del boleto. “Esto es una burla. Acepté el reembolso, pero pasan los días y no me han pagado, además de que solo me reconocen 720.000 bolívares, cuando originalmente pagué 1.200.000 bolívares”, reveló un pasajero que iba a viajar a Madrid, España, y que solicitó guardar su nombre en reserva.

Además de quienes pretenden ir a Buenos Aires, frente a las taquillas de Conviasa permanecen otros 10 que volarían hacia Madrid. La versión extraoficial de por qué padecen ese calvario es la falta de permisos que Conviasa presenta para aterrizar en el extranjero, aparte de las fallas en los equipos que inciden en los retrasos de los vuelos desde el 5 de mayo.

Sin embargo, Luis Osorio, cuyo destino es Buenos Aires, lo desmiente porque la aerolínea mantiene la venta diaria de boletos a otras rutas internacionales como Bogotá, Cuba y Panamá.

Luis Guerra contó que vino de La Victoria, estado Aragua, y ha permanecido días en el aeropuerto a la espera de una respuesta de Conviasa. “Estamos sin alimentos, ni dinero y totalmente abandonados por esta empresa que no ha sido responsable con sus usuarios. Solo a los argentinos los están embarcando por Aerolíneas Argentinas para evitar un roce diplomático”, dijo.

Los pasajeros varados sobrellevan su situación con la ayuda de los parientes y la solidaridad de otras personas. “Una monja nos trae el almuerzo que a veces es la única comida fuerte del día. El resto del día nos las arreglamos con chucherías y café, pero son carísimos”, contó una pasajera.

“No hay ninguna información. Me vine con la esperanza de poder salir, pero no estaba preparado para encontrarme con esta cruda realidad de tener que quedarme durmiendo en el aeropuerto hasta tanto logre llegar a Argentina donde debo estar este mismo mes”, manifestó Romer Ojeda, quien vino de Barquisimeto, Lara. Asegura que no acepta la reprogramación del vuelo ni el reembolso.

Miguel Cortez, deportista, informó que está en Maiquetía desde el 26 mayo y tiene competencia el 11 de junio. “Me he esforzado para que me embarquen, pero no ha sido posible. En este lugar hemos estado con mala alimentación y sin aseo personal. Es una situación de indigencia que atenta contra la dignidad de las personas”, expresó.

 “Me he esforzado para que me embarquen, pero ha sido imposible. En este lugar estamos con mala alimentación y sin aseo personal. Es una situación de indigencia que atenta contra la dignidad de las personas”, indicó Miguel Cortez


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