La petrolera Shell espera obtener una licencia a largo plazo por parte de Estados Unidos antes de tomar una decisión final de inversión en el proyecto de gas natural Dragón en Venezuela.
Washington otorgó en enero de 2023 una licencia de dos años para negociar y desarrollar Dragon, un campo que se encuentra en aguas venezolanas cerca de la frontera marítima con Trinidad y Tobago y que contiene hasta 4,2 billones de pies cúbicos de gas.
La licencia contempla a Shell como operador y las empresas estatales Pdvsa y la Compañía Nacional de Gas (NGC) de Trinidad como participantes en el proyecto.
Estados Unidos modificó la licencia en octubre de 2023, extendiendo su validez hasta octubre de 2025 y permitiendo a Venezuela recibir los ingresos de las ventas de gas en efectivo.
El gobierno venezolano, por su parte, dio luz verde al proyecto en diciembre mediante una licencia de 30 años, otorgando a Shell y a NGC los derechos para producir el gas y exportarlo a Trinidad.
Shell ahora está presionando para obtener una licencia estadounidense más larga para fabricar y desarrollar conjuntamente el campo con NGC, pues es posible que cuando la actual licencia se venza no esté culminada la construcción.
La compañía propuso inicialmente una licencia de 15 años, dijeron a Reuters fuentes familiarizadas con el asunto.
Una de las fuentes dijo que Shell espera que Estados Unidos otorgue la licencia, aunque no sea este año, debido a que no invertirán más de 1.000 millones de dólares «sin estar seguros de esa inversión».
El Ministro de Energía de Trinidad, Stuart Young, ha dialogado con Venezuela y Estados Unidos sobre el tema y se reunió con el Subsecretario de Estado para Recursos Energéticos de Estados Unidos, Geoffrey Pyatt, el mes pasado.
«Obviamente, una licencia de dos años tiene una ventana y esta es una transacción que llevará más de dos años», dijo Young a Reuters al margen de la conferencia CERAWeek en Houston.