agricultura familiar
Foto: Rohnal Valderrey / ©FAOVE

La agricultura familiar es la forma de producción alimentaria y agrícola más extendida a nivel mundial. Ella produce por encima de 80% de los todos los alimentos consumidos en este planeta.

Es, en sí misma, una oportunidad para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida, gestionar más favorablemente los recursos naturales, proteger el medio ambiente y lograr un desarrollo sostenible, en especial en las zonas rurales.

Por estas razones se reconoce la sabiduría y cuidado de la tierra que aportan los agricultores familiares, y los considera como agentes de cambio necesarios para lograr la meta de Hambre Cero, propuesta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se proponen el objetivo de conseguir un planeta más equilibrado y resiliente.

Esta inmensa producción de alimentos es posible debido a que las explotaciones familiares ocupan entre 70% y 80% de las tierras agrícolas a nivel mundial. Una cantidad parecida a la que registran los pescadores de pequeña escala que suman 90% del total planetario.

Agricultura familiar

La FAO entiende la agricultura familiar (que comprende todas las actividades agrícolas centradas en la familia) como una “forma de organizar la producción agrícola, forestal, pesquera, ganadera y acuícola que es gestionada y administrada por una familia y depende principalmente del capital y la mano de obra de sus miembros, tanto mujeres como hombres. La familia y la finca están relacionadas entre sí, evolucionan conjuntamente y combinan funciones económicas, ambientales, sociales y culturales”.

Ahora bien, las grandes posibilidades que ofrece la agricultura familiar, aún tiene retos importantes como la igualdad de género en las relaciones del campo, ya que, a pesar de proporcionar casi 50% de la mano de obra en la agricultura, las mujeres poseen únicamente 15% de las tierras agrícolas productivas del mundo.

En Venezuela la FAO trabaja conjuntamente con el Gobierno nacional, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de pequeños productores y escuelas públicas, en una conjunción de esfuerzos destinados al fortalecimiento de la producción de la agricultura familiar, la producción de alimentos frescos y saludables en tierras de las Escuelas Técnicas Agrícolas, la producción de semillas autóctonas y de calidad, como métodos para la recuperación de los medios de vida de las familias en situación de vulnerabilidad.

Alimentos suficientes

Actualmente y en medio de la pandemia por covid-19, la agricultura -en términos generales- enfrenta a una presión cada vez mayor para proporcionar alimentos suficientes, asequibles y nutritivos a una población mundial en crecimiento, así como por lidiar con el cambio climático y la degradación de los recursos naturales.

Estos desafíos fueron considerados por la ONU cuando decreto al período 2019-2028, como el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028) que cuenta con un plan mundial que se propone aportar una nueva perspectiva sobre lo que significa ser un agricultor familiar, en un mundo que cambia rápidamente y el papel que desempeñan los campesinos familiares en la erradicación del hambre y la construcción de nuestro futuro alimentario.

Para alimentar al mundo de forma sostenible, se precisa un cambio urgente y radical en nuestros sistemas alimentarios. Las medidas transformadoras solamente serán eficaces si abordan un complejo conjunto de objetivos interconectados que abarcan dimensiones económicas, sociales y medioambientales. Los agricultores familiares —pastores, pescadores, silvicultores, poblaciones indígenas y otros—son cruciales en esta responsabilidad: proporcionan la mayor parte de los alimentos del mundo.

Por Ernesto Navarro


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