El proceso migratorio que se presenta en Venezuela desde hace algunos años permite que una gran parte de ciudadanos se beneficie de las remesas que envían sus familiares desde el extranjero.
De acuerdo con un informe de la firma Datos al cierre de enero de 2018, 14% de la población mayor de edad (aproximadamente tres millones de personas) reciben dinero, alimentos y medicinas desde del exterior.
De ese 14%, 11% recibe divisas (euros o dólares) y el otro 3% obtiene medicinas, alimentos y también divisas.
Pilar Martínez, una española radicada en Venezuela que trabaja en un restaurant de la capital, indicó a Diario Las Américas que su hijo emigró a España en 2016 por tener la doble nacionalidad y todos los meses le manda 200 dólares. «Con eso mi esposo y yo estamos viviendo sin privaciones», dijo.
El mecanismo para que Pilar reciba la remesa es el aplicado por muchos venezolanos. Su hijo le vende y deposita los dólares en una cuenta en el extranjero a un venezolano que se encuentre en Venezuela a la tasa de cambio del mercado paralelo (alrededor de 400.000 bolívares) y el venezolano le deposita los bolívares a su madre.
“Con el dinero que nos manda nuestro hijo mi esposo y yo podemos hacer mercado sin problema y pagar otras cosas como consultas médicas y medicinas”, explicó Pilar.
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