Chile anunció este martes el cierre de ocho centrales termoeléctricas en los próximos cinco años, en el contexto de un plan que busca lograr que el país sea carbono neutral antes de 2050, con base en el impulso de las energías renovables no convencionales.

El plan, anunciado por el presidente Sebastián Piñera, prevé el cierre de centrales que representan 20% de la capacidad energética generada en el país, equivalente a 23.389 megavatios, publicó Deutsche Welle en su página web.

«De aquí en adelante, la tendencia fuerte y clara va a ser hacia descarbonizar nuestra matriz energética para poder llegar a bajar 20% las emisiones de gases de efecto invernadero durante los próximos cinco años”, afirmó el mandatario.

Chile tiene actualmente 28 centrales de carbón de las empresas Enel, AES Gener, Colbún y Engie, que aportan casi 40% de la generación eléctrica del país.

Las termoeléctricas de carbón son, además, una de las principales fuentes emisoras de CO2. 78% de los gases de efecto invernadero en el país suramericano se generan en el sector energético y las plantas de carbón son las responsables de 26%, indicó Piñera.

El plan oficial, en el contexto de las acciones que el gobierno realizan como anfitrión de la próxima COP25, que se efectuará en diciembre próximo, establece que de aquí a 2024 se cerrarán una central en la ciudad de Iquique y cuatro en la de Tocopilla, ambas en el norte del país; dos en la localidad de Puchuncaví, en el centro, y una en Coronel, en el sur de Chile.

Sin embargo, el plan ha sido criticado por organizaciones ambientalistas. «Se ha oficializado una condena al carbón por 20 años más”, aseguró Greenpeace. El anuncio «está lejos de la ambición climática que debiera liberar el presidente Piñera”, ya que «es perfectamente posible” tener un plan de cierre inmediato de las 8 plantas anunciadas y de todas las existentes en el año 2030, según esta organización conservacionista.


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