La industria petrolera en Venezuela experimenta una gran contracción en la que la producción de crudo ha caído de 3,2 millones a 2 millones de barriles diarios durante los últimos 5 años, lo cual requiere su recuperación con una gran participación del sector privado, manifestó ayer el experto Diego González. “Pdvsa tiene cerca de 18.000 pozos petroleros inactivos”, dijo el representante del Centro de Orientación de Energía.
En la mesas de discusión sobre Pdvsa, organizadas por el Cedice, González presentó una propuesta para rescatar a la estatal petrolera cuyo rol debe centrarse en administrar las operaciones al cederles a organizaciones privadas de energía de cualquier tamaño.
Dijo que mediante contratos de servicio, esos pozos petroleros inactivos pueden ser explotados eficiente y rentablemente por las compañías privadas, más ahora cuando Pdvsa no cuenta con recursos financieros propios porque los ingresos que genera por las exportaciones petroleras se los lleva el gobierno.
Recordó que mediante contratos de servicio, en la Pdvsa pre chavista se realizaron trabajos de recuperación de la producción en 3.000 pozos petroleros inactivos, con la participación de empresas privadas nacionales y extranjeras que calificaron en una ronda para ganarse el derecho de explotar esos campos.
Destacó que en Canadá y el golfo de México las rondas para ofertar campos y pozos de explotación de gas y petróleo llegan a miles cada año, y “Venezuela presenta buenas oportunidades, pero hay falta de voluntad política para hacerlo”.
Para el experto es un error del gobierno el haber centrado su política solo en la explotación de los crudos pesados de la Faja del Orinoco, pues con ello se descuidó la producción de condensados y crudos, liviano y mediano, cuyo precio es mayor en el mercado, en las áreas petroleras tradicionales del país.
Precisó que en esas áreas hay reservas de 40.977 millones de barriles que superan todas las reservas de los otros países de América Latina. Anotó que con esa base de recursos se pueden otorgar más de 600 proyectos exploratorios y de producción en la cuenca del lago de Maracaibo, Barinas-Apure y Oriental.
La socióloga Isabel Pereira insistió en fundar un nuevo contrato social en Venezuela, en el que la industria petrolera genere bienestar y progreso para la población más allá del manejo político de la renta. Se trata de un cambio en la relación entre el Estado y la sociedad, en un modelo parecido al de Noruega.
Pereira expresó que Statoil, empresa petrolera noruega mayoritariamente pública, genera recursos que benefician a toda la población dentro de una economía basada en el trabajo y el respeto a la propiedad. Refirió que el Parlamento noruego dicta las leyes petroleras, pero que en Venezuela esa materia la decreta el presidente.