La Gran Misión Vivienda, anunciada con bombos y platillos por el presidente Hugo Chávez Frías el 13 de febrero de 2011, presenta una severa desaceleración en la ejecución de obras. De la meta de 3 millones de unidades solo se han construido 800.000, equivalentes a 26,6% de lo programado, según cifras de las organizaciones sindicales del sector construcción.

Ante las dificultades de alcanzar el objetivo, previsto inicialmente para 2015, fue diferido por el gobierno para 2019. Funcionarios han asegurado que al cierre de 2017 la entrega de viviendas a las familias llegará a 2 millones.

“Si alguien conoce en detalle la marcha de ese programa son los trabajadores que están en la ejecución de esas obras del Estado”, señaló William Lizardo, presidente de la Federación de Nacional de Trabajadores de la Construcción.

La información, agregó, es recogida y reportada por las organizaciones sindicales independientes y chavistas críticas del gobierno, que “están alarmadas ante la casi paralización de las actividades, sea por el abandono oficial o por la escasez de materiales de construcción como la cabilla y el cemento, entre otras”.

El secretario general del Sindicato Único de la Construcción de Caracas, Octavio Campos, destacó que un indicador de la contracción de las actividades de la Gran Misión Vivienda es el altísimo desempleo. De 300.000 trabajadores que laboraban en los picos de actividad en esas obras en los primeros años del plan residencial, se pasó a menos del millar en todo el país, actualmente.

Sobre lo que se ha gastado en la Misión Vivienda, el dirigente del Sutic-Caracas dijo: “Ese monto es inauditable porque las obras son asignadas sin una licitación transparente, a lo que se suma la enorme rosca de corrupción en todas las fases de ejecución de los proyectos sin que el gobierno rinda cuentas sobre el uso de esos dineros, como es su obligación”.

Solo mampostería. Los sindicalistas manifestaron que no hay nuevos desarrollos de la Misión Vivienda. “La propaganda es lo que está aplicando ahora el gobierno cuando inaugura y entrega viviendas, fundamentalmente a sus seguidores y de acuerdo con las necesidades políticas y electorales”, afirmó Lizardo.

El presidente de Fetraconstrucción añadió que la visibilidad es muy importante para el gobierno. “Por ello, hay vallas publicitarias en varios puntos del país con el anuncio de ‘aquí se construye’ tal o cual desarrollo y lo que se ve son las estructuras de metal de casas o edificios”.

Precisó que previo a la realización de un acto proselitista del presidente Maduro, gobernadores o alcaldes del oficialismo arman un determinado número de apartamentos y casas colocando la mampostería, como los bloques, ladrillos, baños, pisos y alguna cerámica, pues muchas veces las viviendas son entregadas a medio hacer”.

Con este proceder, indicó Lizardo, el oficialismo pretende mostrar a la población el espejismo de muchas viviendas edificadas cuando en realidad desde marzo de 2013, año en que Maduro asumió la presidencia, se han entregado 12.000 unidades.

“Las 800.000 viviendas construidas por el gobierno socialista no llegan ni a la mitad de los edificios de las urbanizaciones populares y de clase media de Caricuao, Palo Verde, Menca de Leoni y El Valle-Coche, construidas en la Gran Caracas durante las décadas de los setenta y ochenta”, recordó Campos.

Añadió que en las cifras oficiales de ejecución de la misión, el oficialismo suma las viviendas ya existentes de la misión Barrio Nuevo Tricolor, a las cuales se le hacen reparaciones menores o pintura. Aun así, en la realidad no se llega al millón de unidades.

Destacó que la mayor cantidad de casas y apartamentos de la Misión Vivienda fueron entregados en el gobierno de Hugo Chávez, y recordó que hasta 2012 el sector privado participó en las obras, pero actualmente está excluido.

El sindicalista refirió que la paralización de los trabajos en la Misión Vivienda comenzó en abril pasado. Al evaluar los resultados en la región capital señaló que un centenar de edificios fueron construidos en terrenos residenciales y estacionamientos expropiados, y cuyos dueños originales todavía esperan ser indemnizados debidamente por el Estado.

Los desarrollos residenciales más importantes en Caracas son Ciudad Caribia, Ciudad Miranda y Fuerte Tiuna, de los cuales se han entregado apartamentos levantados en las primeras fases de ejecución porque las obras están prácticamente paralizadas. En igual situación se encuentran los demás proyectos, entre ellos Ciudad Belén y Caña de Azúcar, edificados en otros estados del país.

Indicó que ya no están en las obras las empresas de Irán, Bielorrusia y Rusia, involucradas en la Misión Vivienda a través de los convenios binacionales de cooperación, porque el gobierno no tiene con qué pagarles. Sobre las constructoras de China anotó que quedan 400 trabajadores de ese país en Fuerte Tiuna, pero las obras no avanzan porque tampoco les pagan.

RECUADRO

El mayor desempleo de la historia

La industria de la construcción nunca antes había registrado una recesión tan grande como ahora, con una tasa de desempleo de 97%. La actividad está paralizada en los proyectos del sector público y privado, afirmaron los dirigentes sindicales William Lizardo y Octavio Campos.

En condiciones normales, la construcción genera 1,7 millones puestos de trabajo formal, pero con la profunda contracción de la economía venezolana se han destruido 1.210.000 empleos. “El sector más perjudicado son las empresas privadas que mantienen la mínima plantilla de personal, integrada por los trabajadores más calificados que las empresas no quieren perder, y los encargados del mantenimiento de la maquinaria”, señaló Campos.

Lizardo destacó que las pocas obras privadas en ejecución son algunos hoteles y centros comerciales “porque viviendas no se están construyendo”. Agregó que por la pérdida del poder adquisitivo de la población, los trabajadores por cuenta propia son contratados para reparaciones de extrema urgencia. “En condiciones normales, en el país trabajaban 1 millón de albañiles, hoy si acaso llegan a 10.000”.


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