La tercera es la vencida. Luego de que el presidente Nicolás Maduro prorrogó la entrada en circulación del bolívar soberano en dos oportunidades y le quitara otros dos ceros, además de los tres que le restó inicialmente, mañana será el día en el que entrará en vigencia el nuevo cono.

La reconversión, sin embargo, anunciada por el mandatario el 22 de marzo, se iniciará con una gran contrariedad: ningún cajero automático dispensará el bolívar soberano el martes 21 de agosto porque no han sido calibrados.

Hasta el jueves pasado ninguna agencia había recibido el nuevo cono. Trabajadores de la banca pública y privada recibieron instrucciones de distribuir la nueva familia de billetes y monedas a todas las entidades financieras desde el viernes hasta hoy.

Claudio Rivas, secretario general de la Fetrabanca, informó que cada banco puede tardar aproximadamente 15 días en el proceso de calibración. “Tienen que probar el tamaño y el grosor del billete y actualizar las denominaciones que salen en la pantalla del cajero”, expresó.

De los billetes de 1.000, 2.000, 5.000, 10.000, 20.000 y 100.000 bolívares, denominaciones que coexistirán con el nuevo cono, hasta abril había en circulación 1.944,4 millones de piezas, según el Banco Central de Venezuela, razón por la cual ha habido una fuerte escasez del papel moneda, pues se necesitarían 17.000 millones de piezas para cubrir las necesidades.

“Todavía no sabemos si hay suficientes bolívares soberanos para satisfacer la demanda”, dijo Rivas.

El economista Leonardo Vera afirmó que será muy difícil que la nueva familia de billetes y monedas pueda salirle al paso, por un tiempo prolongado, al problema de la escasez de efectivo.

Indicó que solo hay dos piezas, las de 200 y 500 bolívares soberanos, equivalentes a 20.000.000 y 50.000.000 de bolívares, que son diferentes a las que ya existen. Las demás prácticamente están obsoletas.

Una de las grandes interrogantes entre los ciudadanos es qué pasará con el dinero que tienen en las cuentas. Aseguran que perderán una parte cuando la banca haga el cambio al soberano. “Voy a chequear cuánto dinero me queda porque con el redondeo no sé a dónde irán a parar esos decimales, entonces prefiero gastarlos ahorita. No le voy a dar mis reales a nadie”, afirmó una usuaria.

Rivas añadió que hay una gran incertidumbre sobre qué pasará con esos números que están a la derecha: si el cliente los pierde o si el banco aproxima el monto. “Lo sabremos el martes cuando revisemos nuestras cuentas”.


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