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Campo petrolero venezolano. Foto: EFE

A continuación, presentamos la situación del mercado petrolero internacional y Venezuela, contenidos en el Boletín Petrolero N° 55 del 03 de junio, con datos actualizados al 16 de junio.

La versión completa del Boletín Petrolero N° 55, está a disposición en mi blog www.rafaelramirez.net, para la revisión y discusión, dada la importancia, sobre todo para Venezuela, de la situación actual del mercado petrolero y la geopolítica del petróleo.

La Unión Europea bloquea el petróleo ruso

El 30 de mayo, la Unión Europea (UE) decidió el sexto paquete de sanciones a Rusia, que incluye el bloqueo al petróleo ruso, afectando el suministro de 4,1 millones de barriles día (MMBD), entre petróleo y productos de petróleo, a un mercado que consume 15,5 MMBD.

La medida afecta, directamente, el suministro de petróleo y productos rusos a Europa por vía marítima (2,8 MMBD), excluyendo, temporalmente, los volúmenes transportados vía oleoductos (1,3 MMBD), por la fuerte oposición de Hungría y otros países que no tienen acceso al mar.

La decisión de la UE de bloquear el suministro de petróleo ruso, el segundo mayor exportador de petróleo del mundo, se suma a la medida similar tomada por los EE.UU., el pasado 8 de marzo, que restringió el suministro de 600 MBD al mercado norteamericano. Estas medidas que afectan al segundo mayor exportador de petróleo del mundo se reflejaron de inmediato en los precios del petróleo, cotizando al alza el 30 de mayo, donde el Brent superó los 120 dólares el barril, mientras y el WTI lo hizo sobre los 115 dólares, manteniéndose sobre esos valores.

Los precios del petróleo se han venido recuperando desde mediados del 2021, por los recortes de producción de la OPEP+ y la recuperación de la economía mundial. A inicios de este año, el petróleo se cotizaba por encima de los 80 dólares el barril, mientras que la demanda para este año se proyecta en 100 MMBD, una extraordinaria recuperación de 10 MMBD de la demanda, luego del colapso de 2020 producto del covid.

Sin embargo, los factores geopolíticos, producto de la invasión rusa a Ucrania han impuesto sobre el mercado lo que se llama, técnicamente, un premium de guerra, estimado en 30 dólares el barril. Hoy día el petróleo fluctúa en una banda de precios entre 110 y 120 el barril.

El alza de los precios ha impulsado la inflación anual de las grandes economías industrializadas, superando 8% en Estados Unidos y la Unión Europea, y 9% en Reino Unido, situación que ha incidido en una contracción de 1,2 puntos en la economía mundial para 2022, de acuerdo al último reporte del Banco Mundial.

La OPEP+ y el mercado petrolero

En su vigésima novena reunión ministerial del 2 de junio, la OPEP+ incrementar su producción en 648 MBD, adelantando así la flexibilización del recorte de producción, que culminaría en septiembre y no en diciembre, como estaba previsto.

El último reporte de la OPEP señala que la producción de petróleo de Rusia, aunque tuvo un incremento de 150 MBD para el mes de mayo, continúa 800 MBD por debajo respecto a los niveles de producción de marzo. Las estimaciones de la OPEP prevén que la producción de petróleo ruso promedie una caída de 500 MMBD en 2022 y quede 9,5 MMBD en el año, datos que la misma Organización considera están sujetos a “una gran incertidumbre”.

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El informe de la OPEP refleja que otros países como Libia y Kazajistán, mostraron caídas mensuales de 186 MBD y 175 MBD, respectivamente, debido a factores geopolíticos, así como continúan los problemas de producción en países como Nigeria, Angola, Irán y Venezuela. La OPEP+ se ha mantenido, en los últimos 10 meses, por debajo de las cuotas acordadas, lo cual ha estrechado la oferta de petróleo al mercado.

Existen pocos países productores que han incrementado su producción este año.

Estados Unidos se mantiene como el mayor productor del mundo. El último reporte semanal de la EIA, del 09 de junio, muestra que la producción de petróleo norteamericana se mantiene en 11,9 MMBD al mes de mayo, mostrando un aumento de 600 MBD desde el inicio del año, sobre todo por el incremento de la actividad de los productores de “Shale Oil” o petróleo de Esquistos, estimulados tanto por los precios como por las necesidades del país, cuya demanda se ubica en 20,43 MMBD.

Mientras que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos han incrementado en 370 MBD y 120 MBD, respectivamente, desde el inicio del año.

Equilibrio del mercado petrolero

De acuerdo al último Reporte de Monitoreo del Mercado de la OPEP, publicado el pasado 14 de junio, la producción mundial de petróleo, incluyendo condensados y líquidos no convencionales, se ubicó en mayo en 98.75 MMBD, mientras que la proyección de la demanda mundial se mantiene en 100,29 MMBD. Lo que refleja un mercado en tensión por insuficiente oferta y factores geopolíticos.

Estos elementos, sumado al hecho de que los inventarios comerciales de petróleo y producto de los países OECD y Estados Unidos se mantienen en niveles por debajo del promedio de los últimos cinco años, siguen presionando los precios al alza, esto a pesar de que tanto Estados Unidos, así como los países agrupados en la AIE y China, han anunciado liberaciones masivas de petróleo de sus Reservas Estratégicas (273 millones de barriles EE.UU. y 60 millones el resto de los países miembros de AIE), con el objetivo de reducir el precio del petróleo y proteger sus propias economías de la inflación.

Al bloqueo de la Unión Europea y Estados Unidos al petróleo ruso se suman las sanciones sobre Irán, lo cual restringe al mercado el suministro de 6 MMBD de petróleo, lo que pareciera ser un proceso acelerado de “desglobalización” del petróleo, un fenómeno nuevo que va a contravía del desarrollo del capitalismo mundial, propiciando el fortalecimiento de bloques económicos en agresiva competencia entre sí.

Los factores geopolíticos amenazan con romper el equilibrio del mercado petrolero, alcanzado durante todo el 2021-2022, gracias a la intervención de la OPEP+.

Las energías fósiles, de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía, aún representan 83% de la matriz energética mundial y constituyen el factor estratégico más importante para la economía del mundo. Es evidente que el petróleo continuará ocupando un rol protagónico en este nuevo orden geopolítico internacional.

VENEZUELA

En el marco de esta compleja situación del mercado petrolero, Venezuela, país miembro fundador de la OPEP y que, hasta 2014, tenía un liderazgo político indiscutible en la organización, con un peso específico en el mercado, respaldado por su producción de 3 MMBD, hoy día no tiene ningún tipo de influencia ni en el seno de la organización, ni en el mercado petrolero internacional, está al margen de la geopolítica petrolera actual.

Producción petrolera

La OPEP ubicó la producción de petróleo de Venezuela en 717 MBD para el mes de mayo, lo que indica su estancamiento en torno a los mismos niveles de 2019, es decir, 77% por debajo de la producción de 2013.

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El reporte de la OPEP, refleja los niveles de producción de los países, verificados por agencias especializadas, lo cual, para el caso de Venezuela, se convierte –dada la ausencia de mecanismos de fiscalización de petróleo o información verificable en el país– en la única fuente para hacer seguimiento a la producción petrolera.

Es decir, los datos de las fuentes especializadas del mercado petrolero internacional, utilizados por la OPEP, hoy son los más confiables y desmienten los anuncios hechos, tanto por el ministro de Petróleo, Tareck el-Aissami, como del propio maduro, quienes aseguraron que la producción del país se ubica por encima de 1 MMBD de petróleo y que alcanzará los 2 MMBD antes que culmine este año.

Los niveles de producción actuales de 707 MBD incluyen volúmenes de diluyentes y crudos suministrados por Irán a Venezuela, los cuales se venden mezclados con el crudo venezolano; también, incluyen los volúmenes de agua, que no son separados, por los problemas que presenta la infraestructura de tratamiento y acondicionamiento de crudos, lo cual ha generado reclamos y devoluciones de cargamentos de petróleo del país.

La industria petrolera venezolana atraviesa la peor crisis de su historia en 100 años de actividad, en términos de producción tenemos un retroceso de 70 años, hoy día tenemos los mismos volúmenes registrados en 1930.

Boletín petrolero

El colapso de la industria petrolera ha sido responsabilidad exclusiva del actual gobierno. Su fracaso al frente de la gestión de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la compleja industria petrolera, no solo se refleja en la estrepitosa caída de la producción de petróleo entre 2014-2022, y la escasez crítica de combustibles que afecta al mercado interno desde el 2017, sino en el colapso del ingreso petrolero y de la economía nacional vivido en este periodo.

Hay que decirlo claramente, el colapso petrolero no es consecuencia de las sanciones norteamericanas sobre PDVSA, cuando estas fueron impuestas en abril de 2019, ya la producción petrolera del país habida caído hasta 776 MBD. Las sanciones lo que han hecho es empeorar una situación que ya se había producido, debido a la mala gestión, la violencia contra los trabajadores y las sucesivas intervenciones del gobierno de Nicolás Maduro en Pdvsa.

Una actuación ilegal, carente de base jurídica

Luego del cruento proceso de persecución política y descalificación en contra de la gerencia y trabajadores de PDVSA, el gobierno militarizó la industria en 2017, con la designación del general de la Guardia Nacional Manuel Quevedo como ministro de petróleo y presidente de Pdvsa.

A partir de 2017, el gobierno ha actuado al margen de las disposiciones constitucionales y la ley que rige al sector petrolero, valiéndose del Decreto 3.368, de fecha 12 de abril de 2018, la Sentencia 156 del Tribunal Supremo de Justicia, del 29 de marzo de 2017, y la promulgación en la Asamblea Nacional Constituyente de leyes inconstitucionales, como la  “ley Anti-bloqueo” (2018), ha derogado de manera ilegal –“de facto”– el marco jurídico de los hidrocarburos.

El gobierno ha entregado las actividades primarias, reservadas a Pdvsa, a socios y sectores empresariales vinculados a éste, utilizando para ello la figura de Contratos de Servicios Petroleros, creados al amparo del Decreto 3.368, contraviniendo la figura de Empresas Mixtas establecidas en la LOH. Por otra parte, en la Faja Petrolífera del Orinoco –donde se concentran las reservas de petróleo más grandes del mundo–, han cedido la participación y control de las Empresas Mixtas a los socios minoritarios de PDVSA, así como la comercialización del petróleo,  contraviniendo la Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) y el Decreto 5.200 de Nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) del 2007.

La radiografía de un fracaso (2014-2022)

A partir de 2015, la producción de petróleo del país ha caído de manera sostenida y las capacidades de Pdvsa han sido prácticamente desmanteladas, a lo que se suma el deterioro general de la economía y las condiciones laborales, económicas y sociales de los trabajadores, provocando a partir de 2016 la salida de 30 mil trabajadores de Pdvsa y del país.

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Colapso en todas las áreas operativas

Todas las áreas de producción de petróleo y gas del país han colapsado entre 2015-2022. Del total de producción actual del país, solo 40 MBD, es decir 5,5%, corresponden a la producción de los llamados Contratos de Servicios Petroleros, creados en la gestión de Quevedo.

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El colapso del ingreso petrolero

El país ha pagado un inmenso costo de al menos 182 mil setecientos millones de dólares por el ingreso petrolero que ha dejado de percibir el país producto del colapso de la producción petrolera, cuyas consecuencias han afectado de manera dramática la calidad de vida de la inmensa mayoría de la población.

La pérdida de al menos 182 mil millones de dólares, producto de la caída de la producción petrolera, ha tenido su reflejo inmediato en la contracción del 80% de la economía entre 2014-2021. Pasamos de una economía con un PIB de 334,07 mil millones de dólares a una con un PIB de 68,2 millones de dólares,

Un gobierno y una Pdvsa que no convencen a nadie

El gobierno ha estado en desarrollo de una agresiva campaña de propaganda para crear la sensación de que la situación del país ha vuelto a la normalidad, incluyendo la industria petrolera, para esto ha contado con el apoyo de representantes de tenedores de bonos de la deuda o de algunas empresas transnacionales; incluso contó con la sorpresiva presencia del secretario general de la OPEP saliente, Mohammad Barkindo, quien acudió en un avión de PDVSA, para declarar desde Miraflores –donde recibió una condecoración–, que la producción de petróleo del país ha tenido una “recuperación monumental”.

Sin embargo, empresas petroleras internacionales como Total, Equinor, Shell, Apex (Japón) e, incluso, la rusa Rosneft, decidieron abandonar sus operaciones de producción de petróleo en el país; mientras que otras empresas, como ENI y Repsol, han decidido esperar cualquier oportunidad para recuperar los miles de millones de dólares que les adeuda PDVSA. Es decir, están esperando que el gobierno les pague con petróleo.

La Chevron y la licencia norteamericana

En el gobierno de Venezuela y en algunos sectores del país se han creado fuertes expectativas de que Chevron Corporation, reiniciaría operaciones de producción de petróleo en Venezuela, de producirse una flexibilización de las sanciones norteamericanas, lo cual no ha sucedido. La administración norteamericana renovó, el pasado 27 de mayo de 2022, la licencia a Chevron (y a otras empresas) solo para mantener sus instalaciones en el país, sin autorizar su participación en actividades de producción y comercialización de petróleo. La administración de la Casa Blanca, por intermedio de su asesor para América Latina, Juan González, indicó que el levantamiento de las sanciones impuestas y las restricciones a las operaciones de las empresas norteamericanas dependerán del avance de las negociaciones en México para la realización de elecciones transparentes y libres en el país, algo que no pareciera suceder en el corto plazo. Por los momentos, las expectativas del gobierno se han visto frustradas por la realidad política.

Refinación

Nunca faltaron los combustibles en el país

Nunca, en la historia petrolera del país, habían escaseado los combustibles al mercado interno (gasolina, diésel, aceites y GLP). Solo durante el sabotaje petrolero (diciembre 2002–marzo 2003), cuando se paralizaron los grandes complejos de refinación del país, se vivió una aguda escasez de combustibles al mercado interno, que se restableció a partir de abril de 2003.

Inversiones y mantenimiento a las refinerías del país (2002-2014)

Entre los años 2002 y 2014, Pdvsa ejecutó importantes inversiones en las diversas áreas de negocio petrolero, alcanzando la cifra de 120 mil millones de dólares, de los cuales al sector refinación se destinaron 15 mil 121 millones de dólares, equivalentes a 12,6% del total.

Así fue posible mantener operando a máxima capacidad nuestro parque de refinación nacional, con una capacidad instalada suficiente para atender la demanda interna y exportar productos de calidad.

En el año 2014, Pdvsa aprobó 2.679 millones de dólares para paradas de planta, mantenimiento y proyectos de expansión de los complejos refinadores del país.

Para 2014 el sistema de refinación del país fue capaz de producir 1,15 MMBD de combustibles, de los cuales 666 MBD se utilizaron para abastecer la demanda interna y 406 MBD para la exportación.

El colapso del sistema de refinación (2017-2022) y los “ataques terroristas”

El sector de refinación y procesamiento de petróleo y gas del país ha colapsado desde el mismo 2017. Con una capacidad instalada de 1,3 MMBD de procesamiento, hoy se encuentra operando solo a 10% de su capacidad, lo cual ha provocado una escasez aguda de combustibles y gas, sobre todo en el interior del país.

La crisis de producción y suministro de gasolina y otros combustibles esenciales al mercado interno persiste hasta ahora, fundamentalmente por la desviación de los recursos presupuestarios (mantenimiento, paradas de planta, inversiones y operaciones del sistema), además de la remoción del personal gerencial y supervisor.

El gobierno, bajo la gestión del ministro el-Aissami, ha anunciado de manera reiterada la reactivación de los complejos refinadores del país, sin éxito alguno, provocando explosiones, daños y derrames que suelen atribuirse a conspiraciones, “atentados terroristas” de todo tipo, incluyendo “ataques misilísticos”.

La refinería El Palito entregada a Irán. Vuelve la tercerización a Pdvsa

El pasado 2 de mayo, Irán suscribió con Pdvsa un contrato de 110 millones de euros para intervenir la refinería de El Palito, ubicada en el centro del país, la cual tiene una capacidad instalada de 146 mil barriles día.

Nada se sabe del alcance de estos acuerdos. Las negociaciones y acuerdos relacionados con el sector petrolero y Pdvsa, han estado signados por el secretismo del gobierno y las negociaciones de espaldas al pueblo venezolano, violando lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

El pasado 30 de mayo, el gobierno y Pdvsa, con apoyo de organismos de seguridad del Estado, prohibieron la entrada a la Refinería El Palito a más de 800 trabajadores y operadores de Pdvsa. De un solo golpe, el gobierno los sustituyó por personal tercerizado, contratado por las empresas iraníes.

La remoción de los trabajadores, a quienes voceros políticos del gobierno los acusan de saboteadores, es un atropello a los derechos laborales, a la Convención Colectiva Petrolera y a lo establecido en la Ley Orgánica del Trabajo, entregando las operaciones y el control de las refinerías a las empresas iraníes.

Sigue la dolarización del mercado interno de combustibles

Desde el año pasado el gobierno ha impulsado una política de dolarización en la venta del combustible, cuando las estaciones de servicio que expendían gasolina a precio de subsidio, fueron obligadas a migrar progresivamente a expender a precio internacional, en divisas. Así, en secreto, se concretó una política de internacionalización del precio de los combustibles.

El precio de la gasolina se ubica oficialmente en 0,5 dólares el litro, sin embargo, en la mayoría de los expendios, controlados por las fuerzas armadas, se vende en 0,7 dólares el litro, además de los pagos irregulares para garantizar un lugar en la fila.

Desde el 26 de mayo el diésel, fundamental para el transporte de carga y pasajeros, también se cobra en dólares, al mismo precio que la gasolina (0,5 dólares el litro). Esto resulta una severa restricción al consumo y el transporte en el país, si consideramos que el salario mínimo en Venezuela se ubica en 24 dólares al cambio oficial y un tanque de combustible de 40 litros tiene un costo de 20 dólares. Así, el gobierno sigue transfiriendo el costo de la crisis de combustible a la población y se sigue afianzando un brutal proceso de “darwinismo social” en el país.


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