La firma Jefferies aseguró en su más reciente informe sobre Venezuela que mientras “mayores sean las tensiones sociales en los próximos días, más altas son las probabilidades de avances políticas”, lo que con seguridad impactaría el precio de los bonos emitidos por Petróleos de Venezuela y la República.

Explica que durante los años bajo el chavismo cada vez que había la posibilidad de un cambio de gobierno, se recuperaban los precios de los bonos. Esta vez puede “ser un poco diferente”, dadas las precarias condiciones financieras. “Un momento de vacío político puede resultar en una cesación desordenada de pago. Pero para nosotros este no es el escenario más probable”.

 Jefferies señala que si ha habido un momento en el que el gobierno ha sido golpeado es precisamente este. Añade que las obligaciones en los próximos meses son relativamente pequeñas, lo que reduce sustancialmente el riesgo de un default. Sería una historia distinta si la agitación política se hubiera presentado antes del pago de una cuantiosa amortización de deuda externa.

Destaca que más allá de algunos académicos en Estados Unidos no existe “virtualmente nadie en la oposición hablando de la posibilidad de una cesación de pago. Lo que sí hemos escuchado son algunas voces recomendando un refinanciamiento amigable o incluso una reestructuración de la deuda, pero sin que afecte en gran medida a los inversionistas”. Asegura que si se originara un evento creditico, el valor de recuperación sería relativamente alto.

Para la firma, el actual gobierno o el próximo tiene una tarea pendiente: la reforma del régimen de control cambiario ya sea unificando el tipo de cambio o implementando una tasa flotante. Esto produciría en el país “un masivo choque externo, lo que potencialmente reduciría severamente los problemas de liquidez en divisas que tiene el país en un tiempo muy corto”. Afirma que esto sucederá tarde o temprano; lo que no tiene claro es si será antes o después de que se origine una cesación de pago de la deuda.

Punto de inflexión

La firma japonesa Nomura señaló en su más reciente informe que la persistencia de la actual agitación social y las muertes recientes de venezolanos incrementan el riesgo de un cambio de gobierno. Sin embargo, es “difícil saber cuándo se producirá el punto de inflexión para una intervención militar y si esta sería vía un golpe de Estado o una intervención indirecta que conduzca a la apertura de un ciclo electoral. “Han sido 18 largos años de chavismo, en los que se ha producido una infiltración en todas las instituciones con facciones radicales que se resisten a la transición por el destino incierto que significa la etapa pos transición”.

Destaca que los ataques de las fuerzas de seguridad con bombas lacrimógenas han sido más agresivos, así como el uso de perdigones y la gran cantidad de detenidos. No obstante, hace la salvedad de que el Ejército se ha abstenido de reprimir de manera violenta, pues podría ser contraproducente dentro de la comunidad interna e internacional.

Explica que esta fase de protestas es más “amenazante” que las de hace algunos años. “La oposición se percibe también mucho más segura del apoyo de la comunidad intencional, de los medios internacionales. Las distintas facciones que unidas se han dado cuenta de que la protesta en la calle es la única alternativa efectiva con la que cuentan, luego de que las negociaciones fallaran”. Agrega que el malestar social también se ha expandido a los barrios chavistas de pocos recursos, con una mayor incidencia de saqueos y tácticas intimidatorias de los llamados colectivos.

Nomura también se refiere a la posición asumida por la fiscal Luisa Ortega Díaz. Sin embargo, advierte que tal posición no es suficiente si el gobierno de Nicolás Maduro no flexibilice su oferta de elecciones.


Un gobierno dividido

Las autoridades que integran el gabinete económico difieren en sus percepciones sobre las protestas, afirman fuentes de manera extraoficial. En Petróleos de Venezuela, su presidente Eulogio del Pino, trata de minimizar ante inversionistas las protestas en las calles y convencerlos de que las nuevas negociaciones en la Faja Petrolífera del Orinoco contribuirán a aumentar la producción de crudo.

Funcionarios del Banco Central de Venezuela expresan inquietud por el clima de violencia. Sin embargo, en los ministerios de Finanzas y de Comercio Exterior descartan que las protestas afecten al gobierno.

Las fuentes agregan que las autoridades del Ministerio de Alimentación se enfrentan a serios problemas de financiamiento para poder cubrir las importaciones. Lo que se recomienda es que los recortes en las aprobaciones de divisas para los sectores público y privado continúen.


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