Humberto Calderón Berti: Será prácticamente imposible que Pdvsa recupere los niveles que tenía antes de la llegada de Chávez
EFE/Juan Zarama

Humberto Calderón Berti, expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), indicó que será prácticamente imposible que la petrolera estatal recupere los niveles de producción que tenía antes de que Hugo Chávez llegara al poder. Afirmó que el país no está en condiciones de suplir crudo en cantidades importantes en el mercado internacional debido a las actuales condiciones de precariedad de la industria.

El experto en materia petrolera indicó, en una conversación con El Nacional desde Madrid, que en cinco años la producción podría llegar a los 3.000.000 de barriles por día, pero para que eso suceda, resaltó, se necesitará una inversión de 100.000 millones de dólares, además de la participación mayoritaria de inversionistas privados extranjeros y nacionales.

Berti, exministro de Energía y Minas y y exministro de Relaciones Exteriores, cuestionó que Pdvsa esté manejada por personal no capacitado en todos sus niveles, que además hay una inusitada corrupción en los mandos de la empresa y una carencia absoluta del mantenimiento de las instalaciones. Aseguró que Chávez sustituyó la mano de obra calificada, de alrededor de 20.000 trabajadores, por personal chino, ruso e iraní que no tuvieron la capacidad de mantener la producción o de aumentarla porque el propósito, manifestó, era traer actores políticos al tablero venezolano.

Foto: EFE

—¿Cómo observa la industria petrolera de Venezuela? Se habla de la recuperación de la producción, pero cuando se compraran los datos oficiales con los de la OPEP se sugiere un escenario totalmente distinto.

—Los hechos están a la vista. Venezuela, cuando Chávez llegó al poder, estaba produciendo 3.300.000 barriles por día. Actualmente debe estar cerca de los 600.000 barriles, porque las cifras no son confiables y tampoco se hace mucho énfasis en eso. La producción cayó, y lo hizo dramáticamente por varias razones. La primera y más importante fue la destitución de más de 20.000 personas de Pdvsa hace 20 años. Eso trajo como consecuencia una descapitalización humana muy grande, de ejecutivos, gerentes, técnicos y personal especializado, que eran fundamentales para el mantenimiento de las operaciones. En segundo lugar, por el haber prescindido del apoyo de las petroleras que habían acudido a Venezuela después de la apertura, que fueron ConocoPhillips y Exxon Mobil, empresas básicamente de origen estadounidense acosadas y obligadas por el régimen. Eso hizo que se fueran de Venezuela. Eso también significó una caída en la producción importante, significativa. Y, por otra parte, ha habido un problema serio en la improvisación en el manejo de la empresa. Hay personal no capacitado, gente que no tenía ninguna experiencia, ningún conocimiento. Los pusieron a manejar la industria, desde los más altos niveles hacia niveles gerenciales y niveles regionales, todo eso acompañado de otros factores como ha sido una inusitada corrupción en todos los mandos de la industria. Ha habido una corrupción desatada y también una carencia absoluta de planes de mantenimiento y protección de las instalaciones. Las instalaciones de producción han sido desmanteladas, canibalizadas, desde cosas tan elementales como líneas de producción, de flujo, estaciones de recolección, plantas de compresión de gas, de agua, y múltiples cantidades de instalaciones petroleras han sido vandalizadas y eso ocurre también a nivel del lago de Maracaibo, y todo el apoyo logístico que había para el soporte de las actividades fue totalmente desmantelado cuando incautaron las empresas, un apoyo que es fundamental para el sostenimiento de las operaciones. Todo eso ha conllevado a que la industria petrolera haya caído dramáticamente en la producción. Y si nos vamos a las refinerías, son instalaciones que requieren de un mantenimiento muy estricto preventivo —no correctivo, después de que ocurren los accidentes— esa es la única forma con la que se evita que ocurran los accidentes, que ahora son frecuentes. Y la falta de mantenimiento preventivo ha hecho que las refinerías también adolezcan de las mismas fallas que tiene el resto de las instalaciones. Ha habido gran cantidad de accidentes y la capacidad ha disminuido de una manera notable. En estos momentos estarán quizá refinando 100.000 o 150.000 barriles por día. Las refinerías están en muy mal estado, precisamente por ese descuido generalizado de los planes de mantenimiento y conservación de las instalaciones, y ha traído como consecuencia lo que estamos viviendo en estos momentos: que Venezuela está produciendo la quinta parte de lo que producía anteriormente.

—Maduro aseguró con mucho entusiasmo que Venezuela producirá 2.000.000 de barriles de petróleo diarios. Esto lo dijo días después de la reunión con delegados del gobierno de Estados Unidos. ¿Es posible?

—No le han puesto plazos a las cosas. Se dicen 2.000.000. ¿Cuándo? ¿En cuánto tiempo? Lo que sí es cierto es que la capacidad de producción de Venezuela puede aumentarse de 200.000 a 300.000 barriles por día, en relativamente corto plazo, me refiero a ocho meses o un año, pero eso requiere de inversiones importantísimas, de 3.000 millones de dólares por la medida chiquita. Pero para que haya un real crecimiento de la producción se requieren muchas cosas, aparte del levantamiento de las sanciones, se requiere que haya condiciones legales que lo permitan. Habrá que aprobar una nueva ley de hidrocarburos que garantice la mayoría accionaria de los inversionistas privados, extranjeros y nacionales, que deseen participar en toda la cadena de valor porque, de lo contrario, no hay seguridad. No solamente es una cuestión legal, sino de que haya la seguridad de que las cosas van a cambiar. Habrá que tirar al cajón de los recuerdos o al cajón de la basura todas las cosas que se han dicho todos estos años al hacer un cambio dramático en la conducción de la industria petrolera venezolana. Porque la gente no solamente se guía por las leyes, tiene que ver que hay realmente una conducción profesional del sector petrolero. Y me estoy refiriendo no a Pdvsa, porque está muy dañada, habrá que hacer un esfuerzo para recuperar lo que sea recuperable, pero tener una Pdvsa similar a la que tuvimos antes de la llegada de Chávez será prácticamente imposible. Entonces, hay que abrir las puertas del país a la inversión privada, tanto extranjera como nacional. Venezuela ofrece un cúmulo de oportunidades en campos pequeños en el oriente y en el mismo lago de Maracaibo que no requieren de grandes capitales ni de grandes recursos tecnológicos que perfectamente pudieran ser operados por grupos venezolanos, que están en todas partes del mundo y que han demostrado ser muy competentes; y eso requeriría levantarles el veto que existe para que los venezolanos que estaban antes en Pdvsa participen en la actividad de la industria. No me refiero a Petróleos de Venezuela, porque la mayoría de la gente, por no decir todos, no va a querer regresar. Lo que creo es que estarían dispuestos a trabajar en empresas privadas que no tengan control por parte de Pdvsa.

Humberto Calderón Berti: Será prácticamente imposible que Pdvsa recupere los niveles que tenía antes de la llegada de Chávez
Industria petrolera. Foto: EFE

—Se ha hablado de que Estados Unidos y Venezuela discutieron un posible levantamiento progresivo de las sanciones. Incluso parece que Pdvsa comenzó a prepararse para cuando eso ocurra.

—No conozco la profundidad de las conversaciones que hubo entre funcionarios estadounidenses y el régimen venezolano, pero, en todo caso, hay cuestiones de fondo. El tema central de todo esto radica en que haya en Venezuela una nueva administración. No creo que con esta administración sea posible lograr lo que se pretende lograr, pero, en todo caso, el levantamiento de las sanciones no debería ser una cosa gratuita. No hay almuerzo gratis, como se dice. Han cambiado tantas cosas importantísimas que hay que considerar en cualquier momento: la situación de los presos políticos, civiles y militares, la situación de los exiliados, de los refugiados, que son millones y que pudieran regresar a Venezuela si las condiciones se las permitieran, y otros que por razones políticas no pueden regresar. La situación que los que están dentro del país, pero que tienen prohibición de salida, que son muchos, una legislación de hidrocarburos moderna y, al propio tiempo, el levantamiento del veto a los exfuncionarios de Pdvsa que tienen una prohibición que no les permite trabajar en estos momentos. Esas son condiciones sine qua non y fundamentales para que todo esto se produzca.

—Allí inciden las decisiones políticas.

—El tema político es mucho más complicado. Porque a eso lo envuelven cosas de mucho calado, de mucho fondo. Realmente es muy difícil atinar en qué es lo que hay que hacer porque uno dice «elecciones en el año 2024», muy bien, pero ¿qué garantiza que esas elecciones van a ser limpias y transparentes? ¿Quién garantiza que en esas elecciones se van a respetar los resultados? ¿Quién garantiza que se van a celebrar con supervisión y veeduría internacional y que no haya un manejo indebido de los resultados? Esas son cosas que uno se pregunta. Habría que pensar muy bien qué es lo que se va a hacer y qué es lo que se está buscando.

—Se dice que la crisis entre Rusia y Ucrania empujó a Estados Unidos a acercarse al régimen de Maduro. En ese caso, se necesitarían respuestas rápidas por parte de Venezuela. ¿Es un planteamiento creíble la urgente exportación de petróleo venezolano a Estados Unidos, en caso de que realmente sea ese el objetivo?

—Venezuela no está en condiciones de suplir petróleo en cantidades importantes en el mercado petrolero internacional, y no me refiero a Estados Unidos solamente, sino al mundo, porque las condiciones son precarias. Insisto en las cifras que mencioné anteriormente, pueden ser otras, pero creo que en el corto plazo —y hablando en corto plazo me refiero a un año— podría aumentarse la producción en 200.000 o 300.000 barriles por día. Pero si estamos hablando de una cuestión de mayor calado, estaríamos hablando de inversiones de unos 20.000 millones de dólares cada año, durante 4 o 5 años, para que realmente la producción venezolana se sitúe en millones de barriles por día, 2.000.000, 3.000.000 por día, es que la situación de las instalaciones es muy compleja. Realmente con cualquier cifra es posible que uno se equivoque porque uno no está allá, uno no sabe cuál es la situación real de las instalaciones, para eso hay que hacer una auditoría técnica a profundidad para ver cuál es la situación real de los campos. ¿Hay mangos bajitos? ¡Claro que hay mangos bajitos!, y por eso hablo de 200.000 o 300.000 barriles a la vuelta de un año, pero si hablamos de niveles superiores de producción se requiere de cosas de más entidad, y no diría una reforma a la ley, diría una nueva ley de hidrocarburos. Hay un proyecto de ley muy bueno, muy moderno, y que podría ser la base de lo que significaría la recuperación. Me pregunto: ¿el gobierno está dispuesto a hacerlo? Tampoco quiero entrar en consideraciones de que si esto significa ayudar a Maduro, que es darle plata a Maduro, porque los efectos van a ser más de mediano plazo, y si la oposición está pensando en ir a un proceso electoral en el año 2024, no es lo mismo partir de medio millón de barriles por día que partir de 1 millón; y esas son cosas que hay que verlas con un sentido amplio y de Estado. Pero hay todo tipo de opiniones y entrar en esas profundidades es complicado.

Humberto Calderón Berti. Foto: EFE/Juan Zarama

—Conviene a la oposición que Venezuela incremente su capacidad de producción.

—Habrá que hacer muchísimo. Me estoy refiriendo solo al sector petrolero, porque hay otros sectores de la vida nacional que requerirán también de ingentes recursos, de mucho trabajo y de mucho esfuerzo, como el sector eléctrico, de agua, la vialidad, la infraestructura, a todo eso hay que entrarle, y, por supuesto, la recuperación del sector productivo, tanto industrial como agropecuario y comercial, sectores fundamentales que requieren de políticas claras. Por eso es que todo dependerá en este primer tiempo de si el régimen está dispuesto a cambiar. No me estoy refiriendo a cuestiones cosméticas, tipo Caracas, sino a cosas de mayor envergadura. Se ha venido ejecutando una política en base a un discurso pasado de moda. Y si esa política no se cambia no se va a lograr absolutamente nada.

—Pero al gobierno le interesa una flexibilización de las sanciones. Eso lo pondría en una posición en la que debe ceder.

—Es que tiene que haber una contraprestación porque no solamente es liberalizar las sanciones o levantarlas parcialmente, sino que tiene que haber también una contraprestación por parte del régimen. Me refiero a las cosas que mencioné anteriormente. Creo que son cuestiones fundamentales que hay que tomar en consideración.

—¿Qué efecto tendrá el conflicto generado por la invasión militar a Ucrania? 

—Esto que está sucediendo en Ucrania va a tener un efecto muy marcado a nivel mundial. Desde el punto de vista económico, desde el punto de vista político, hay regiones que serán más afectadas que otras. Estamos viendo el caso por ejemplo de Europa, que ha dado un viraje importantísimo en materia de seguridad y defensa. Se cometieron muchos errores y uno de los fundamentales fue la extremada dependencia de los hidrocarburos, pero particularmente de gas ruso, porque eso pone en una situación muy complicada al continente europeo. Los países tienen que tomar muy en cuenta el tema de su seguridad energética. Estados Unidos, que estaba produciendo en el año 2000 apenas 5.000.000 de barriles, llegó a producir 12.000.000 en el año 2019 porque le entraron de frente al desarrollo de yacimientos no convencionales, mediante el fracking, y se pasó de producir 40.000 millones de pies cúbicos de gas natural por día a 110.000 millones. La increíble situación de que el gas licuado que importan en el norte de Europa viene de Estados Unidos significa un mensaje muy claro: tienen que analizar con mucha seriedad el tema de su seguridad energética, el tema de las energías limpias, que es algo que tomará mucho tiempo, muchos recursos y que es un lujo de ricos, porque es así, los países son los que podrán pagar eso. Tienen que tomar muy en consideración que el mundo estará durante muchos años dependiendo de los hidrocarburos; habrá que investigar cómo está haciendo Estados Unidos, todo lo que es el control de las emisiones de CO2, y en Europa habrá que revisar con mucha seriedad la ley que aprobaron que prohíbe el fracking, porque el fracking es fundamental y en Europa puede haber cuencas sedimentarias con potencialidades de producir gas natural y minimizar la dependencia del exterior. Pero también habrá influencia de la cuestión ucraniana en otras partes del mundo, como el caso de Venezuela. Creo que Rusia después de esto quedará muy golpeado porque económicamente es un país débil. Rusia es una potencia militar, es verdad, porque tiene armas nucleares, pero no tiene una capacidad bélica importante distinta a las armas nucleares como quedó demostrado en Ucrania. No han podido tomar ucrania cuando lo han intentado. Entonces, Rusia tiene una economía pequeña. La economía española, por ejemplo, significa 1,5% del Producto Interno Bruto mundial, mientras que la economía rusa significa 1,7% de la economía mundial. La de Italia significa 1,9%, o sea, que económicamente es más poderosa que Rusia. Cuando Rusia tiene millones de kilómetros cuadrados de extensión, es el país más grande del mundo, con alrededor de 140 millones de habitantes. Entonces, Rusia quedará tocada y eso lo que significa es que sus veleidades expansionistas y su capacidad de ayuda a países que no están en su órbita no le va a ser fácil; y me refiero concretamente en el caso venezolano, porque no va a tener las condiciones económicas para ayudar. Es un momento importante y hay que revisar con detenimiento los efectos que esto tendrá. La situación Rusia-Ucrania va a tener impacto en la situación venezolana.

Humberto Calderón Berti: Será prácticamente imposible que Pdvsa recupere los niveles que tenía antes de la llegada de Chávez
Foto: Yuri Cortéz / AFP

—Estados Unidos advirtió que Rusia amenaza con exportar el conflicto a América Latina mediante la cooperación con Venezuela.

—Eso no es nada nuevo. Eso tiene varios años, cinco o siete años. Cuando Chávez presiona a las empresas petroleras americanas, lo que él busca es sustituirla para que produzcan los países de otros orígenes. Trajo a los chinos, trajo a los rusos, trajo a los iraníes. La pregunta es: ¿estos tuvieron la capacidad de sostener la producción o de aumentarla? Los resultados están a la vista. No estaban en capacidad de hacerlo. O no lo hicieron porque el propósito era otro: traer actores políticos al tablero nuestro, a la región, y eso Chávez lo logró porque hay rusos, chinos e iraníes que juegan a la política en el territorio venezolano. Todo esto se conocía hace mucho tiempo. Ahora, lo extraño de todo esto es que, sabiéndose, los Estados Unidos no actuó antes. Siempre han tenido la intención de internacionalizar el tema venezolano y de meternos a nosotros en un juego que no es el nuestro o que no había sido nunca el juego nuestro, por lo menos en épocas relativamente recientes.

—Falta realmente poco para que en Venezuela haya unas presidenciales. ¿Cómo analiza la posición en la que está la dirigencia opositora? ¿Se está agotando el tiempo?

—En estos momentos en Venezuela, por lo que uno ve y escucha, la población no tiene como prioridad ir a un proceso electoral. La prioridad es sobrevivir, ver cómo hace para salir adelante, porque la situación es realmente desesperada. Lo que pasa es que hay sectores afines al régimen que hablan que las cosas están cambiando, que las cosas están mejorando. Dudo que las cosas estén mejorando porque el este de Caracas no es Venezuela; habría que trasladarse al interior del país y preguntarle a los productores agropecuarios cómo están haciendo para sacar sus cosechas, si tienen gasolina, si pueden pagar el precio. Se cometió un gravísimo error manteniendo durante muchísimos años un valor ficticio para el precio de los combustibles, y eso trajo como consecuencia que, entre otras cosas, que la gente se acostumbrara al malbaratar y a usar la gasolina sin conciencia de conservación. Entonces se pasó al otro extremo: llegó un momento en el que se pagaba a 2,50 y 3 dólares el litro de gasolina en los momentos de mayor escasez. El pueblo venezolano también está requiriendo de respuestas frente a sus problemas, y si el levantamiento parcial de las sanciones, a cambio de muchas cosas, beneficia alguna de estas cosas, bienvenido. Porque también hay que pensar en el efecto social que todas estas cosas tienen, yo creo más en las sanciones personales que en las sanciones a los países. Pero eso fue lo que decidió Estados Unidos, pero, en todo caso, sí creo que los venezolanos requieren de que haya cierta mejora de sus condiciones materiales y de sus condiciones de vida en general. La situación que uno vio ahora, cuando la pandemia estaba en su máximo apogeo, la cantidad de gente que murió por falta de medicamentos o por lo menos las vacunas, que llegaron tarde, y es poco lo que se sabe porque la cosa como que es peor de lo que uno se imagina. Porque, como todo régimen comunista, tienden a un secretismo muy grande. La misma ley antibloqueo es eso, puedes negociar con el gobierno, pero a escondidas, no puedes negociar abiertamente, no puedes saber los términos de los contratos porque eso está reservado. ¿Y por qué? Si el régimen no es el dueño de los recursos naturales del país. Los recursos naturales del país le pertenecen a la nación, a los venezolanos, pero se esconde todo, se oculta todo, so pena de que haya severos castigos penales para quienes divulguen información relacionada con estas cosas. Y, en el fondo, me atrevería a señalar que el secretismo lo que conduce es a convertir los procesos que se adelanten de privatización en grandes lavadoras de dinero, ¿o no? Se lava el dinero a través de la adquisición de activos en Venezuela, que fueron incautados por el régimen y que podría existir la tentación de pasar esas propiedades al sector privado, pero ¿cuál sector privado? El afín al régimen, que es el que se ha enriquecido todo este tiempo, el que tiene el dinero y no lo puede mover internacionalmente por las retenciones que hay, y que sería convertir ese dinero de dudoso origen en activos tangibles dentro del territorio nacional.

Foto: Yuri Cortez / AFP

—Solo ese sector es el que representaría el “Venezuela se está arreglando”. Se habla de grupos que han recibido apoyo del gobierno para establecerse, crear empresas, bodegones, y generar esa sensación de bienestar.

—Claro, pero eso es una burbuja. Ese no es el país.

—Entonces, con lo que señala, ¿qué hacer para que los venezolanos salgan de ese ensimismamiento? Muchos quizá se acostumbraron a que Maduro esté en el poder porque consideran que no habrá solución y ese respiro que significó el uso de facto del dólar le ha dado más fuerza al escepticismo.

—Hubo una esperanza, en un momento determinado, a comienzos del año 2019 que lamentablemente no fructificó porque se cometieron demasiados errores en la conducción de la política de la oposición y los resultados están a la vista. Ese enunciado se ha ido difuminando. ¿Por qué? Por los errores que se han cometido. Demasiados errores, que no vale la pena insistir en ellos, pero el capital político se desperdició y también ha habido casos de comportamiento indebido por parte de opositores, hay señalamientos de corrupción —que yo en su momento señalé algunos— que mermaron mucho la credibilidad del gobierno interino. Entonces creo que en estos tiempos la situación no es la más favorable para las fuerzas opositoras. Primero porque hay mucha división interna en los propios partidos. Hay partidos que no tienen una conducción clara, definida y aceptada por todos los sectores.

—Eso se evidenció en la fractura de Voluntad Popular y de Avanzada Progresista.

—Pero es que uno no sabe qué es lo que pasa. Si realmente es natural o es inducido por el propio régimen, o algunos dirigentes de los propios partidos que, con su comportamiento impropio, inadecuado, espantan a los militantes y a los dirigentes que los han acompañado porque han observado que no responden realmente a lo que son las expectativas que ellos tenían con respecto a esa dirigencia. Eso también está pasando. Entonces todos esos factores se combinan. La unidad tiene que trascender por encima de la propia oposición porque, el que crea que los partidos actuales del G4 significan el país están equivocados. Ellos son parte del país, evidentemente, pero hay un país distinto que no milita en ningún partido político, que está un tanto al margen de la política partidista, en las organizaciones de la sociedad civil, en asociaciones, en el mundo independiente, en el mundo académico. En el país hay muchos sectores importantísimos que, en un momento determinado, si se quiere reconstruir al país, habrá que llamarlos para que participen echando hombro a la reconstrucción de Venezuela, que tiene que ser humanista. Una especie de reencuentro humanista para la reconstrucción de Venezuela.

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FOto: EFE

—¿Cuál es el momento adecuado para que la oposición presente entonces una propuesta unitaria?

—El problema es que ha habido, desde el momento mismo en el que se estableció el gobierno interino, un sectarismo generacional increíblemente absurdo, porque los jóvenes, a los que los corresponde un papel innegable, por su empuje y su fortaleza, lo que trataron fue de prescindir de toda la gente de antes. Entonces así no se puede trabajar. Lo que tiene que haber es una comunidad de voluntades, de gente con experiencias, con trayectoria que no esté señalada de cosas indebidas y de gente joven que también tenga las mismas condiciones. Pero que la experiencia y el conocimiento de los mayores se combinen con el deseo de hacer cosas de los jóvenes. Eso es lo que se plantea en Venezuela, pero lo que ha habido es un sectarismo. Y hay miles de venezolanos que tienen más de 40 o 50 años que han sido puestos de lado simplemente por razones de edad y eso es absurdo, inconcebible, inaceptable.

—¿La opción podría ser un outsider?

—Puede haberlo, pero llegará su momento. Puede ser, pero nadie está en condiciones de pronosticar qué va a ocurrir. Si los partidos se cierran a querer que sean los de ellos y no se busca del interés general del país, entonces la cosa no va a funcionar por ese lado. Pero en Venezuela hay mucha gente competente, seria, honrada, trabajadora, que podría en un momento determinado convertirse en una figura importante de la oposición.

—Parece complejo que se logre un consenso pronto.

—Es difícil por el tema del sectarismo. Cada grupo, cada partido, está pensando en sus intereses y no en los intereses generales del país. Y eso es lo que impide el entendimiento y el acuerdo.

—Jorge Rodríguez ya dijo que para la reanudación del diálogo el régimen no convocará a Juan Guaidó y que, en cambio, invitará a otros sectores, incluidos los dirigentes señalados de recibir sobornos del chavismo. ¿Hacia dónde va eso?

—Bueno, si el régimen escoge a quiénes van a negociar, ya sabemos cuál será el resultado. No podemos esperar nada bueno de eso. Esas negociaciones que se dan en esos términos no van a llegar a ninguna parte. Ve lo que está pasando en Ucrania, quienes se están sentados con los rusos a negociar son quienes conducen la lucha contra los propios rusos, pero no quienes cohabitan con los rusos, que también los hay.

EFE

—Desde el gobierno se le ha dado impulso al sector en donde está Bernabé Gutiérrez, con una parte de Acción Democrática, Claudio Fermín, que se postuló a la gobernación de Barinas. Siempre está esa posición divisionista.

—La gente en el fondo es más inteligente y más sagaz de lo que uno piensa. Fíjate en eso de Barinas, la gente no le prestó atención, votó por otra persona. Lo de Barinas puede interpretarse como una manifestación muy expresa, clara y contundente de la gente, no de los partidos. De la gente contra el régimen. Cualquiera pudo haber sido gobernador. La gente votó en contra del chavismo.

—¿Cómo valora que se establezca una oficina de la Corte Penal Internacional en Venezuela?

—Sí puede ser positivo para las víctimas de las violaciones a los derechos humanos. Es un avance. Es bueno que estén sobre el terreno, que observen qué es lo que ocurre, que hablen con distintos sectores, que hablen con los familiares de los presos políticos, que hablen con los familiares que han sido víctimas de atropellos, que hable con la gente que está siendo perseguida. Todo eso es importante. No es lo mismo hacerlo de forma remota que hacerlo sobre el terreno. Si ellos ven que les cierran las puertas para hacer su trabajo como debe ser, espero que lo digan públicamente. Y la seguridad de las víctimas es importantísimo, eso tiene que ser parte del protocolo que hay que seguir.

—Esto ocurre cuando está el proceso para nombrar a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. ¿Un paso hacia una reinstitucionalización?

—Lo que buscan es tratar de limpiarle la cara al régimen, de que vayan algunos magistrados, para decirle a la Corte Penal Internacional que en Venezuela se está haciendo una reforma en el sistema de justicia. No soy abogado ni mucho menos, pero sí creo que faltan cuestiones de mayor calado. Se busca maquillar la situación y evidentemente eso no es lo deseable.

—Y un poco más hacia la frontera. Usted fue representante diplomático de Guaidó en Colombia, vivió allá algunos años. ¿Cómo evalúa el posicionamiento de Gustavo Petro? Expertos aseguran que podría llegar a la Presidencia si sus adversarios no se unifican.

Una victoria de Petro en Colombia significaría una cuestión catastrófica, no solamente para Venezuela, sino para toda la región. Porque Colombia ha sido durante muchos años la joya de la corona del extremismo internacional. Colombia es un país que tiene grandes recursos, en un país atlántico, caribeño, pacífico, andino, amazónico, tiene una serie de características con grandes recursos naturales, petróleo, gas, hierro, carbón, mucha agua, mucha tierra, para la agricultura, con gente muy laboriosa, muy trabajadora y muy creativa, que eso también es muy importante, que no están tan habituados como los venezolanos a esperar a que el gobierno les solucione todos sus problemas, sino que ellos por su propia iniciativa y esfuerzos tratan de salir adelante. Ahora, los colombianos, y es muy difícil además decir lo que deben hacer, pero deben verse en el espejo de Venezuela. En Venezuela se desató toda una campaña antipolítica, antipartidos, antisistema, que fue lo que se hizo antes de llegar Chávez al poder, y eso rindió los beneficios, que es lo que buscan en el fondo, aprovecharse de la ventaja de la democracia, de todos los sistemas electorales, para que, una vez llegados al poder, implosionar los sistemas electorales desde adentro. Es más fácil implosionarlos desde adentro que desde afuera. Y eso fue lo que hicieron en Venezuela. Si los colombianos no ven lo que ha ocurrido en Venezuela, los resultados de lo que fue el triunfo de Chávez y la continuidad de Maduro, es porque no lo quieren ver. Entonces eso obliga a la dirigencia política colombiana, genuinamente democrática, a entender que no tienen alternativas, sino lograr un entendimiento. Un entendimiento que impida el triunfo de Petro y que consolide un gobierno democrático, que sea amplio y que incluya muchos sectores de la vida nacional, porque está claro que los sectores sectarios y excluyentes no producen los resultados adecuados. En Colombia hay un mundo político muy serio, también como hay otro que no lo es, como en todas partes, pero hay un mundo político serio, responsable, que tiene sentido del Estado, que trabajará en la búsqueda de entendimientos para la confirmación de un frente que pueda pararle el camino a la Presidencia a Petro.

Humberto Calderón Berti: Será prácticamente imposible que Pdvsa recupere los niveles que tenía antes de la llegada de Chávez
Foto: Rayner Peña / EFE

—¿De qué manera afectaría a los venezolanos?

—Lo que significaría para los venezolanos, 1.800.000 venezolanos que han recibido un trato absolutamente privilegiado o que realmente han tenido la generosa contribución del presidente Duque, de la mayoría de todos los sectores que han acogido a los venezolanos de una manera increíble, a mí me consta porque estuve allá durante un tiempo como embajador y vi todos los esfuerzos que el presidente Duque y el mundo político colombiano en general hacían en favor de los venezolanos, cómo les han tendido la mano; se les ha permitido acceso a la educación, a la salud, se les han brindado tarjetas de permanencia, oportunidades de trabajo. Incluso más allá, otorgar la nacionalidad colombiana a niños que hayan nacido de padres venezolanos en territorio colombiano, que no se obtiene la nacionalidad por nacer en el territorio, sino por consanguinidad. Y, sin embargo, Duque se lo dio a 24.000 niños venezolanos que estaban en esa situación. Debemos tener profundo agradecimiento al presidente Duque por todo lo que ha hecho a favor de Venezuela y de los venezolanos, y un triunfo de Petro pondrá en serias dificultades a los venezolanos que están allá como refugiados. Es la colonia más grande que hay en cualquier parte.

—Petro ha tenido cierto coqueteo con el chavismo, con la revolución bolivariana.

—No, no cierto coqueteo. Es claro, es evidente. Absolutamente claro que Petro tiene vínculos con el régimen venezolano, no desde ahora sino inclusive antes de que Chávez llegara al poder. Existen compromisos muy serios entre el régimen venezolano y lo que significa Petro en Colombia. De eso no tengo ninguna duda. Entonces todos aquellos que crean que Petro siente todas estas cosas que ha dicho últimamente están equivocados. Son maniobras, tácticas, para tratar de presentarse como alguien independiente y ajeno a lo que ocurre en Venezuela. Son evidentísimos los lazos y la identidad de fin y de propósito que Petro tiene con quienes gobiernan en Venezuela.

@Luisdejesus_


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